Lo que queda del PSOE y lo que resulta ser Podemos continúan disputando sus batallitas por el poder y andan camino de regalarle otra mayoría al PP sin que a ninguno de los tres les importe un pimiento el bienestar de la ciudadanía castellana.
En clave interna, Iglesias trata de sofocar la rebelión errejonista dinamitando los puentes tendidos hacia el PSOE mientras que entre los ex socialistas, ex obreros y ex españoles, más que "partido" ya dividido, se difunde el rumor de que Sánchez e Iglesias se encuentran en connivencia para boicotear a sus críticos.
La ruptura es irrelevante por más que deje a García Page en minoría y si de verdad Podemos quiere poner trabas al PSOE será divertido ver a unos y a otros hacer frente común con el PP, que con semejantes opositores bien puede pasarse las campañas electorales jugando al parchís, así que esto no es más que otro gesto de tacticismo barato y sin contenido, marca de la casa en Podemos, un partido que ha incurrido en dos años en todas las contradicciones que el PSOE acumuló en treinta...