Con motivo de la muerte del aristócrata José Luis de Vilallonga, os cuelgo un artículo de este asesino fascista publicado en La Vanguardia hace 5 años, en el que reconocía abiertamente su participación en fusilamientos durante la guerra civil y realizaba manifestaciones claramente racistas y amenazantes por las que jamás fue condenado ni procesado. Luego dicen que la Justicia es igual para todos. Para los aristócratas fascistas, parece que no.
"El silencio de los corderos"
JOSÉ LUIS DE VILALLONGA
"Querida Charmion: ayer recordaba yo por teléfono con un amigo de mi edad, compañero durante el ataque al "cinturón de hierro" que defendía Bilbao, que nuestro coronel, don Joaquín Gual de Torella -un mallorquín de buena cuna amigo de mi familia de toda la vida-, había dado la orden de no capturar vivo a ningún cura vasco cogido con las armas en la mano. "
"La orden de cargarse sin más a los curas vascos que cayeran en nuestras manos la dio el coronel al salir del opíparo desayuno que nos ofrecía todos los domingos después de la misa. A algunos de los jóvenes oficiales que estábamos bajo el mando de Gual de Torella aquella orden nos pareció exagerada porque dejaba claro que bastaba ser vasco, cura y combatiente para merecer la muerte. La orden del coronel se cumplió a rajatabla aunque algunos de nosotros, más cristianos que católicos, dejamos escapar a algunos curas aun a sabiendas de que nos jugábamos nuestras propias vidas. "
"Estuve durante mucho tiempo orgulloso de haber salvado aquellas tres vidas. Hoy ya no lo estoy tanto. Es más, me corroe la idea que uno de aquellos tres curas que dejé escapar podría ser el que con el tiempo se convirtió en monseñor Setién, ese gran reptil venenoso que, por el hecho de ser el más inteligente de todos, agrava aún más el daño inmenso que siempre ha causado, pues aunque ahora sea el que menos dé la cara, no deja de ser el gran manipulador de esa Iglesia vasca que acoge, arropa y defiende a los asesinos de todo aquel que no comulgue con las estupideces de Sabino Arana. No sé si algu-no de aquellos curas a los que salvé ha llegado nunca a ser obispo, pero si así fuera no me lo perdonaré en lo que me queda de vida. "
"Como muchos españoles, estoy hasta el moño de los vascos. Tengo múltiples razones para que los vascos me caigan gordos "
"Siempre nos los han representado como seres un poco primarios, pero noblotes, honrados y buena gente. En realidad no lo son. ¿Noblotes el esperpéntico Arzalluz y el escurridizo Atutxa? ¿Noblote el Jon Imaz ese que lleva pintado en el rostro su parentesco genético con las ratas de alcantarilla? ¿Noblotes y buena gente Josu Ternera y Otegi, asesino el uno, instigador de crímenes el otro? El Rhesus negativo del que tanto presumen los vascos es verdaderamente negativo. No hay ninguna hombría, ni en sus palabras ni en sus actos. Son además gente cobarde. "
A todos los vilallongas les llega su San Martín.

