Me siguen sorprendiendo aquellos que se proclaman liberales por estos lares y tienen flaca memoria del papel histórico de la Iglesia, no como comunidad de fieles, sino como grupo de poder, como organización con fines políticos (poder terrenal) y social (poder económico y cultural)… Los liberales de este foro deberían tener más conciencia histórica y recordar a sus “mártires” por mano de la Iglesia, y deberían concebir la posibilidad de creer que no sólo de un pensamiento sectario izquierdista, iracundo y genocida, intolerante y revanchista, puede nacer una crítica radical al clericalismo –como deformación de una emancipadora espiritualidad- y al papel desempeñado de la Iglesia Católica “realmente existente” en la vida pública.
La Iglesia defiende el principio sectario de “Nulla salus extra ecclesia”. No hay salvación fuera de la Iglesia. Esa es la raíz de su tic intolerante, de su intolerancia intrínseca. Eso se llama ser una SECTA, y como tal ven el mundo. Durante cientos de años no ha dudado en usar cualquier arma a su alcance para imponer su criterio, su verdad particular, como universal, siendo la Inquisición UNA, pero no la única herramienta de trabajo. Les costó reconocer que la Tierra no es plana, y que gira alrededor del Sol. Les cuesta aceptar la separación Iglesia/Estado: hubo que enseñarselo. Y cuando pueden torturan psicológicamente en temas como la sexualidad o el más allá, o en una sociedad occidental –a Dios gracias- secularizada, les ha costado decir que los niños no bautizados ya no irán al Limbo. Recordemos: aquí todo el mundo debía bautizarse, y no hablo de hace doscientos años, ¿eh?. Claro, se quedan sin fieles, y hoy ya no funciona con asustar con que viene el “coco y te comerá” sino le bautizas. Además dan tantas facilidades para desapuntarse, para apostatar, ¿verdad?. ¿Por qué será?
Algunos preguntaban ¿Torquemada? Claro, de tanto sobarlo, parece que no fue real…
¿La Inquisición no existió?
Muchos clérigos fueron los más firmes defensores, no de la expulsión en masa, sino de la “solución final” (Hay textos que lo atestiguan) de los moriscos peninsulares.
A la Iglesia, los defensores de la libertad tuvieron con su sangre que pararle los pies, luchar por separar Iglesia/Estado. Fueron los clérigos “serviles” los que demostraron una mayor conciencia antiliberal en el período de las Cortes de Cádiz. En sus inicios, el liberalismo decimonónico fue su enemigo ideológico, verdadera obra de Satán, porque el librepensamiento conducía a la irreligiosidad y abría las puertas a la degradación moral, ergo social. El capuchino fray Rafael de Vélez y su “Preservativo de la Irreligión” y el conocido como Filósofo Rancio fray Francisco de Alvarado, fueron los máximos exponentes del pensamiento “vivan las caenas” contra la “perra canalla de librepensadores, filósofos, jacobinos y demás chusma plebeya”. Había un paisaje al fondo donde aparecía el lema de la Universidad de Cervera “Lejos, muy lejos de aquí, la funesta manía de pensar”. El cura trabucaire no tiene referentes reales, fue una invención del izquierdismo ateo ¿no es cierto?
El posicionamiento de la Iglesia Católica en la guerra civil no surge porque sí… tiene sus raíces históricas, y sólo hasta mediados de los 60 del siglo XX no experimentará un cambio adecuado a los nuevos tiempos.
No es lo mismo la Iglesia de fieles que la institución eclesiástica. La dimensión espitiual es intrínseca a la condición humana, y para aquellos que profesen una fe católica –la actual- mi máximo respeto. Pero otra cosa son los dirigentes, el alto clero, fiel a un estado extranjero, el Vaticano, caracterizado junto con Arabia Saudí, por ser monarquías absolutistas en la forma de gobierno, fundamentalistas en su confesionalidad, capitalistas en su manera de ver la vida…
Muchos cristianos lucharon –con sus aciertos y errores, como todos- por mayores cotas de libertad y democracia en la oposición antifranquista: católicos liberales, falangistas reconvertidos, la Hermandad Obrera de Acción Católica y su sección juvenil, las Vanguardias Obreras jesuitas, muchos activistas y organizadoras de las primeras CCOO, cristianos socialistas del Partido Carlista de Carlos-Hugo, cristianos nacionalistas catalanes y vascos, cristianos en partidos de la oposición, etc. El mensaje evangélico ha movilizado energías a favor de causas justas –la de los desfavorecidos, por mayores cotas de libertad, dignidad y democracia-, y ha llevado felicidad a muchas vidas.
Pero esta lucha de cristianos de la calle no tuvo que ver nada con los cristianos de salón de las altas jerarquías. Algunos hablan de persecución de la Iglesia (¿durante la legalidad republicana?, ¿durante una guerra civil enconada por odios larvados por generaciones?, sería bueno precisar), yo diría, en línea con el historiador filoPSOE Santos Juli , que incluso podríamos hablar de “genocidio” de sacerdotes y monjas, usando el concepto definido a propuesta de la ONU, porque se les asesinó a muchos por el mero hecho de pertenecer a un colectivo determinado… Pero sin que parezca justificarlo, ¿qué hizo la Iglesia y qué pasaba en este país para que llegase a suceder esto? ¿Toda la izquierda es responsable de esto?, ¿tuvo fomento desde el gobierno legal republicano o todo lo contrario? La iglesia consideró que la actuación subversiva y golpista del bando que posteriormente se denominó nacional o franquista era una Cruzada, y que por lo tanto se luchaba, no contra seres humanos, sino infrahumanos, contra las huestes del mal en la Tierra, y tras esta deshumanización o demonización, era necesaria la aniquilación física y moral. Motivó, “dio moral “, a los luchadores por España y por Cristo… Era justo, porque estaba siendo perseguida… Los cristianos tenían derecho a degollar a los nerones y sus leones…
Hubo que esperar años para que la Iglesia jerárquica reculase. Se olían nuevos tiempos. En 1971 se celebró una Asamblea Conjunta de Obispos y Clérigos donde se decía textualmente “Si decimos que no hemos pecado, hacemos a Dios mentiroso y su palabra ya no está entre nosotros. Así pues, reconocemos humildemente y pedimos perdón porque nosotros no supimos a su tiempo ser verdaderos ministros de reconciliación en el seno de nuestro pueblo, dividido por una guerra entre hermanos”. Les costó: 137 votos a favor y 78 en contra. Pero lo hicieron. Luego llegaría “Tarancón al paredón”. Pero, algún error cometió un grupo religioso que puso bajo palio al caudillo…
Por eso, viendo la actuación en la sociedad civil de este grupo de presión que es la Iglesia Católica del Vaticano, da repelús oír a un jerarca hablar bien de la extrema derecha españolista y despotricar de los “rojos” (Otra vez, Dios). Suena a lo lejos un soniquete musical con esta letra “España, evangelizadora de la mitad del orbe, España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio… Esa es nuestra grandeza y nuestra unidad. No tenemos otra.”
La Iglesia es más plural. Aunque los vientos soplen a favor de hacer mimos y carantoñas a los lefevrebistas, y bofetadas y retiradas de la venia docendi a los subversivos J.J. Tamayo o J. Sobrino, de despreciar a los mártires de América Latina y de elevar a los Altares por autopista de peaje al beato del Opus Dei.
Mis respetos a la labor de miles de hombres y mujeres que entregan su vida y hacienda por los demás, impulsados por el evangelio. Mi desprecio absoluto a estos políticos con sotana que, hijos de sus antepasados, siguen posicionándose a favor del obscurantismo y el antiliberalismo más profundo. ¿Visteis el entierro de su S.S. Juan Pablo II, tan imperial, tan romano todo?
La Iglesia tiene privilegios fiscales, políticos, educativos, etc. Y los defiende con uñas y dientes. El problema es que en nuestra sociedad no debe haber “privilegios”, sino “leyes para todos y todas”. ¿Qué es un club de amigos que sólo se conciernen a sí mismos? Perfecto, mientras no manchen. El problema es que manchan. Y encima protestan apelando a principios que ni practican en su casa ni defendieron históricamente para que fueran patrimonio común. Al contrario lucharon como reaccionarios que fueron.
Desde un punto de vista ideológico, en el seno de la Iglesia hay más diversidad que la que se observa con esta Iglesia cada vez más inclinada hacia posiciones de confrontación a nivel estatal.
Y la Santa Madre Iglesia nos recuerda “Cuidado con leer libros de la saga de Harry Potter… Satanás acecha en cualquier rincón”. Pero claro, es que se nos olvida que para los fieles católicos, hasta hace bien poco la mismísima Biblia esta en el Código de Libro prohibidos para la lectura directa del creyente... que para eso tiene Doctores la Santa Madre Iglesia. POr eso la ventaja de los países protestantes...
Por sus tics los conoceréis.

