PÁGINAS CLARAS
_______________
_______________
¿AQUÍ FUE ESPAÑA?He pasado pasado unas horas en la histórica Villalar, la del muy noble y muy leal solar de Valladolid. La ruta ha sido la de siempre: hasta Benavente la vieja, en camino de hierro; hasta la villa histórica, en una tartanita desvencijada que al trote cansino de un caballejo escuálido va tragándose lentamente el cuidado caminito vecinal.
¡Villalar la muerta y olvidada, la de las bajas casitas y la gallarda torre de las espadañas, yo te hallo como otras veces, tranquila, sosegada, dormida cabe el rollo que marca una brillante página de gloria en la historia de esta raza nuestra, dulcemente arrullada por la brisa que viene de los chopos vecinos...!
Por tus callejas discurro silencioso y desde una encrucijada contemplo unos alcores, unas lomas donde acaso las huestes del temible Conde de Haro cogieron en rehenes al bizarro adalid Juan de Padilla.
¡Villalar la chiquita, la noble y la callada, la de la vieja iglesia y el miliario tristemente célebre! La que una riente mañanita abrileña viste inmolarse en aras del más alto ideal —la santa libertad de su patria, sometida a la tiranía de unos malandrines venidos de Flandes con el Rey Carlos—, y con un gesto gallardo —muy de hidalgos de la rancia y castiza cepa española—, a tres guerrilleros inmortales: Bravo, Padilla y Pedro Maldonado!
Cabe éste rollo, cuyas piedras seculares, patinadas por los siglos, parecen hablar de temples recios, de claras inteligencias y nobles corazones, fueron decapitados los tres caudillos bizarros que ardieron en el fuego de la más santa rebeldía.
¡Aquí con Castilla fué mi Éspaña! La mi España del Cid, de Padilla, y de Bravo. La mi España de Cisneros y del Conde de Haro. La vieja y muy amada Castilla mía. La de los viejos hidalgos nobles, la de los esforzados paladines y los monjes austeros, de tosco sayal, pardo como la tierra madre, la de los Reyes guerreros y cristianos, la de los cromados aceros toledanos, que se templaron en las aguas rumorosas del Tajo. ¡La grande y poderosa vieja España de antaño! La mía y la de ustedes, ancianos venerables, que cara al sol, y en los aledaños de ésta recogida Villalar, vivís los postreros días de vuestra larga vida y sentís la Patria a la usanza de antaño...
¡Aquí con Castilla fué mi España! La mi España del Cid y Fernán González, la de Cisneros y los Condestables, la de los lances caballerescos en las encrucijadas de las callejas silentes, bajo la clara luz de la luna, la de los claros varones y los recios hidalgos, la de los guerrilleros y los trovadores... ¡La muy amada y poderosa vieja España de antaño!
ENRIQUE MORENOArtículo publicado en «El avisador numantino: Periódico de intereses generales y noticias», n
º 4686, 1 de diciembre de 1926.