No te voy a contestar yo, que seguramente no tenga mucha idea de la realidad venezolana, te van a contestar venezolanos anarquistas que seguramente sepan mas que tu y que algun cineasta americano de los problemas del pueblo y del pseudosocialismo populista de tu querido Chavez. Un saludo comunero desde la CASTILLA eterna.Entrevista al periódico "El Libertario" de Venezuela
¿Cuál es vuestro posicionamiento frente a la denominada revolución bolivariana?
Entendemos que lo ocurrido desde 1999 en Venezuela ha sido una infeliz mezcla de caudillismo lenguaraz y capitalismo de Estado, con base en la abundancia de la renta petrolera. Nuestro análisis apunta a que el llamado gobierno bolivariano es una continuación, y no una ruptura, de la crisis de la democracia representativa en Venezuela y su modelo económico basado en la explotación energética. Ha habido una “revolución” en tanto que nuestro modo de vida ha sido desarticulado en muchos sentidos, pero lo que vemos en construcción anuncia claramente resultados negativos para los/as explotados/as y oprimidos/as, por lo que permitir su consolidación es hacer las cosas más difíciles de cambiar. Las transformaciones que los/as anarquistas pretendemos van en rumbo muy diferente al que ha tomado este “proceso”, que con más de 10 años al timón se muestra pleno de autoritarismo, en alianza vergonzante con el capital transnacional (vía asociación en las empresas mixtas que controlan las reservas petroleras del país), burocráticamente ineficaz, estructuralmente infectado de corrupción, con orientaciones, personajes y actitudes que no podemos avalar.
Hemos investigado, documentado y denunciado lo referido al papel asignado a Venezuela en la globalización económica, que no es más que proveer, de manera segura, barata y confiable, recursos energéticos al mercado mundial. Como ningún otro en el pasado, este gobierno de retórica nacionalista e izquierdizante ha sido muy eficaz para aleccionar a la sociedad en aceptar su papel de sometimiento al negocio petrolero global, y agradecer servilmente las migajas recibidas mientras se mantiene una de las distribuciones de riqueza más injustas del continente. Es así que los cuestionamientos ambientales y sociales acerca de los efectos de la explotación de hidrocarburos y minerales se han convertido hoy en tabú y políticamente incorrectos. El gobierno bolivariano ha desarrollado un impresionante aparato de propaganda para vender las supuestas bondades de sus políticas sociales, pero los datos y la propia realidad demuestran que, si ha habido mejoras en algunas dimensiones concretas y programas de gobierno puntuales -pretexto de la acción estatal para atribuirse su pretendida legitimidad en cualquier parte del mundo-, la situación del colectivo no ha mejorado significativamente, pese a haber contado en este decenio con los ingresos fiscales y petroleros más altos de la historia del país para un lapso similar, que sí han servido para encumbrar a la “boliburguesía” crecida a expensas del poder oficial. Mucho de esto lo demostramos en nuestra publicación, procurando citar fuentes y datos del propio gobierno, y como ejemplo del agravamiento de la crisis de los/as de abajo recordamos que Venezuela posee uno de los mayores índices de homicidios del continente, contándose 140.000 muertes por dicha causa para el año 2008. Esto nos habla de la extensión de un clima de violencia que refleja la desintegración de la sociedad venezolana, tendencia que se hubiera revertido, o al menos contenido, si se experimentase algún tipo de cambio que estuviera beneficiando realmente a la población.
Tenemos entendido que el movimiento contrario al oficialismo no es tan homogéneo como lo pretenden los/as defensores/as de este último. ¿Cuáles son las distintas tendencias que luchan actualmente contra el gobierno? ¿Qué relación existe entre estas tendencias?
Ciertamente es falsa e interesada la imagen que presenta la propaganda chavista de una oposición calificada en bloque como de “derecha terrorista, lacaya del imperialismo y controlada por la CIA”, pues aunque pueda existir algún sector cercano a esa imagen, el cuadro es bastante más heterogéneo. Está la oposición heredera del modelo político dominante antes de 1999, con los viejos y debilitados partidos AD (socialdemócrata, cercano al PSOE español) y COPEI (democristiano, afín al PP), más otras formaciones cuya adscripción ideológica va en líneas parecidas, contándose entre ellas ex-partidarias del actual gobierno (como los partidos MAS y PODEMOS), cuya ruptura con el chavismo tuvo más que ver con apetencias burocráticas y de poder insatisfechas que con conflictos político-ideológicos apreciables. Esa oposición socialdemócrata y de derecha pretende -a imagen de lo que hace el chavismo por su lado- presentarse como única opción posible y reducir los problemas del país al ámbito político-electoral, ya que su interés exclusivo es tomar el gobierno para manejar a su antojo la renta petrolera. Su estrategia propagandística ha sido bastante eficaz en atraer iniciativas ciudadanas de base tras su liderazgo, al venderse como “mal menor” frente a la amenaza autoritaria en el gobierno.
Además, existe un sector de la población identificada como “ni-ni”, por no estar de acuerdo ni con el gobierno ni con esa oposición. Este grupo representa la minoría más numerosa del país en los sondeos electorales, por lo que todas las estrategias de captación de voto se dirigen a seducir a los “ni-ni” con alguna de las ofertas en pugna. Con su existencia se evidencia que, a pesar de lo que pregona el enfrentamiento inter-burgués, el país no se encuentra dividido mecánicamente entre chavistas y antichavistas. El Libertario nunca se ha identificado a sí mismo como una iniciativa “antichavista”, pues desde 2002 denunciamos la construcción de una falsa polarización, con el fin de hipotecar la autonomía de los movimientos de base y electoralizar sus dinámicas de movilización. El Libertario forma parte de una constelación, dispersa y por ahora con poca coordinación, de grupos y organizaciones de izquierda anticapitalista que denuncian con igual énfasis al gobierno del presidente Chávez como a sus contrincantes en la oposición mediática. Pero como cabe suponer, estas expresiones son omitidas por las fuerzas a las cuales les interesa que se perciba la existencia de sólo dos bandos en conflicto. Las señales de existencia de esa otra alternativa que desde la lucha con los/as de abajo intenta romper con el electoralismo, se van haciendo notar en los recientes 2 ó 3 años, cuando poco a poco la manifestación de los conflictos sociales hace vislumbrar a trabajadores/as, indígenas, campesinos/as, estudiantes, víctimas de la violencia institucional y delictiva, gente sin vivienda, etc., que de la pugna por el poder estatal no saldrá la vía de solución a sus problemas, como no ha ocurrido en esta década de supuesta revolución, ni antes en 40 años de tramposa democracia representativa.
¿Qué actividades y reivindicaciones están promoviendo los/as libertarios/as venezolanos?
El movimiento anarquista local actual tiene corta vida, que casi se confunde con el tiempo de publicación de El Libertario, de modo que nos ha tocado durante estos años lidiar con los autoritarismos del gobierno y de los partidos opositores, pues ambos son por igual ajenos a nuestra propuesta. Hemos enfrentado enormes obstáculos tanto para asentarnos como opción reconocible como para insertarnos en las luchas sociales concretas; pero nuestra tenacidad ha rendido sus frutos y la prueba de ello se halla revisando las páginas de las distintas ediciones de El Libertario (muchas están disponibles en nuestro website), particularmente las recientes, donde se aprecia cómo se vienen abriendo espacios para prometedoras conexiones entre el activismo ácrata y las más dinámicas expresiones de movilización social que hoy existen en Venezuela, pues buscamos relacionarnos con los más sentidos conflictos y reivindicaciones del colectivo, promoviendo la autonomía de los movimientos sociales y acompañándolos en su desarrollo. Para ello hemos venido construyendo afinidades y coordinaciones diversas con movimientos e iniciativas de base y grupos anticapitalistas, entre los cuales mencionaremos al Comité de Víctimas contra la Impunidad de Lara, la Casa de la Mujer “Juana la Avanzadora”, el grupo de estudios “Pueblo y Conciencia” de Maracay, la Unión Socialista de Izquierda y la tendencia sindical CCURA, el grupo Tercer Camino del ex-guerrillero Douglas Bravo, diversos sindicatos del sector público de la salud, organizaciones de derechos humanos, iniciativas juveniles y colectivos ecologistas.
Unas palabras acerca de organizaciones como el Frente de Acciones Libertarias. ¿Anarquismo bolivariano o infiltración de los servicios de inteligencia?
No sabemos si tiene sentido hablar de una supuesta “organización” de la cual apenas hubo indicación de existencia a través de lo que decía sobre sí misma en Internet, y que además dejó de dar señales de vida en ese medio luego de solicitar el voto a favor de Chávez en los comicios de diciembre de 2007. El caso, por lo demás, es parecido al de otras nebulosas “organizaciones” que salen a relucir cuando se pretende probar la real existencia del anarco-chavismo o anarquismo bolivariano, respecto a lo cual la explicación tendría que ver menos con conspiraciones policiales y más con la psicopatología de algunas obsesiones individuales o con justificar la aceptación de subsidios del gobierno.
Muchos/as anarquistas fuera de Venezuela no conocen este problema. ¿Qué creéis que se puede hacer para clarificarlo?
Si el problema es la existencia de entidades como el FAL, no habrá mucho que los/as anarquistas podamos hacer frente a las monomanías o la excusa de prebendas oficiales, si ése fuera el caso. Por lo demás, con que algún anarquista en cualquier parte del mundo reflexione un poco, siendo consecuente con el ideal que defendemos y con un mínimo de información sobre el caso venezolano, se dará cuenta de la incongruencia absoluta de declararse anarco-chavista o anarco-bolivariano, pues es una contradicción tan obvia como proclamarse “anarco-estatista”. En todo caso, desde nuestra publicación seguiremos esforzándonos porque se conozca lo que se dice desde el anarquismo venezolano (incluso, en nuestra web se encuentran una gran cantidad de traducciones al inglés, francés, alemán, italiano y portugués), contando además con el apoyo de muchos voceros libertarios en el mundo que solidariamente dan espacio a nuestros puntos de vista. En cualquier caso invitaríamos a conocer las opiniones no sólo de El Libertario, sino de todas las iniciativas que desde el anticapitalismo vienen denunciando al chavismo por su pretensión autoritaria y por beneficiar a los sectores más agresivos de la actual economía global. Por supuesto, lo mejor sería si se visita Venezuela para ver la realidad escondida tras el espectáculo pseudo-revolucionario bolivariano.
¿Cuál es la actitud del gobierno frente a las agrupaciones e individualidades anarquistas que no consigue controlar?
Aun cuando no existe aún una represión específica contra el anarquismo, el Estado venezolano viene avanzando en una política de control y sometimiento a cualquier muestra de disidencia radical que cuestione y combata las bases del actual sistema de dominación político y económico. Esto de ningún modo es diferente a lo que impulsan otros Estados en el resto del mundo, aún cuando aquí se quiera enmascarar bajo una fraseología de revolución, socialismo y poder popular. Por lo tanto, en la medida que los/as anarquistas participamos en las luchas sociales y promovemos su desarrollo autónomo frente al poder autoritario, nos vemos sometidos a la misma oleada represiva que hoy se cierne sobre las expresiones del movimiento popular que nos negamos a aceptar que en la voluntad del Comandante Chávez está la salvación colectiva. En este sentido queremos describir más la criminalización y represión de la protesta social adelantada por el gobierno actual. Durante los años 2002 y 2004, con la excusa del golpe de Estado, se realizaron modificaciones a diversas leyes, como el Código Penal y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, en la que se penalizaba el cierre de calles y la realización de huelgas en las llamadas empresas básicas. Lo que se vendió como “represión para los golpistas” ahora está afectando a las comunidades que se movilizan por sus derechos. Según cifras reveladas por los sindicatos, el movimiento campesino afecto al gobierno y las organizaciones de derechos humanos, hay un número aproximado de 1200 personas sometidas a regímenes de presentación en los tribunales por realizar protestas. Por otra parte el gobierno no necesita realizar, en primera instancia, la represión directa contra las manifestaciones, pues emplea organizaciones paraestatales, tituladas como “poder popular”, que realizan el hostigamiento psicológico y la contención física del descontento con el pretexto de “neutralizar el sabotaje a la revolución”, lo que sin duda recuerda estrategias similares ocurridas en otros países. Si las protestan perseveran y alcanzan notoriedad, el Estado apela a policías y militares, con los resultados conocidos en cualquier parte del mundo: represión violenta con saldo trágico de muertes y lesiones. Es así como el 20 de marzo de 2009 asesinaron a un sin techo, José Gregorio Hernández, en un desalojo en Anzoátegui y, el 30 de abril de 2009, asesinaron a un estudiante, Yusban Ortega, en Mérida, por citar sólo casos recientes. En este contexto, es que el gobierno califica de “contrarrevolucionaria, promovida por la CIA y el imperialismo” a cualquier expresión de descontento, una estrategia que si bien ha sido efectiva en el pasado, ahora ha perdido parte de su efectividad y los/as ciudadanos/as de a pie, venciendo el miedo, se han ido animando a protestar por mejorar sus condiciones de vida.
Habéis publicado varios artículos denunciando represión sindical por parte del gobierno. ¿Seríais tan amables de hablarnos de este tema?
Casos como el de los dos trabajadores de Mitsubishi asesinados a fines de enero de 2009 por la policía “socialista y bolivariana” del gobernador chavista en Anzoátegui, son – como tantos otros ejemplos de represión – presentados por la propaganda gubernamental como una excepción ajena a la política de Estado, o como la consecuencia de provocaciones y/o infiltraciones buscando enlodar la pulcra imagen oficial. Pero, como hemos denunciado detalladamente en El Libertario, es la aplicación de una orientación en la cual se ha comprometido el actual Estado venezolano – fiel a sus orígenes en el golpismo militarista y a la orientación ideológica que ha ido a buscar con la dictadura de los Castro en Cuba – que, bajo la mascarada del socialismo del Siglo XXI, quiere imponer tanto por la vía del garrote como por la vía de la zanahoria un modelo de control autoritario sobre la sociedad, lo cual hace en acuerdo y con la bendición de sus socios del capital transnacional. Hoy, con la crisis económica del capitalismo global, los recursos para controlar con la zanahoria se hacen más escasos también en Venezuela, a pesar de la riqueza petrolera, por lo que con toda diligencia está cayendo sobre las costillas de los/as oprimidos/as “el palo del pueblo” que pronosticase Bakunin como recurso inevitable de los/as autoritarios/as que se proclaman de izquierda.
En cuanto a lo respondido en la pregunta anterior, recordamos la situación de los/as “14 de Sidor”, grupo de trabajadores/as que junto con el régimen de presentación está siendo juzgado por “apropiación indebida calificada y restricción a la libertad de trabajo” por protestar por sus condiciones laborales, lo que podría significarles una pena de entre 5 y 10 años de prisión (más info en
http://www.nodo50.org/ellibertario/descargas/solidaridad_camila.doc). En este punto debemos denunciar que desde arriba se ha intentado construir, artificialmente, centrales sindicales controladas por el partido de gobierno, el PSUV. Esta maniobra ha profundizado la crisis histórica en el sector y reforzado la presencia de los “sindicaleros”, que viven a costa de vender los derechos de los/as trabajadores/as frente a los/as patronos/as. Además, tenemos las reyertas entre sindicatos por la distribución de puestos de trabajo, una particular “conquista” de las contrataciones colectivas en los sectores petroleros y de construcción, en donde los sindicatos controlan un alto porcentaje de la asignación de empleos. Si bien esta situación es anterior al gobierno de Chávez, la degradación actual del sindicalismo, alentada por el poder estatal, la ha llevado a terrenos dramáticos, y es así cómo en el año 2007 un total de 48 personas, en su mayoría sindicalistas, fueron asesinadas por conflictos relacionados a la obtención de empleos, siendo 29 la cifra para 2008. Por otra parte, son conocidas las declaraciones presidenciales atacando la autonomía de las organizaciones sindicales, así como las presiones a los/as empleados/as públicos/as para adherirse al PSUV y participar “voluntariamente” en demostraciones a favor del gobierno. Es increíble que el despido de personas por no ser afectas a la visión política oficial encuentre justificación en personas que se consideran a sí mismas “revolucionarias”. Recuérdese la publicación del censo de electores de oposición, la llamada “Lista de Tascón” (en honor al diputado que la hizo pública), con la que se discriminó, como política sistemática, a quienes allí se identificaba como adversos al gobierno. La propaganda oficial vocea que Venezuela tiene el salario mínimo más alto del continente, pero calla que el 18% de los/as trabajadores/as gana menos que eso, y que el 50% recibe entre 1 y menos de 2 salarios mínimos, en el país con la inflación más alta del continente en la década en curso. Pese a todo, hoy vemos con esperanza como progresivamente más trabajadores y trabajadoras, de diferentes sectores, han perdido el miedo a ser criminalizados/as y están saliendo a la calle a ganar sus derechos mediante la lucha.
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