¡Por los pelos!
Tras un año espantoso, marcado por apuros económicos, embargos y la desconfianza mayoritaria de la afición respecto a la directiva.
Tras el fracaso de la temporada de abonos y estar a punto de no empezar la temporada.
Tras pasar la mayor parte de la temporada en puestos de descenso, con un juego ramplón y absoluta ineficacia.
Cuando todo parecía perdido tras perder en casa contra el Córdoba, rival directo, a cinco jornadas del final.
El Albacete ganó ayer la tercera de las cuatro finales que le quedaban. Ante un Las Palmas que no se jugaba gran cosa pero que no lo puso fácil el Albacete no dejó lugar a los nervios. Un gran gol de Xavi Jiménez (lo mejor de una temporada mediocre para él) ponía el 1-0, el Albacete, que dependía de sí mismo, aseguraba en ese momento la permanencia. Pasaba del minuto 30 cuando Diego Alegre ponía el 2-0, la afición, que ayer llenó el campo agotando las entradas, respiraba por primera vez en meses de agonía y desesperación.
El 2-0 era vital, en una jornada sin margen para el error sucesivamente iban cayendo goles. El empate ya no bastaba cuando Las Palmas, que había tenido opciones de marcar al final de la primera parte, colocaba el 2-1 a remate de Fukuda. En esos minutos el Alavés marcaba dos goles consecutivos y un segundo de Las Palmas hubiera dejado al equipo KO. Pero pese a que el Albacete seguía dependiendo de si mismo, se mascaba la tragedia.
15 minutos de agonía, contra un Las Palmas que no renunciaba a nada y cuyos jugadores entraban con fuerza e incluso con sorprendente dureza para un equipo sin nada en juego, que acabaron tras anotar Barkero desde los 11 metros el 3-1, en uno de los lanzamientos de penalty más angustiosos que se recuerdan en años en el Carlos Belmonte. Todo parecía resuelto.
Tras el gol el partido acabó, Las Palmas con uno menos desistió al fin y dejó de presionar; el Albacete entretanto dió el resultado por bueno y el final del encuentro fué poco más un soso y esperanzador rondo entre jugadores del Albacete que con pocos sobresaltos, se prolongó hasta el final.
¡Salvados, por fin! Una salvación que sabe casi a ascenso y que algunos celebraron casi como tal, en una temporada terrible en la que hubo que esperar hasta el final para lograr el objetivo, al final se salvaron los muebles, el Albacete sigue vivo y ahora, solo queda trabajar para preparar el futuro.