Dice el gran Pío Moa:
Con típica y radical deshonestidad, (“cien años de honradez”) Gibson y compañía no paran de hablar de los “nietos” de los fusilados. Se diría que hay un movimiento espontáneo de nietos (de izquierda, por supuesto) por todo el país, a quienes de repente les ha dado por desenterrar a sus abuelos, todos ellos inocentes defensores de la libertad y la democracia asesinados y enterrados a millares “como perros” por los "fascistas". Ellos, los políticos e historiadores lisenkianos, lo único que hacen es servir, dándole voz, a ese movimiento nietista, tan razonable, digno y democrático. Pero ocurre exactamente lo contrario: esos políticos y lisenkos de la historiografía se dedican a falsificar la historia para crear un movimiento de intereses políticos muy actuales y concretos, explotando el cuento de los nietos.
Bueno, yo cómo bisnieto de asesinado en el franquismo emprendí hace unos meses una búsqueda para recuperar su rastro. Desde luego no sus restos, porqué en una fosa común cada 30 años se remueven los restos, haciéndose una monda. Pero bueno, algo recuperé, el parte de defunción y un poco de su memoria y dignidad. Ciertamente, a este señor que con tanto rintintín habla de los miles de asesinados por sus queridos amigos y de sus desenterradores nietos me gustaría decirle algunas palabras.
Por cierto, mi profesor de Teoría de la Historia siempre pone a este señor cómo ejemplo de lo que no es un historiador.

