Muy bien. Sobre todo me ha gustado el hablar de la reunificación de comunidades castellanas no partiendo de la historia, sino partiendo de de la economía, hablando de educación, hablando de sanidad, hablando de comunicaciones por carretera y trenes, hablando de ahorros en la gestión por coordinación y a la larga unificación de entes. Por ahí es por donde hay que empezar siempre, al hablar de la reunificación de comunidades autónomas.
Poniendo todos los ejemplos reales que se quieran, gente que tiene que ir a un hospital lejano porque el que le pilla cerca pertenece a otra comunidad, niños que en pueblos vecinos aprenden cosas distintas en el colegio porque los libros son distintos, porque están hechos para apuntalar unas comunidades autónomas recién inventadas. Los derroches en construir carreteras, bomberos o servicios de emergencia que no han podido actuar en una comunidad autónoma por pertenecer al gobierno de otra, universidades, lo que haga falta...
Y una vez presentados todos datos, a continuación se pasa a cuál es la situación a nivel estatal, a comentar que no se pueden anular sin más todas las autonomías porque en algunas sí hay demandas populares de autonomía y mayores competencias, por los motivos que sean, históricos, culturales, naturales... lo que sea en cada caso, pero hay una demanda popular real, que no ha sido el caso de Castilla. Y por eso partidos como UPyD se estrellan, se estampan contra esas comunidades. Y no se pueden impedir hoy en día salvo que sea amordazando a la población local (lo cual sería peor), esas demandas de autonomía. Esa es una realidad.
Pero lo mismo que los catalanes tienen derecho a ser catalanes, los vascos a ser vascos, los aragoneses, los andaluces etc. porque es su historia, es su cultura y es en definitiva su identidad, los castellanos tenemos derecho a estar unidos y es nuestro lugar estar unidos, es nuestra historia milenaria estar unidos, desde hace ya casi 800 años en el menor de los casos (León, Ciudad Real y Albacete). Aparte de todo lo que compartimos a nivel de entorno geográfico y medio rural y natural, y aparte de que otras comunidades, todas las fuertes y que encabezan el movimiento de descentralización y demanda de autonomías salvo el caso especial de Galicia, giran alrededor de un gran núcleo como son Barcelona, Valencia, Sevilla o Zaragoza, o Bilbao, y nosotros carecemos de ese núcleo si nos quitan Madrid (y a continuación como no, vienen los localismos exagerados que se desarrollan en toda autonomía inventada en Castilla).
Y por todo ello, lo que se nos hace dejándonos divididos en comunidades autónomas independientes y artificiales, es condenarnos para siempre a la marginación, a la exclusión en todos los temas importantes en el país.

