El enlace:
http://reunificaciondecastilla.blogspot.com.es/2012/04/y-ahora-los-catalanes-por-la-castellana.htmlY ahora, los catalanes, a por la castellana Repsol. Por Javier Martínez.
La debilidad de la petrolera castellana con sede en Madrid Repsol tras haber sufrido el expolio de YPF por parte del gobierno argentino, pone en peligro a su filial, Gas Natural Fenosa (GNF), empresa cuyo control comparte con el brazo económico del catalanismo, La Caixa, por ser ambos los principales accionistas de la gasista.
Para evitar una OPA hostil (oferta pública de adquisición no pactada) externa, la entidad financiera catalana (que a su vez es uno de los tres principales accionistas de Repsol junto a los mexicanos de PEMEX y la constructora castellana Sacyr), baraja bien una fusión de la petrolera con GNF bien la venta del 30% que posee. Hasta aquí todo entra dentro de la lógica empresarial y la legitimidad. Ahora bien, según ha trascendido (Cinco Días, 27/04/2012)
hay un matiz de incuestionable cariz político anticastellano donde se deja ver la larga mano del catalanismo político más recalcitrante y donde se pone de manifiesto que la caja de ahorros barcelonesa sigue el dictado del poder político periférico: la sede de la entidad fusionada resultante no estaría en Madrid, sino en Barcelona. Si Repsol es más grande, y además es la madre, en ninguna parte del mundo se discutiría que la sede se mantuviese en Madrid. Con la excusa de salvar a GNF, nos colarán el gol de llevarse Repsol a Barcelona. Ahí es nada. Conocida es la vieja aspiración catalana de succionar grandes empresas estratégicas a los restospañoles. En el tristemente famoso Pacto del Tinell firmado por todo el arco político catalanista figuraba como uno de sus objetivos conseguir, utilizando el vehículo financiero de La Caixa, esas empresas así como la sede de organismos reguladores clave. Así es como se diseñó el cambio de sede de Madrid a Barcelona de la Comisión Nacional de las Telecomunicaciones (CNT) y se pretendió apoderarse de Endesa (que finalmente acabó en fiasco por la resistencia numantina que opuso). Maragall, a la sazón presidente de la Generalidad, llegó a calificar a la eléctrica castellana de ‘medio Estatut’. Caza mayor, sin duda. Contaban para ello con el beneplácito del débil mental y político Zapatero, un tipo capaz de vender a Dios y a su madre con tal de satisfacer a los peris y mantenerse así en el macho. Nunca fue gratis ni altruista el apoyo catalanista a la ‘gobernabilidad’ (juas, juas) de España, siempre hubo un precio y siempre un pagano: Restospaña, territorio en el cual se encuadra, junto a otros ciudadanos de segunda, Castilla. Ellos son así, nada de pensar en el bien común, solo en el propio, en ordeñar la vaca del vecino para, una vez exprimida del todo, decir aquello de ahí os quedáis españolitos. Últimamente incluso están abandonando su tradicional e interesada ambigüedad y ya lo pregonan abiertamente en sus congresos, ‘no queremos seguir entre las aguas podridas españolas’, lo cual, se agradece. Pues bien, quitémonos todos las caretas, nosotros tampoco es que les tengamos mucho aprecio, la verdad, visto el trato denigrante que nos profesan desde hace cien años aproximadamente.
Presencia de la mayor empresa industrial castellana, Repsol, en el mundo.
Que Repsol haya sido expoliada en Argentina y ahora pretenda serlo en España no es una cuestión que atañe solo al medio millón de accionistas españoles propietarios de la petrolera. Repsol, al tener sede en Madrid, paga impuestos en Castilla, y esos dineros también volarán (más aún si como se pretende desde Barcelona, se concede el ‘pacto fiscal’, es decir, se concede a Cataluña el estatus de ‘paraíso’ fiscal succionador que ya disfrutan vascos y navarros mientras nosotros lo padecemos). Ese pretendido concierto económico catalán (que llegará en cuanto tengamos en Moncloa un inquilino sin mayoría absoluta, no lo duden, si no es antes) no es otra cosa que la materialización del ‘lo mío es mío y lo tuyo de todos’. Y eso por no hablar de la pérdida de miles de empleos que se trasladarían a Barcelona, junto a sus familias, de la pérdida de un importante centro de decisión, de la pérdida de la mayor empresa industrial de Castilla, de la pérdida de su capacidad tractora sobre la economía, de la pérdida ,por previsible traslado también, de toda la industria auxiliar, proveedores, etc.
Como se ve, los enjuagues políticos en Repsol podemos acabar pagándolos los castellanos por partida doble.
Nadie entiende porqué el Estado, que nuevamente demuestra lo periferista que es, a través de sus sucesivos gobiernos, permite a La Caixa nombrar, y con ello controlar en la práctica, al presidente de Repsol, el catalán Antonio Brufau, si esta entidad tiene tan solo un paquete accionarial del 13%, similar al 10% de Sacyr (cuyo acceso al consejo de administración siempre fue obstaculizado por la propia Caixa en un caso similar al de la castellana ACS en Iberdrola) o al 9,5% de Pemex.
Bueno, en realidad no se entiende desde la lógica empresarial, sí desde la política. Todo esto no es más que un pago más que en su día hizo Zapatero a los peris, que tienen muy presente su papel en España: ordeñar mientras la vaca de leche y el restospañol (léase castellano) que venga detrás, que arree.
Según Cinco Días: ‘Los accionistas de Repsol son conscientes de que deben actuar con rapidez para proteger a Repsol y, sobre todo, a Gas Natural Fenosa, de cualquier operación hostil ante la vulnerabilidad de la petrolera tras la confiscación de YPF. Así, su principal accionista, La Caixa, con el 13%, tiene encima de la mesa dos opciones defensivas: una fusión por absorción de Gas Natural por Repsol o la venta de la participación que la petrolera tiene en su filial, un 30,01%, según confirman fuentes solventes. En este último caso, la idea es que con los fondos obtenidos, la petrolera que preside Antonio Brufau pueda comprar una petrolera de tamaño medio (quizás, la portuguesa Galp) que compensaría parte del cuerpo perdido con el expolio en el Cono Sur. El viejo y recurrente proyecto de fusión de las dos compañías podría hacerse ahora realidad y las protegería ante una incursión hostil. Eso sí, la operación conllevaría una pérdida de valor para Gas Natural y exigiría una OPA. Las acciones de Repsol (a 14,45 euros ayer) deberían canjearse por un valor inferior a las de Gas Natural (10,63 euros). De optarse por que Repsol venda las acciones de su filial, aunque no resulta el mejor momento, La Caixa se libraría de un posible socio no deseado en Gas Natural. En cualquier caso, se rompería el histórico pacto accionarial que les ha permitido controlar el consejo y gestionar la compañía durante años. Entre los dos accionistas controlan un 65,3% del capital de la filial, por lo que, si Repsol vende su parte, la entidad se quedaría con un 35,27%. Sea cual sea la solución que se adopte, los expertos consideran que debe llevarse ya a la junta de Repsol convocada el 31 de mayo’ fecha crucial para el futuro de la compañía petrolera castellana en la cual nos podemos estar jugando la sede, añado yo.
‘Con la expropiación de YPF por el Gobierno argentino, Repsol ha perdido casi un tercio de su EBITDA (1.231 millones el año pasado); la mitad de sus reservas (unos mil millones de barriles diarios) y se le han esfumado las expectativas creadas con el gran descubrimiento de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta (22.807 millones de barriles equivalentes de petróleo corresponden a YPF) [la razón verdadera de que el gobierno argentino decidiese expropiar YPF]. Y, lo más grave de la situación, el rating de la petrolera ha descendido hasta la frontera del bono basura (Standard & Poor's ha situado la calificación crediticia a largo plazo desde BBB a BBB-, con perspectiva negativa), lo que le encarecerá su acceso al crédito para abordar sus proyectos de upstream en el mundo. También en Bolsa el valor ha descendido casi un 40% en lo que va de año, lo que ha reducido su capitalización a los 17.648 millones de euros [lo que hace que esté a tiro de piedra de los grandes grupos internacionales]. El hecho de que los accionistas busquen una solución urgente (Pemex tiene un 9,5% y Sacyr otro 10%) vendría a demostrar las escasas esperanzas de que el arbitraje internacional contra Argentina permita a Repsol cobrar un justiprecio. Al menos, a corto o medio plazo y siempre con un conflicto político de por medio. No se descarta, no obstante una negociación bajo cuerda del Gobierno español. Los abogados del Estado argentino buscan pruebas de soborno o de delito medioambiental (las denuncias en este caso se remontan a 2008) para librarse de pagar dólar alguno por la malhadada petrolera’.
Es decir, primero expropian y luego buscan motivos para la expropiación. Argentina es así. Recordemos también cómo hace pocos meses el gobierno argentino elogiaba a Repsol mientras ahora busca excusas medioambientales para no pagar. Y digo yo, si había ‘problemas’ ambientales ¿porqué solo se expropian las acciones españolas, solo esas acciones contaminan? Recordemos también que fueron los Kirchner quienes privatizaron YPF, en aquel entonces la única petrolera del mundo con pérdidas, o como España acudió en auxilio de Argentina en el colapso del corralito prestándole 1000 millones… que no ha devuelto pese a estar vencidos muchos plazos. Argentina es así, repito. Y a río revuelto ¿ganancia de catalanes?
Mientras no tengamos las cinco comunidades autónomas castellanas reunificadas en una sola, de nombre Castilla a secas, y un gobierno castellano mínimamente castellanista, mucho me temo que sí, que nos las dan todas. La necesidad de un poder castellano unificado que haga de contrapeso político y económico frente a la periferia y frente a un Estado que continuamente nos utiliza como moneda de cambio para pagar enjuagues políticos, es vital. O espabilamos ahora que está cuestionándose el modelo y el mapa autonómico español, o seguiremos siendo ciudadanos de segunda en una España que hace aguas precisamente porque Castilla, su columna vertebral, está rota y desunida.Recordemos también aquí que la gasista Gas Natural es fruto a su vez de la fusión entre Gas Madrid (de mayor tamaño) y Catalana de Gas, acaecida en tiempos de Felipe González, y cuya sede en Barcelona también fue política (Pujol así lo exigió a González). Y es que cuando en el gobierno de España no hay mayoría absoluta, Castilla acaba perdiendo sedes empresariales, acabamos convirtiéndonos en un desierto industrial. Y lo peor es escuchar que ‘no somos emprendedores’ (como si el emprendimiento fuese una cualidad innata reservada a unos pocos elegidos)… incluso por los propios castellanos, que en mi modesta opinión, mayoritariamente no se enteran de lo que pasa. En fin, atrevida que es la ignorancia y falta de orgullo castellano a partes iguales.
Repsol demandará a cualquier compañía que invierta en su filial expoliada YPF (Foto: sede madrileña de Repsol).
¿Alguna otra solución para Repsol?La ampliación de capital, sin duda la mejor opción para fortalecer la maltrecha caja de Repsol tras el expolio, descartada. Pero, ¿por qué? Los accionistas, encabezados de nuevo por La Caixa, que es quien controla en la práctica el consejo pese a tener un raquítico paquete accionarial de solo el 13%, y quien debe autorizarla, no están dispuestos a costearla y a diluir su poder. Sus intereses particulares por encima del de Repsol, típica actuación de políticos (que es al fin y al cabo lo que son en ulterior instancia en la caja), más que de empresarios. Y así le lucirá el pelo a Repsol, no lo duden.
‘Sin embargo, Repsol reconoce que existen otras vías de refuerzo financiero a las que podría recurrir, como ofrecer a los tenedores de acciones preferentes (valoradas en 3.000 millones de euros) un canje de dichas acciones por bonos convertibles obligatorios. De esta manera, la petrolera se aseguraría el mantenimiento ‘de la calificación de grado de inversión’. Mantener el rating, que está solo a un escalón por encima del bono basura, es esencial para evitar un encarecimiento del crédito y suponen una traba para colocar su deuda. Hay quien considera que este canje equivaldría a una ampliación de capital, aunque tiene el inconveniente de que es voluntario. Algunos analistas opinan que la compañía, dada su delicada situación, no debería repartir dividendo este año, ni siquiera flexible’.
Pues bien, justito lo contrario, La Caixa ya ha anunciado que el dividendo será incluso mayor que el año pasado. Ordeñar la vaca para dejarla tiesa y precipitar el desenlace pergeñado desde la política. Y Rajoy y Soria, me temo, ni se enteran. Solo nos queda Esperanza Aguirre, que en otras ocasiones si ha demostrado ojo y valentía