Preguntas SAOK por una definición de represión. Es un fenómeno muy complejo. Para mí, desde un punto de vista político, es el empleo o amenaza de la coerción que aplican los gobiernos sobre cualquier opositor (real o potencial) con el propósito de debilitar su resistencia frente a la voluntad de las autoridades.
¿Coindimos no?
Bien. La represión es desplegada por instituciones dotadas de medios de coerción para hacer respetar su autoridad como parte de un ordenamiento legal en vigor. El Estado es, entre otras cosas, Represión institucionalizada.
En este sentido SAOK, la acción del Estado es, por sí misma, represión, pues te sanciona o amenaza con sancionarte si no pagas impuestos (opositor a la política fiscal), si no vas a la velocidad y por la vía adecuada en tu automóvil (infractor de la política de circulación vial), si eres un enajenado mental potencialmente agresivo (infractor de la política de salud pública), si sustraes la propiedad ajena (infractor del derecho de propiedad individual), si un particular atenta o intenta atentar contra el derecho de otros particulares a decidir seguir viviendo (infractor del derecho a la vida)...
La violencia terrorista, la violencia de género, la violencia patronal en la seguridad laboral también son ejemplos de oposición a la voluntad del Estado, y el Estado reprimirá estas conductas.
El Estado no es sólo represión: pero, bueno, estamos hablando de represión.
¿Hasta hora, matiz por aquí, matiz por allá, de acuerdo, no?
Bien. Todas las políticas de seguridad públicas (orden público) son represión. Hay políticas de seguridad públicas muy represivas y políticas menos represivas. Depende de muchos factores, entre otras, del color del gobierno. La relación padre-hijo tiene un componente necesario de "represión". Pero este varía según qué padre y según qué hijo... incluso según que tipo de relación paterno-filial. Por ejemplo, tu padre te puede regañar, dar una hostia o pegarte una paliza. Te reprime, pero no es lo mismo que otro padre que por los mismos motivos sólo te pegaría palizas.... o sólo te regañaría. Lo difícil es cuando el hijo quiere cortar la relación...
Las políticas de orden público son, por tanto, diferentes EN GRADO y OBJETIVOS en un Estado "policial" y en un Estado de derecho.
-No es lo mismo un Estado con estado de excepción circunstancial (limitación coyuntural de los derechos fundamentales de la persona) que un Estado de estado de excepción permanente como es una Dictadura totalitaria.
-No es lo mismo una represión sistemática y arbitraria, que una selectiva y conforme a unas reglas jurídicas.
-No es lo mismo aplicar la pena de muerte legal por matar a 25 personas que por cometer adulterio, y más no aplicarla en ninguno de los dos casos.
En fin, que esto de la represión, pues es variable... relativo...
Estamos de acuerdo que la represión es uno de los pilares donde se sustenta todo Estado. Desde luego. De todo Estado. Pero no es cualitativamente ni cuantitativamente la misma en un Estado como el Nazi alemán, el Estado de Misisipí en 1959, el Estado camboyano de los jemeres Rojos, el Estado español de 1945 y el Estado español de 2007...
Algunos hablan del Estado español y parece que estemos en 1945... y no en 2007. Yo, a esos argumentadores, les diría como un personaje de la serie de los Simpson. MODERNÍCESE!!
La represión estatal varía, además,tanto en forma y grado según qué grado de amenaza suponga el reto que plantee el opositor o el infractor al Estado: para un Estado fundamentalista islámico, el adulterio femenino se merece la lapidación, para un Estado demoliberal desde luego no.
Pero para todos los Estados, el asesinato por las razones que sean debe ser neutralizado. Unos aplican unas sanciones y otros otras. Pena de muerte legal, cadena perpetua, penas de cárcel, etc. Pero debe ser combatido: la vida debe defenderse y debe castigarse al infractor y a sus colaboradores (infraestructura).
¿Que lo hace por el derecho de autodeterminación de un pueblo en un sistema política democrática y garantista? Tanta legitimidad en el asesinato como matar a la mujer "porque era mía". Represión debe ser la respuesta. Al asesino y a sus compinches.
Existen Estados terroristas basados en un estado de excepción permanente, donde la coerción es indiscriminada y sistemática, cuyo instrumento es el miedo y donde toda la administración es parte del aparato represivo. Propaganda, manipulación, sospecha, código penal basado en la presunción de culpabilidad, tortura, confiscación, encarcelamiento ilegal, ejecución y asesinato.
Los Estado democráticos pueden cometer excesos antidemocráticos, pero son excepciones o tienen reglas, exigidas activamente por la ciudadanía, para que actue legitimamente sin infirngir ciertas reglas de actuación en la forma y el contenido basado en el respecto a unos derechos inherentes a las personas. Lo que pasa es que todos los Estados, si no están vigilados, tienden al despotismo: hay que luchar por más democracia y más derechos. Por esto luchan hasta lo liberales auténticos, que luchan por un Estado "metomentodo". Para salvaguardar las libertades, los ciudadanos deben ejercer una sana rebeldía o ética "libertaria" o "liberal" (según gustos), porque es necesario defenderse de la inquietante tendencia de los Estados (repito incluidos los democráticos) a ser ESENCIALMENTE invasivos, Y EN DETERMINADAS COYUNTURAS POLÍTICAS, a restringir a poner en cuestión derechos y libertades de expresión, reunión, residencia, circulación, fiscalidad-propiedad, comunicación, intimidad personal, derechos de los detenidos, medidas procesales y penales de excepción, etc. EN NOMBRE DE LA SEGURIDAD E INTERES DEL ESTADO.
(Qui custodiet ipsos custodes? Los propios custodiados)
Unos ciudadanos se preocupan más por un tipo de invasión estatal (no me toques la propiedad), otros por otro tipo (libertad de expresión, de coinciencia, culturales, etc.).
Pero no es lo mismo el uso arbitrario de la represión de un Estado terrorista, aunque con cobertura pseudo legal, que el comportamiento ilegal de un Estado de Derecho que fundamentalmente salvaguarda los derechos y libertades básicos de sus ciudadanos.
Uno es la represión arbitraria y extrema como norma frente a todo lo que se oponga a las autoridades del Estado, y otra una represión convencional que puede ser excepcionalmente extrema (ej. excesos contraterroristas) en situaciones donde se está demostrando la debilidad misma del Estado y/o la frustración de los miembros de los cuerpos de seguridad de ese estado para combatir fenómenos de violencia terrorista. La lógica acción/reacción es nefasta, pero mientras que en los Estado terroristas suele ser la norma, en los Estados de derecho son una excepción coyuntural... que se intenta subsanar porque se considera una aberración del sistema. Nada es perfecto y limpio.
Esa es la grandeza de la democracia y el estado de derecho: mientras no se invente algo mucho mejor, tiene imperfecciones y tendencias en la práctica peligrosas (siempre acecha el totalitarismo del Estado "Gran Hermano"), pero es un mínimo necesario e indispensable desde el que los ciudadanos tienen que trabajar.
La violencia terrorista de ETA está apoyada por un sector significativo de la población vasca (izquierda abertzale oficial), sector que anhela cambios radicales en el sistema político o social (ej. autodeterminación-soberanismo-independencia, zapiak bat, república socialista, etc.), pero que no dispone de los recursos necesarios para arriesgar un enfrentamiento masivo, directo y decisivo contra el Estado español, y por eso se ve obligado a optar por estrategias que suponen una menor implicación humana y material (pseudoguerrilla urbana), aunque su intensidad y duración acarrean costes sociales elevados (ej. muertes, envilecimiento, incremento represión del Estado, etc.).
El Estado español no reconoce el derecho de autodeterminación, pero permite pacíficamente luchar por él. No persigue a los rebeldes pacíficos, sí a aquellos que usan la violencia para conseguir ese fin. Y muchos que defendemos que es necesario reconocer ese derecho, no supeditamos el derecho de cualquiera a la vida a ese derecho colectivo, y por lo tanto, mientras se respete por el Estado el derecho a la vida y permita pacíficamente luchar por el derecho de autodeterminación, estaremos en frente de los que destruyen la vida en nombre del derecho de autodeterminación.
Mientras se supedite la pacificación (=abandono de la lógica miliatrista de guerra con el Estado español y del uso de la violencia como herramienta para obtener réditos políticos) a la normalización (=participación en la "arena" política donde todas las opciones tengan la posibilidad real de llevar a la práctica su proyecto, ej. independencia...), el envilecimiento será el primer y único fruto cosechado.
El independentismo vasco debe abandonar la vía de las armas y optar por la política. El Estado español no es un Estado terrorista, es un Estado de derecho que aplica la represión "esperable" a cualquier organización estatal.
Estoy firmemente convencido que aquí no se encarcela por apoyar el soberanismo abertzale. Aquí hubo una amnistía total en 1977. Aquí no hay cadena perpetua. Aquí hay opciones abertzales no ilegalizadas como Aralar, Batzarre o Zutik!, y opciones de otros pueblos como Maulets, Chobenalla, IzCa, etc.
Pero cualquier Estado se defenderá de la apología del asesinato o ayudar en la infraestructura (ej. dar cobijo, dar dinero) para la comisión del delito. No se ilegalizan las ideas: se persiguen los hechos. Uno puede pensar mal de alguien... pero hasta que no lo diga, no es un hecho. Las intenciones no cuentan. Debe existir "positivización". Pero cuando lo haya, conforme a las reglas del derecho y a la proporicionalidad, el Estado debe reprimir. Legítimamente.