Juan JosÉ García GonzÁlez, catedrÁtico de Historia Medieval
“Arce-Mirapérez podría llegar a ser en su día como Clunia y reportar notables dividendos”
“Lo primero y más importante sería tomar conciencia de que hay un capital de futuro”
Ha dedicado tiempo y esfuerzo a investigar en nuestro pasado para saber que ocurría allá por la Edad Media en esta zona del Valle del Ebro. Muchos de sus estudios han sido recogidos en libros como ‘La Cuenca de Miranda de Ebro en la transición de la Antigüedad a la Edad Media’ (2002) o ‘Valpuesta y su entorno en épocas Tardoantigua y Protomedieval’ (2004). No serán los únicos, nuevas hipótesis sobre nuestra historia se recogerán en el volumen en el que trabaja actualmente.
Y es, en su opinión, nuestro entorno “es capital para explicar fronteras, etnias, la presencia de romanos, de visigodos, etcétera”.
Juan José García, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Burgos, invitado por la Fundación Cantera, fue el encargado de poner luz sobre las fortalezas, fortificaciones y fronteras de la época antigua y medieval.
En su opinión, Arce- Mirapérez, es una gran ciudad.
Una gran ciudad puede serlo de dos maneras: una real y otra simbólica. La real es que los datos que tenemos muestran que se trata de un espacio habitado de gran envergadura, con importantes restos que han conseguido ya exhumarse y excavarse. Se han constatados un montón de kilómetros cuadrados de superficie y su historia es de una profundidad tal que, si mis hipótesis son buenas, podría remontarse a época pre-romana, con fundamentos romanos, visigodos, altomedievales...
En cuanto a los aspectos simbólicos, en mi opinión, éste es el gran yacimiento de la cuenca de Miranda, cuya exhumación debería ser un proyecto local porque puede llegar a ser en su día como Clunia en otro sitio y las ciudades romanas en cualquier lugar. Es decir, un factor de patrimonio verdaderamente excepcional que puede reportar notables dividendos, además de enaltecer a los habitantes de la zona.
Estos aspectos positivos que ven historiadores y arqueólogos, ¿los comparten políticos y administraciones?
Es difícil. Reconozco que la cantidad de patrimonio que tenemos es tan gigantesca que se requerirían muchos recursos del estado. Pero no deja de ser verdad que no hay que hacerlo de una vez.
Lo primero y más importante sería tomar conciencia de que ahí hay un capital de futuro. Y después, mediante una programación sabia en el tiempo ir haciendo retazos que permitan exhumar la ciudad. Creo que sería importante que la conciencia cívica empezara a crear una verdadera frontera alrededor de este espacio para evitar que la especulación y otra serie de intereses fueran destruyéndolo. Así se estaría en la buena vía.
Usted sitúa Deóbriga en Cabriana y no en Arce-Mirapérez, como se hacía hasta ahora.
En realidad la historiografía remonta más bien la identificación de Deóbriga con Puentelarrá, que se ha dicho siempre que era su lugar de ubicación, pero hace ya bastante tiempo que esto se ha ido derrumbando porque no acaba de aparecer nada que pueda identificarse con una ciudad romana y, por contra, ha ido creciendo la potencia de Arce-Mirapérez. Eso ha hecho bascular de alguna manera la idea de que quizá Deóbriga pueda estar ahí. Mi impresión es que Deóbriga, como recinto de dioses, o ámbito divino, casa bien con Cabriana que tiene un ninfeo bastante notable. En fin, hay mucho de hipótesis.
Entre Arce y Cabriana, ¿cómo surge Miranda?
Parece evidente que ambas experimentaron un revolcón en la época de la caída del imperio romano. Esa población, probablemente se dispersa y se concentra en dos puntos: la parte más alta del Cerro del Infierno y, otro grupo mayor, en La Picota. Pero ahí, tampoco se ha encontrado nada, de momento, según me han contado compañeros de la UBU.
Yo estoy viviendolo con una tensión tremenda porque desearía que se encontrara ahí la vieja Miranda de época visigoda.
¿Qué importancia debemos conceder a los trabajos para recuperar el castillo de La Picota?
No hay ninguna duda de que en esa zona ha debido haber un tipo de acastillamiento y, probablemente, desde mediados del siglo XII, puesto que ya aparece registrado en algunos documentos. Pero lo que esta claro es, que los restos encontrados hasta ahora, se remontan a la segunda mitad del siglo XV.
¿Merece la pena seguir trabajando en la zona?
Yo como historiador lo tengo bastante claro: se trataría de hacerlo. Pero todo dependerá se si políticamente interesa que la ciudad de Miranda pueda exhibirse desde arriba y puede dignificar ese escenario convirtiéndolo en un parque histórico.
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