Sanmina anuncia el cierre definitivo de la antigua Alcatel en Toledo para marcharse a Hungría o a China.
El Comité de Empresa, que no acepta el cierre previsto para junio, se reunirá mañana con los responsables de la empresa para hablar del calendario y la negociación
VALLE SÁNCHEZ
TOLEDO (Castilla la Nueva). «Como un bombazo» recibieron ayer los casi 400 trabajadores de Sanmina-SCI -antigua Alcatel- el anuncio de los directivos americanos de cerrar la factoría de Toledo. Así lo comunicó ayer por la tarde a los periodistas el representante del Comité de Empresa de CC.OO. Juan Hernández Salmerón, quien dejó claro que los motivos de este cierre no son económicos sino por el fenómeno de la deslocalización, con la intención de trasladar la producción a otros países con menos costes de producción y mano de obra más barata. Y los planes de la empresa son desmantelar la histórica factoría toledana el próximo mes de junio, justo cuando acaba el acuerdo de cuatro años firmado con Alcaltel cuando se produjo la venta. No sólo dejará sin trabajo a los 400 empleados de Sanmina sino también a los trabajadores indirectos, como limpieza, seguridad, mantenimiento y empresas que surten materiales.
En julio de 2002, el centro de Toledo, que empleaba a 500 personas en la fabricación de productos de acceso a cable banda ancha y estrecha, fue vendido a esta multinacional norteamericana de electrónica Sanmina adquirió una serie de compromisos con los trabajadores de la antigua planta de Alcatel Toledo para que no hubiera problemas durante los primeros años tras la compra». Cumplido este trámite, los americanos anunciaron ayer en persona a los trabajadores que se llevan la producción a Hungría, China o Tailandia, algo que, según avanzó ayer Juan Hernández Salmerón, los trabajadores no están dispuestos a negociar un cierre sino un proyecto de viabilidad porque la empresa «no tiene problemas de competitividad ni de pérdidas».
El Comité de Empresa tiene previsto mantener una reunión mañana jueves con los responsables de la empresa para hablar del calendario y la negociación, pero advierten que no aceptará un cierre que sitúan el 30 de junio del año próximo, coincidiendo con la finalización del contrato de cuatro años firmado con Alcatel tras la venta, y que supondría que la factoría dejase de fabricar en exclusiva los productos de Alcatel. Salmerón, que ya tiene experiencia en duras negociaciones, se mostró esperanzado, pero reconoció que la cosa está complicada. no obstante, haremos «todo lo posible y lo imposible».
Para conseguir todos los apoyos de todas las instituciones afectadas, como el Gobierno regional, la Comunidad de Madrid -un importante porcentaje de trabajadores proceden de antiguas factorías que Alcatel cerró en Leganés, Villaverde y Torrejón- e, incluso, el Ministerio de Industria.
No se descarta, además, movilizaciones. La primera será una concentración que tendrá lugar mañana en las puertas de la factoría, justo antes de la reunión con la dirección.
El alcalde de Toledo, José Manuel Molina, trasladó ayer a los trabajadores «su apoyo y su más profundo pesar por la decisión tomada por la dirección de la empresa de trasladar su producción». Molina se puso a disposición de los empleados en pro de hacer compatible la estabilidad de sus puestos de trabajo. También les garantiza que «como alcalde de Toledo hará todo lo posible por preservar los derechos de los trabajadores.