Por Amando de Miguel:
Elena Alises me transmite su preocupación: "Llevo unos dÃas dando vueltas al origen del nombre de Madrid, con la d terminal atÃpica en español, y el adjetivo madrileño en vez de madrideño. ¡Si encontrara algún hueco para contárnoslo!". ¿Cómo no? Son muchos los que se han sentido intrigados con ese raro nombre de Madrid. Verdaderamente, hay pocas voces españolas terminadas en id. Algunas se relacionan con la guerra: adalid, ardid, Cid, lid.
Hay varias versiones sobre el origen de Madrid. Jaime Oliver AsÃn lo funda en la voz latinizada matrice (= matriz, arroyo, fuente). De ahà pasó a Matrit, Matriy o Majerit, pronunciado al modo arábigo. Ramón Menéndez Pidal opina que el origen es céltico: Magerito, de mago (= grande) y ritu (= vado, puente). Manuel Gómez Moreno sostiene que el nombre proviene de una mezcla de una voz púnica magalia y del latino maxeria (= choza). En casi todos los casos los nombres originales aluden a corrientes de agua, algo que se reproduce en otros muchos topónimos de ciudades. Solo que las corrientes de agua que están en la base del nombre de Madrid no se refieren tanto a las del Manzanares como a las subálveas. En efecto, la ciudad de Madrid siempre tuvo muchos pozos y fuentes, circunstancia que, paradójicamente, retrasó mucho la traÃda de aguas desde la Sierra por medio de un canal. Es el famoso Canal de Isabel II, todavÃa en uso, solo que muy ampliado. La abundancia de aguas subterráneas se explica por las abundantes lluvias de la zona serrana y el carácter poroso del terreno. Por eso el Manzanares es tan poco caudaloso.
Respecto al gentilicio "madrileño", es claro que se trata de facilitar la pronunciación del imposible "madrideño". La derivación de "madrileño" me recuerda el diminutivo castizo de "cafelito". SerÃa muy arduo decir "cafeÃto", "cafito" o "cafecito".
Si se me permite echar mi cuarto a espadas sobre el origen del nombre de Madrid, sospecho que proviene de la raÃz magh, que en sánscrito y algunos idiomas europeos da poder. De ahÃ, por ejemplo, madre, mago y magia, comunes a varias lenguas europeas. Es fácil ver en los sÃmbolos madrileños elementos mágicos. "La villa de las siete estrellas" fue llamada Madrid, por las siete estrellas de la Osa Menor. La Osa y no el oso del madroño. El madroño es un árbol mágico, puesto que sus extrañas bayas son alucinógenas. PodrÃamos imaginar que en la Silla de Felipe II, en la Almudena y en el Cerro de Los Ãngeles se situaron sendos lugares de culto precristiano. Es fácil suponer que los druidas de esos primitivos templos utilizaban las bayas del madroño como estupefaciente ritual. Lo de la Osa Menor pudo venir de que en el Madrid musulmán funcionó una escuela de AstronomÃa. Con el tiempo, la metáfora de las "siete estrellas" adquirió otra significación: una estrella con siete puntas sobre el plano de las carreteras que confluyen en la puerta del Sol: las seis carreteras nacionales más la de Toledo. También se pensó que las siete estrellas son las siete colinas sobre las que se asienta el plano del Madrid medieval. Se ha dicho lo mismo de Roma o de Lisboa. Lo más asombroso de Madrid es que no sea ciudad sino villa, y que hasta hace poco no haya tenido catedral. Es más, la mezquita se inauguró antes que la catedral. En fin, "Madrid, castillo famoso"; eso es lo que es.
Un dia leà un articulo en el que se sostenÃa la tésis de que la SUPUESTA silla de Felipe II no es tal ni fué esculpida para ese fin, ni probablemente la utilizó el monarca para observar las obras del escorial ya que hay otro emplazamiento mejor en las proximidades. Lo que se dice es que tal monummento esculpido sobre roca granitica, es un lugar significativo de los pueblos prerromanos, que pudieron ser los celtas vettones, o los arevacos o los vacceos ya que se encuentra proximo a los habitats de esas comunidades celtas. podria ser un altar ritual o iniciatico...??

