¡Vivan las cadenas!
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Supongo que bajo ésta conocida epígrafe se habrán escrito, desde diferentes tendencias políticas, multitud de artículos de opinión.
No seré nada original por ello, ni tampoco porque todos ellos habrán sido escritos con la misma desazón y la misma acritud del que se ve en minoría y piensa, que se impone y triunfa, una mayoria equivocada, ignorante y borreguil.
Ésta histórica y definitiva frase, y éste sentimiento de amargura, me invaden a mí cuando pienso en las cercanas elecciones del 9 de Marzo y veo cómo los castrellanos vamos a dar otra vez más nuestro voto inútil, masivamente y en rebaño, a esos dos partidos que indolentemente nos seguirán perpetuando cómo la región-paría del Estado.
Así, casi 200 años después de aquel panderetil y apoteósico recibimiento a Fernando VII, los castellanos volveremos a proclamar orgullosos aquel intelectual grito de
"¡Vivan las caenas!