Ese catedrático vive de soltar declaraciones grandilocuentes. Se hizo famosete así, anunciando el apocalipsis económico... cuando ya estaba anunciado. Lo sorprendente es que muchos de sus vaticinios acabaron en sonoros ridículos pese a lo cual no ha aprendido. Algunos medios siguen dándole cancha porque ofrece grandes titulares anunciando el fin del mundo o casi. Últimamente se ha pasado al bando separatista catalán, anunciando que en efecto, España roba a Cataluña a manos llenas desde ni se sabe y que con la independencia las tasas de felicidad serían infinitas y todo sería color rosa... y no le falta en esto razón, la felicidad sería infinita sí, pero para los no catalanes, claro.
Sin ya ningún tipo de crédito académico, se dedica a, sutilmente, insultar a los no periféricos, tal y como ese titular, bien leído, subliminalmente, indica.
Bien sabéis todos que siempre defendí la unidad de España, no por españolismo, entendido este como otra forma de nacionalismo más, sino simplemente porque creo que es una gran idea, un gran proyecto, porque tiene sentido geográfico e histórico y responde a una lógica económica clara. De hecho nadie hasta la fecha me ha dado un solo argumento que demuestre que la unidad de España sea mala. Ahora bien, esto es como todo, si estamos infectados de traidores, de gentucilla desleal y egoísta además de insolidaria, que además nos es claramente hostil, que nos odia y desprecia contínuamente, etc. y esto no responde a una moda pasajera o apoyada por cuatro botarates sino a un plan bien concebido, bien respaldado popularmente y de larga duración y recorrido, entonces, si se constata que esto es así, y es evidente que lo es, que llevan 130 años dando por culo y jodiéndonos, entonces repito, a tomar por cleta la biciculo, que les den por donde amargan los pepinos, que les folle un perro sarnoso, que les metan un paraguas por donde la espalda pierde su santo nombre y se les abra dentro... y que apechuguen con las consecuencias: mercado cerrado y contador al canto en todos los trasvases de agua
EXPULSIÓN INMEDIATA
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