Aquí disiento, no es que el resto de España no lo ve, sino que los que no quieren la reunificación de Castilla (o mejor dicho, les da igual) son los castellanos (o, por mejor decir, los españoles que habitan Castilla).
No es cierto. Lo que pasa es que los castellanos siguen ensoñándose con la reunificación de España. Que es distinto.
España se rompe, pero no de ahora, se rompió el mismo día en el que se creó el Estado Autonómico. Estado en el que el PSOE no ha hecho más que incidir y reincidir, con sus riendas llevadas por catalanes y andaluces. El PP, que es lo que votan los castellanos está en contra de esto. Pero no invierte este movimiento, solo lo frena.
El problema de los castellanos no es que nieguen a Castilla, es que llevan un trapo atado sobre los ojos y es lo único que ven. Un trapo rojigualda.