Si Castilla volviera a ser "restospaña", no habría autonomías castellanas gastando dinero en promocionar unas diferencias culturales ficticias respecto a sus vecinos. Es decir, que Madrid ya no potenciaría la bandera de la Mahou cinco estrellas, los panmancheguistas se tendrían que volver a sus molinos, los castellanoyleonesistas dejarían de pensar en Duerolandia (lo siento, PERCAL

), y los reductos de Santander y Logroño ya no tendrían que seguir inventándose personalidades de aldea venida a más.
Ya nadie financiará estudios que busquen justificar el presente con una historia inventada, ni se harán campañas publicitarias en las que se confunda una parte con el todo. Tampoco habrá barreras a 50 km de la ciudad de Madrid ni se enseñará a los colegiales "la invasión de Castilla la Mancha por parte de Roma", ni se costearán programas casposos regionalistas en las televisiones públicas, ni se llevará a los viejos de excursión con banderitas autonómicas.
En definitiva, que si desaparecen esas autonomías, nos quitamos un enemigo, el mayor que hemos tenido nunca, y dejamos libertad a que la REALIDAD, la que demuestra las semejanzas entre los castellanos, invada este nuestro erial. Sin ese enemigo, volveremos a la Castilla de toda la vida...porque si desaparecen las comunidades autónomas, de alguna manera habrá que llamar a este cacho tierra en el que vivimos, digo yo, y quizá a algún tipo listo le de por mirar en algún libro antiguo cual era el nombre de este territorio antes de que nos lo arrebatasen, y descubrirá que, antes de que se nos traicionara en la Transición, esta tierra tenía su nombre y su personalidad.
Y a partir de ahí, estaremos mucho mejor posicionados para defender un proyecto castellanista serio. En ese sentido estoy totalmente de acuerdo con Francisco de Medina.
Por eso siempre he defendido que la construcción de Castilla no puede partir de la unión o colaboración de las actuales CCAA, como a veces el castellanismo ha deseado. Castilla resurgirá sobre las ruinas de esas autonomías tras su eliminación, o no resurgirá en la vida.

