Hombre, pues ser comunero hoy día no significa querer retomar la revolución del siglo XVI. Es si se quiere un vínculo “espiritual” con aquella, que realmente no fue exclusiva de la Castilla que la mayoría de los castellanistas entendemos como tal, sino de la Corona de Castilla y León. (Aunque sí es cierto que es donde tuvo más repercusión)
Es un hito importantísimo en la historia de Castilla y de España, de hecho se podría decir que con la derrota de los comuneros comenzó la “españolización” (que es un proceso lento) porque hasta entonces una sola persona no había tenido poder sobre todos los territorios que conforman la España hoy día.
Este elemento de Carlos V hereda territorios de media Europa, entre los que está Castilla y Aragón. (y los territorios americanos descubiertos por Castilla)
Los comuneros se oponen a este “emperador” que no sabe hablar castellano y que nombra cargos extranjeros para gobernar Castilla. En fin si se quiere en el tema se puede hacer en diversas fuentes, ya que se ha escrito y discutido mucho.
Probablemente los comuneros de Castilla no fueran precisamente unos santos, pero a mí me basta con que se opusieran a este “emperador” y su idea de “Imperio”. Para mí, el sólo significado de “Imperio” está unido al de “hijoputicie en su grado máximo”. Así han sido todos los que se han denominado “emperador” en la historia, ya hayan sido Alejandro Magno, Julio César, este Carlos V, Napoleón o Hitler.
Es de ese imperio de donde nace España, y el empeño de mantener ese supuesto “imperio” como sea y ser “la reserva espiritual de occidente” a toda costa, arruinando al país y básicamente a Castilla (es la nación más poderosa de ese Imperio). Así este hombre y todos los que han venido detrás se gastan una cantidad ingente de fondos y de hombres de Castilla en sus guerrecitas “defendiendo la fé cristiana a lo largo y ancho del mundo” y manteniendo unido ese “Imperio Español”. Así es como poco a poco se ha ido eliminando el sentimiento nacional castellano (fortísimo en aquella época) que han ido suprimiendo y sustituyendo por ese “sentimiento nacional español” que en realidad debería ser “del imperio español”.
Nos han vendido la idea de que España es algo superestable y que se remonta a tiempos antiquísimos cuando es una mentira muy gorda. España proviene ni más ni menos de ese “Imperio” heredado por el hideputa de Carlos V y que sus sucesores se encargaron de continuar, tratando de imponer tabla rasa para todos ¿Qué capital tenemos y porqué? Londres, París o Roma son por ejemplo, capitales históricas de gran importancia.
Fue el hijo de Carlitos, Felipe II quien cascó la capital en Madrid –entonces un pueblo castellano como puede ser Brunete- simplemente porque era el CENTRO de sus posesiones de la Península Ibérica, sin más, y así desde allí tratar de dominarlos a todos. Capitales más lógicas hubieran sido Sevilla, Zaragoza, Toledo o Valladolid o Valencia.
Qué curioso que en los libros de historia de los que nos han inculcado a todos siempre se referían a esta época como la de “máximo esplendor” de España. Cualquiera que se informe sobre cómo llevaban las cuentas Carlos V o Felipe II podrá comprobar que lo que hicieron estos pedazo de cabrones fue sangrarnos (a todos pero sobre todo brutalmente a Castilla) llevándola a la ruina por “mantener el imperio español”. Castilla fue sometida por Carlos V, pero en la historia de los Austrias no faltan intentos de rebelión en Andalucía, Aragón, Cataluña… que en estos casos también consiguieron aplastar.
Felipe II se hizo con el reino peninsular que faltaba: Portugal. Pero éstos acabaron hasta los huevos y se le sublevaron a su hijo Felipe III. En este caso triunfaron los rebeldes en 1640 y así es como Portugal se ha mantenido independiente hasta nuestros días.
Posteriormente han pasado muchas cosas claves en la historia del país, como la abolición de los fueros de los reinos de la Corona de Aragón, la invasión francesa (que por cierto sucedió por haber traicionado a Portugal dejando entrar a los gabachos con la excusa de que iban a invadir éste) o la pérdida de las colonias americanas. La última de las cuales fue Cuba, que dio lugar a que unos cuantos personajes cultos comenzaran a reflexionar sobre España, lo que les condujo a Castilla (Generación del 98, lecturas recomendadísimas) la construcción de una “economía nacional” basada en Madrid, Barcelona y Bilbao (esto es algo clave también) Luego pasó lo que pasó….Guerra Civil y Franco. Lo que queda ya lo conocemos.
Yo me pregunto si para que de nuevo alguien vuelva a pensar en Castilla, como los del 98, ¿deberá perderse otro trozo del “Imperio español”? Ya no quedan al otro lado del mar, así que tendrá que ser de éste. ¿Hacemos apuestas?
Para mí ser comunero significa que me opongo a que los castellanos nos siga importando más España (que es lo que queda de ese “imperio español”) que nuestra propia tierra. Que nos sigamos dejando humillar para tratar de mantenerlo unido. A que se impongan las ideas de una “España una grande y libre” que no respeta las particularidades de cada uno de los pueblos ibéricos que la conformamos. Los pueblos que no quieran estar unidos a nosotros que se vayan, pero saldando las cuentas pendientes y sin humillaciones. Si Cataluña se quiere separar o el País Vasco adelante, que se vayan (aunque me jode que son los que más se han aprovechado económicamente de España) pero que por ejemplo se me imponga a mí una frontera entre Toledo y Madrid o entre Toledo y Ávila que sus habitantes no han elegido tener, o que se nos minusvalore como ciudadanos de “regiones de segunda categoría” nuestra cultura y nuestro idioma como “simple español”, como si fuera la base, lo simple y los superiores fueran los que hablan otra lengua suya propia aparte del “español”.
Por defender estas ideas que creo que son justas, quienes nos consideramos “comuneros” nos tenemos que enfrentar tanto a aquellos “periféricos” que defienden la “asimetría” de España como a aquellos que en nuestra propia tierra de Castilla ( ) se creen y tratan de imponer esa idea de España como nación uniforme -sean de izquierdas o de derechas ojo, es algo diferente- y que toda reivindicación de identidad que no sea esa es “separatismo” SON DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA.
Sin embargo sé que no estoy sólo, que hay mucha gente que comparte mis ideas y mucha gente que simplemente no las conoce, aún no les ha llegado en medio de toda la bazofia que nos vierten unos y otros por los medios de comunicación.
Y no sólo en Castilla, hay gente incluso en tierras “periféricas”, quienes comparten un nacionalismo no excluyente y cerrado ni asimétrico y más a favor de una cooperación entre los pueblos de la península ibérica, de la verdadera “Hispania”, que también se sienten “comuneros” e identificados con aquellos que en su día se opusieron al “emperador” y sus descendientes que se hicieron con el poder sobre los diferentes pueblos de España, llevándonos a la ruina por mantener su imperio personal “y defender la fé cristiana por el mundo” a toda costa. Desde aquí un saludo a todos ellos.