Cuando el PSOE defiende una cosa y la contraria13.12.07 | 17:00. Archivado en Análisis
(PD).- El PSOE se mueve como nadie en la cuerda de la ambigüedad. Lo mismo se presentan como amigos de los nacionalistas que españolistas, lo mismo da perseguir a Condoleezza Rice para que dedique a ZP unas palabras que ser el amigo predilecto de Hugo Chávez, lo mismo encontrar "hombres de paz" donde antes sólo había terroristas, para, luego, volver a presentarlos como asesinos a derrotar. Da lo mismo. Su alma es doble.
"Entre las numerosas habilidades propagandísticas del PSOE se cuenta la de defender al mismo tiempo una cosa y la contraria".
Ignacio Camacho vuelve a sosprender con una brillantísima columna en el diario ABC. Bajo el título "El hondero manchego", el periodista sevillano ve así al actual Partido Socialista:
"Hablar de la derrota de los terroristas y mantener abierta en el Congreso la autorización para negociar con ellos, pactar con los nacionalistas más radicales y hacer prédica oficial de españolismo, sostener un discurso europeísta y beber los vientos por Hugo Chávez, enaltecer el equilibrio medioambiental y propiciar en autonomías o ayuntamientos grandes recalificaciones de territorio".
"En eso debe de consistir la famosa «alma doble» del socialismo español, la de Zapatero y Guerra, la de Pedro Zerolo y Paco Vázquez, la de Sebastián y Solbes, la de Carme Chacón y José Bono. Se trata de una suerte de versión laica y pragmática del precepto evangélico: que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. O sí lo sepa, pero disimule".
El "manchego", claro, es José Bono:
"A veces incluso parece que se trata de disonancias sinceras, y hasta puede que lo sean hasta que llega el momento de taparse la nariz y defender la causa común, que es el poder. Tal ocurrió con la oposición del guerrismo a los nuevos estatutos de autonomía, y algo similar viene a suceder con el populismo activista de Bono".
"A Bono lo ha rescatado Zapatero para que tape con su enaltecido discurso españolista las brechas de la deriva confederal, pero el ex ministro lo hace con tanto denuedo y complacencia que abre otros agujeros por su propio ímpetu antinacionalista".
Carmen Chacón, ministra de Vivienda, encargada de bailar el agua nacionalista, ha saltado al cuello del manchego. Martín Ferrand lo dice así:
"La Chacón ha tenido que salir al ruedo para, en su condición catalana, marcar distancias con José Bono, ese lujo demagógico y facundo que Zapatero saca a pesear cuando le decaen las encuestas en donde menos se entienden los nacionalismos. El ex ministro de Defensa le habría salido al paso a Artur Mas en uno de sus fervorines centrífugos señalando que las naciones son un invento. «Nacen -dijo el manchego-, crecen y mueren como les ocurrió a los faraones y a los romanos». Las sobredosis, como decía Eugenio d´Ors, ni de café con leche".
Y continúa Camacho:
"Yo no sé si, como sostiene Chacón, el discurso de Bono es minoritario en el partido, pero desde luego no lo es en la sociedad española, cuyo latido ausculta el manchego con perspicacia de demagogo y olfato de populista".
Concluye así:
"Llegado el caso, utilizará los votos que Bono recaude vestido de patriota para mandarlo a la hornacina del Congreso, y lo convertirá en un santón rodeado de prosopopeya institucional mientras él prosigue por la línea del confederalismo estatutario. Pero como no cuadren las cuentas, cada papeleta españolista le va a rebotar en la cabeza como una pedrada, y ya sabemos quién será el hondero que le apunte al entrecejo. Porque las ambigüedades en política tienen un recorrido relativo. Y con ellas se puede engañar a mucha gente poco tiempo o a poca gente mucho tiempo, pero no a todo el mundo todo el tiempo".