Era cuestión de tiempo y eso que parece adolecer los gestores políticos de la CM y la Villa de Madrid, la instalación de los "chirimbolos" respondía mas a los métodos cohercitivos de control de la población que a un supuesto beneficio estetico de la Ciudad de Madrid. Recordemos que es sancionable colocar carteles en Madrid.
La empresa CEMUSA, responsable de la explotación de las marquesinas de publicidad de esta ciudad han recibido orden de no anunciar la película Diario de un Ninfomana.
La prohibición se extiende a la Cadena Cope y a la TV pública TELEMADRID (que pagamos todos)
Esta claro que todo aquellos que suponga una liberación sexual, en especial para la mujer es considerado por nuestros responsables polítocs como pernicioso para nuestra salud mental.