http://www.elnortedecastilla.es/20140302/local/salamanca/comuneros-quiere-aparcamiento-201403021205.htmlDe momento, el alcalde ha convocado una nueva ronda de encuentros con comerciantes y vecinos
Si nada hubiera pasado, este mes de marzo debería estar ya abierto el proceso de contratación de las obras del aparcamiento subterráneo en la avenida de Comuneros de Salamanca. Pero algo ha pasado, en realidad bastantes cosas, desde que la Comisión de Fomento del Ayuntamiento de Salamanca aprobara a mediados de enero el estudio de viabilidad del proyecto.
Se han producido una decena de reuniones entre los responsables municipales y vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona. Ahora, sobre muchos balcones y ventanas cuelga un contundente 'No al parking' y este jueves salían a la calle varios centenares de salmantinos para mostrar su rechazo a una infraestructura que el Ayuntamiento sigue defendiendo como necesaria.
Que aparcar en Salamanca no es fácil no es ningún secreto para cualquier conductor. Que hacerlo en algunas zonas es especialmente complicado, tampoco. El Plan de Movilidad del Ayuntamiento proponía una serie de aparcamientos subterráneos en el entorno del casco histórico con el fin de solucionar «la saturación de aparcamiento en viario para residentes en barrios del entorno del centro».
Aquí se proponían como alternativas un subterráneo en un tramo de la avenida de Mirat y otro en La Alamedilla. Con el fin de respetar la zona central del parque, el aparcamiento se proponía en el viario de la avenida de La Alamedilla y bajo la senda interna que separa el pabellón y el colegio Rufino Blanco de la zona verde.
La propuesta generó sin embargo alegaciones de rechazo. Desde los movimientos ecologistas se criticaba la amenaza para el arbolado maduro del parque, mientras que también otros colectivos alertaban de la necesidad de mantener la «configuración histórica» de un recinto que si bien no está en la zona declarada patrimonio, sin duda supone un emblemático espacio público en la ciudad.
Así las cosas, el Ayuntamiento decidió modificar parcialmente el proyecto y plantearlo bajo el viario de la avenida de comuneros, entre el cruce con el paseo de la Estación y el puente del ferrocarril. El nuevo proyecto habla de una inversión privada necesaria de 6 millones de euros que la empresa podría recuperar con la gestión durante los próximos 40 años de una cantidad superior a las 280 plazas de rotación.
El nuevo proyecto salió de la Comisión de Fomento avalado por la unanimidad del PP y PSOE a la hora de dar luz verde a su estudio de viabilidad. También la asociación de vecinos de Comuneros parecía favorable a la idea. Rápidamente fue aprobado por la Junta de Gobierno Local con el fin de impulsar una infraestructura cuya salida a contratación e inicio de obras se prometía casi inmediata, ya que con una previsión de 12 meses de trabajos, el objetivo del Ayuntamiento era que el nuevo subterráneo estuviese terminado para la primavera del 2015.
Reticencias vecinales
Pero algo se torció. En cuanto el equipo de Gobierno municipal dio inicio a las primeras reuniones informativas en la zona, comenzaron a crecer las dudas y reservas, hasta conformar una abierta oposición en la zona al proyecto. También el PSOE, que convocó un encuentro con los residentes en un hotel próximo al lugar de la obra, pasó a rechazar el proyecto.
Las reticencias formuladas en el primer encuentro entre algunos concejales y vecinos, llevaron al alcalde a tratar de encauzar personalmente el proyecto y convocar a distintas reuniones a todos los implicados, desde los residentes hasta los profesionales del centro de salud de La Alamedilla.
Pero el resultado del partido apenas se ha movido. Aunque algo sí. Alfonso Fernández Mañueco pasó de defender que el Ayuntamiento «apuesta totalmente» por la infraestructura al considerarla «necesaria y útil para la ciudad» a insistir en los últimos días en que no hay ninguna decisión tomada en firme sobre la futura ejecución o no del proyecto y, en todo caso, a pedir calma hasta que pueda solventarse el plazo de alegaciones abierto al estudio de viabilidad. Ciertamente, resulta complicado evaluar numéricamente cuál es el porcentaje de población de la zona que se opone al subterráneo y cuál es la que está a favor. No obstante, el paisaje urbano de Comuneros está marcado ahora por un relevante número de carteles contra el aparcamiento –desde el kiosco de la plaza de España hasta varias ventanas y balcones- que hablan con cierta elocuencia.
El Ayuntamiento insiste, el aparcamiento facilita la movilidad –en coche-, genera movimiento y dinamiza la zona. Sin embargo, los argumentos contra la infraestructura escuchados en la manifestación siguen considerando que hay mucho más negativo que positivo en la idea.
Muchos de los residentes en la calle aseguran que el Ayuntamiento no ha sido capaz de darles la certeza de que las obras no afectarán a la estabilidad de sus edificios. «La casa donde vivo está asentada en zona de cauce y no se hizo bien, incluso antes de acabarla pensaron que se caía y eso fue hace 50 años», explica una vecina, que asegura que «hace unos años con las obras de la calle ya nos vibraban las casas, así que si ahora quieren cavar no queremos ni pensar lo que puede pasar».
Las garantías técnicas aportadas por el Ayuntamiento en este sentido, no parecen haber hecho abandonar los temores a muchos vecinos, que insistían en que «no hay ningún tipo de seguridad de que no pueda pasar algo, este no es el lugar para un subterráneo».
Negocios
Los comerciantes de la zona abanderan el otro gran argumento contra la obra. «Más de un año con la calle abierta puede ser la puntilla para muchos negocios». Bruno Merino, portavoz de la plataforma creada para encauzar el rechazo a la obra señala que «el Ayuntamiento dice que van a habilitar pasos, pero sabemos lo que ha ocurrido en otros sitios y entendemos que la situación de los comercios es ya suficientemente complicada como para tener que afrontar un problema de esta envergadura».
Tampoco la necesidad de que el vial se lleve a cabo ensanchándose bajo una franja de 7 metros que actualmente forma parte de La Alamedilla convence a otros vecinos. «Dicen que los árboles que quiten los replantarían, pero la verdad es que no lo vemos muy claro», insiste Merino.
Entre los manifestantes que cortaban el paso el jueves en señal de protesta aún había más arsenal de argumentos. Desde las ventajas de acondicionar el solar de la calle de la Radio (suelo municipal sin uso) a la evidencia de que otros subterráneos de similares características apenas tienen uso. «Que vayan a la Avenida de Portugal y vean cómo está de vacío», insistía un vecino, quien subrayaba que «para hacer 283 plazas bajo tierra se quitan más de 200 en superficie».
De momento, el alcalde ha convocado a una nueva ronda de encuentros a comerciantes y comunidades de vecinos. Parece que empieza un nuevo partido.