Hay muchas ermitas construidas en grietas o junto a grandes peñas, muchas de ellas dedicadas a San Miguel, el arcángel encargado de detener al demonio según cuenta el Apocalipsis: la cosa es que todas esas grietas y peñascos se consideraban acceso al infierno y en torno al año 1000 surgieron como setas eremitorios y templitos consagrados a este arcángel para guardarles de tan desatrosas profecías bíblicas.
Por otra parte pondré una de las leyendas que se oyen en mi pueblo: por el camino que lleva a la ermita del Socorro, en un alto de la sierra de Altomira, entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, hay un paraje lleno de montones de piedras negras que se llama "Los Frailes" o algo así, la cuestión es que para explicar la aparición de esoso montones de piedras, ennegrecidas por la cantidad de años que llevan allí, (o para asustar a los críos) se dice que hace mucho tiempo hubo allí un monasterio en el que los monjes no se llevaban nada bien, tan mal, que llegaron a declararse la guerra unos a otros, pero como no tenían armas ni piedras para arrojarse se liaron a capotazos hasta que se mataron. Los cuerpos de esos frailes se convertirían en esoso montones de piedra, como ironía divina ante tal batalla entre religiosos.