En mi opinión:
1- Tras este debate, si el electorado tuviera un ápice de sentido crítico NO VOTARÍA A NINGUNO DE LOS DOS: ausencia total de ideas, inexistencia de proyectos de futuro, políticas fundadas en el ataque (no siempre justo ni razonable) al rival.
2- Ambos rehuyeron los ataques del rival para enzarzarse en un absurdo y nefasto "y tú más". Cuando uno de ellos daba en el blanco del rival con un tema sensible el otro, lejos de argumentar en su defensa, contraatacaba con otro trapo sucio. El debate no fué una exposición ni una contraposición de proyectos de futuro y de gobierno sino una lamentable cantinela de recriminaciones mutuas = NO TIENEN PROYECTO, son partidos tan parecidos (de hecho para mi son el mismo partido bajo dos siglas diferentes) QUE NO PUEDEN ATACARSE EN CUESTIONES FUNDAMENTALES PUES AMBOS TIENEN MUCHO QUE CALLAR. La consecuencia es que no se atacan salvo en nimiedades o cuestiones de forma, sin entrar al fondo de las cosas. LAMENTABLE.
3- Ganó Rajoy y lo hizo porque el PSOE comparte con Rajoy el ser unos maricomplejines. Rajoy podía hacer sangre en temas como la negociación con ETA o la estructura del estado. En el primer caso también el PP tienen mucho que callar, lo que no basta para esconder el fracaso de la política de Zapatero, que se jugó a todo o nada el tema de ETA, perdió y debió haber dimitido entonces. En el segundo caso Rajoy jugó de cara a su público para atacar al PSOE por los estatutos pero Zapatero en lugar de defender su política de forma valiente hubo de morderse la lengua pensando en el voto españolista que sustenta al PSOE en buena parte del estado y entrar en una vaga y vacua serie de reproches al PP sobre su actitud en el tema vasco y catalán. Bien sacó a relucir Rajoy las discrepancias internas del PSOE sobre el modelo territorial, citando opiniones de González y otros socialistos de peso.
Del debate territorial Zapatero no podía salir bien parado pues las contradicciones internas dentro del propio PSOE son enormes y una defensa abierta de un modelo federal puede ocasionar una fuga masiva de votos hacia el PP en casi todo el estado. Recular en cambio implica tensar las relaciones con el PSC, menoscabar su base electoral en Cataluña y el Pais Vasco y restarse apoyos de cara a la investidura, para la que el candidato ganador habrá de mendigar apoyos nacionalistas.
4- Rajoy es mejor comunicador que Zapatero, argumenta mejor, se muestra más sereno y es más claro en sus exposiciones. Zapatero se mostró más nervioso e interrumpió a su oponente con mayor frecuencia de la que sucedió a la inversa. Por si fuera poco Rajoy miente (dice medias verdades, que todo el mundo entiende, son mentiras completas) con más aplomo y contundencia, ayer lo hizo en más de una ocasión sin que se le alterase un pelo de la barba; Zapatero en cambio incluso se confundió al interpretar una gráfica sobre las subidas anuales de la vivienda que nos vendió en términos absolutos como demostración de que bajo su mandato el precio de la vivienda bajó.
En el mismo bloque minutos antes Rajoy tuvo la desvergüenza de acusar al PSOE del incremento en el precio de las viviendas protegidas. En un acto de caradura monumental lo que el ¿señor? Rajoy no dijo es que la vivienda protegida en España no es estrictamente competencia estatal y de hecho existe vivienda de protección pública autonómica, que en una comunidad como la valenciana, gobernada por el PP ha multiplicado por más de 2 su precio en la última legislatura. Acusar al gobierno de la subida de la vivienda de protección pública, sin clarificar que buena parte de esta es de competencia autonómica, ni precisar que las gobernadas por el PP tienen buena parte de culpa, si no la mayor parte, es un patético acto de desvergüenza; pero Rajoy coló la manipulación con un aplomo digno de mejor causa. Y lo de la justificación dada al bloqueo de ayudas por parte de la Espe ya es de libro.
5- La mejor conclusión que puedo sacar es que ambos son unos demagogos sin calidad como estadistas ni altura política. Unos charlatanes competentes especialistas en descalificarse. Una desgracia para Castilla, que no existe en sus debates ni en sus proyectos. Unos especialistas en vivir del cuento apoyados por unas organizaciones llamadas PP y PSOE que son dos caras matizadas de la misma moneda. Ni de lejos los votaría, pero después del debate, menos aún.