En los países musulmanes el ejército ha sido el factor laico de la sociedad. En Turquía la dictadura de Ataturk. En otros lugares, las ideologías Baaz que como todos recuerdan, es un conglomerado de ideas nacionalistas y socialistas a la vez, emanadas de la quinta columna que Hitler intentó colar en la retaguardia británica de Oriente Medio y articuladas por Selah al Din al Bitar y Michel Aflaq después de la guerra.
Es muy triste tener que elegir entre los militares o los clérigos. La dinámica turca es absolutamente espantosa porque el defensor de los clérigos ha conseguido descabezar a la oposición política y a la aristocracia militar. Ahora hace lo que le viene en gana y como el mozuelo no es el chico más listo de la clase precisamente, va dando tumbos. Tumbos sangrientos que tampoco han conseguido detener la escalada terrorista kurda ni a los infiltrados del ISIS que en su día hicieron millonario al hijo de Erdogán (Bilal) con el tráfico ilegal de crudo y a sus otros hijos en un entramado de lavado de dinero y de hospitales e infraestructuras de apoyo a ISIS. Sin olvidar la extorsión descarada contra Europa (que siempre paga) en el asunto de los refugiados. El periodo de prosperidad gracias a la deslocalización de industrias europeas toca a su fin porque la corrupción se ha comido hasta la caja del erario público. Negro futuro para el turco.