En cuanto al relato de tu amigo de Segovia y el otro de Valladolid, lo único que puedo decir es: que el de Valladolid viaje más (y si puede ser fuera de su provincia, mejor), que viajar más abre la mente.
En cuanto a lo del burgalesismo y, por ende, los provincialismos en Castilla, pues yo no soy de los que se echa las manos a la cabeza por ello, en tanto en cuanto es notable que en Castilla desde siempre las subdivisiones tipo provincia han sido muy aceptadas y han servido de identificación...
Ahora bien, y llegando al pragmatismo que debería regir nuestra vida (aunque no de forma exclusiva): vivimos en un Estado que se llama España, dividido en CCAA. Las CCAA se han impuesto como unidad fundamental de división estatal, incluidas competencias y presupuestos. Si ya dos CCAA tan grandes y medianamente pobladas como CyL y CLM no pintan nada, NADA, en el Estado y sólo se nos utiliza como despensa o coto de caza, ¿qué iba a hacer cada provincia por su cuenta? Ya sí que de los presupuestos (y por lo tanto de la industria, el desarrollo, el empleo, los fondos para el cuidado medioambiental, etc.) no íbamos a oler NADA. L'Union fait la force, mon ami.
Pero el pragmatismo sin una base sentimental acaba cayendo. Y Castilla es Castilla. ¿Quién puede negarme que vivo en Castilla, si vivo en Castilla-La Mancha, si los blasones de mis pueblos están plagados de castillos, si para referirse a mi tierra, desde hace siglos siempre se ha utilizado el término Castilla? Pues junta los estos elementos con las necesidades actuales -por otra parte motivadas por el ninguneo al que se somete a nuestra Castilla (la tuya y la mía) por parte del resto de España- y ahí tienes por qué muchos defendemos una Castilla en la que el Sistema Central no sea frontera (algo que se ya puede comprobar en el Valle del Tiétar, tan castellano nuevo). Y en esa defensa yo, a título personal, no me creo con poderes superiores para decir "esto es Castilla, esto no": mi máxima es que una Castilla unida la formarán aquellos territorios que decidan unirse mediante referendo popular, que no hay nada como preguntar al pueblo.
Y mira, en algo estoy contigo al 100%: yo, por mi parte, y sin olvidarme ni mucho menos de la defensa de mi pequeña Castilla (las comarcas de Talavera), no dejo de tener en mente siempre al resto de Castillas. Y llegará un día en que todas, conscientes por fin de lo que nos une (pasado común e interés futuro común), acabaremos diciendo: "¡Qué leches!"