Lo de las subenciones es cierto que es una vergüenza, pero hace que sea más vergonzoso la manera en que los beneficiarios españoles (utilizo el término "beneficiario" evitando conscientemente el de "agricultor" por lo que ahora explicaré) han enfocado el asunto y la pasividad de las administraciones que no quieren corregir en lo posible la situación.
Por los casos que conozco (que son pocos, la verdad sea dicha) creo que ese sistema debería desaparecer y transformarse en otro más eficiente. De camino a Sacedón (mi adorado pueblo
en el que hoy me han roto el faro del coche -¡cabrones! lo que nunca me había pasado en Madrid
-) se pasan campos realmente grandes, en los que se conoce como el Sotillo (en las proximidades de Guadalajara) que normalmente están vacíos excepto cuando llega el cultivo de girasol (bueno, últimamente crecen también una extraña variedad, de mucho más rendimiento económico, como son adosados y los pisitos con vistas a la estación del AVE, un horror urbanístico con el nombre más hortera que he oído: Ciudad Valdeluz). Da gusto ver cómo crecen las plantas en primavera, pero sorprende cómo poco a poco van enegreciendo y arrugándose como las pasas cuando llegan los calores sin que sean cosechados. La razón: todos la conocéis, al terrateniente le basta y le sobra con la subención que llega por extensión cultivada y no por producto recogido.
A mi abuelo, sin embargo, la subvención que le dan por los pocos majuelos que posee casi no le llega ni a un diente, y eso después de eslomarse en invierno recogiendo las olivas.
Para el primer caso sin embargo hay un un punto que es más irritante todavía. Que se dejan de percibir subvenciones si se diese una salida industrial a esos cultivos potencialmente energéticos. Las administraciones dejan pasar como imbéciles la posibilidad de instalar centros de producción de biocombustibles cosa que en otros países, mucho más avispados que el nuestro no han permitido. En el caso de Austria se cultiva mucho la colza, cultivo subvencionado por la comisión europea, pero es que además le dan salida a este producto con la fabricación de bioetanol y otros biocarburantes, motivo por el cual también reciben subvenciones.
¿Es que los dirigentes españoles (y castellanos) son gilipollas?