Una sociedad que esta dispuesta a delegar al tercer mundo su sector primario y parte del secundario ha de calificarse, cuando menos, de generosa y comprometida. Si, aun así, la situación en el tercer mundo se mantuviera invariable entonces habría que plantearse este problema como irresoluble. Si tengo un vecino que esta atravesando por un mal momento estoy dispuesto a echarle una mano o darle consejo pero no a regalarle mi casa, para todo hay un límite.
De cualquier forma, será mejor esta alternativa que la del inefable Zapatero que consiste en mirar continuamente para otro lado como si nada estuviera sucediendo. Incluso ha declarado que los negros de los cayucos son los mártires de nuestro tiempo, como si nada se pudiera hacer por ellos mas que santificarlos.
En cuanto a lo del “enriquecimiento cultural”, me gustaría saber que opinión tienen acerca de el los vecinos del barrio de Lavapies. Me da la impresión que allí lo único que se enriquece es la delincuencia y la marginación.
El último objetivo de los inmigrantes es enriquecernos culturalmente, tienen otras prioridades antes que convertirse en atracciones de feria o escaparates culturales. Cristobal Colón trajo a los Reyes Católicos unos amerindios de “regalo” para “enriquecerlos” culturalmente. Esta idea de rico, como tantas otras, no deja de ser una muestra mas de etnocentrismo involuntario
Por cierto, Jose María, aprovechando que al parecer vives en Suiza a mi también me gustaría hacerte una pregunta. ¿Ha servido para algo o se ha notado algún cambio tras la apabullante victoria del SI en el pasado referendum para controlar la inmigración. Después de conocer el resultado me he convertido en un admirador del pueblo suizo.