El desapego creciente de los ciudadanos por la política ha quedado patente una vez más en las pasadas elecciones. ¿Hasta dónde llegará este desinterés?. Como siempre en las posturas humanas hay tres actitudes básicas en correspondencia a tres valores: catastrofista, optimista y conciliadora. Sin duda tres planteamientos que corresponden a la necesidad humana de plantear sus ideas en forma de síntesis. Tenemos miedo inercial al pensamiento holístico, general, porque todavía no hemos establecido bien las reglas de juego en ese campo.
Las neurociencias, cada vez más, establecen que la forma de pensar correcta, o por lo menos más correcta, para el mundo que se avecina es la del pensamiento general, el pensamiento en redes sobre redes, que es como funciona el cerebro.
Sería bueno aplicar esta forma de pensar a la situación actual de la política en España.
Doy algunas claves:
Pensamiento desafecto, pero no en exceso. La inteligencia emocional nos explica que nuestro cerebro constituye ideas con la fuerza motriz de las emociones. No olvidemos las emociones.
Pensamiento empático, no tolerante. Supone un pensamiento constructivo con el otro.
Pensamiento global, a la vez que local e individual.
Soluciones en proceso, nunca cerradas.
Pensamiento retroalimentado: individuos reconocibles en el colectivo.
Educación y formación metódica más que de contenidos e información.
Pienso que un desarrollo de estos principios y muchos otros que empiezan a vislumbrarse en el estudio creciente y maravilloso de las neurociencias llegaríamos a entender no esa evidencia sencilla del desapego ciudadano de la política no en los términos de la valoración que indicaba al principio sino que veríamos más allá. Veríamos la mosca, no el dedo que la señala.
Mientras llega esa revolución del pensamiento mejor cuanto menos tiempo sigamos aferrados a los cómodos resortes de izquierda y derecha, psoe y pp, nacionalismos y España, colectivo e individuo, enseñanza laica y religiosa, la SER y la COPE...automatismos del pensamiento de la época anterior.
Desde luego esta revolución no llegará por los políticos, para qué?. Ya les va bien gestionando el caldo mediocre que impera. Tampoco desde los medios de comunicación. Estos son adaptables y conservadores por definición económica. Su riesgo es controlado y dentro del sistema. Talmente como los Bancos.
Quizá venga desde la Ciencia y concreciones individuales. Venga en difuso, como tantas otras cosas nos han venido.
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