Crónica de la manifestación en Valladolid en defensa de los puestos de trabajo y por una ciudad viva y alegreLa empresa
Renault es una multinacional que ha duplicado y triplicado sus beneficios en los últimos años. A pesar de ello, ha recibido ayudas millonarias de parte de las distintas Administraciones (un total de 27 millones de euros, 4500 millones de pesetas), ayudas que salen de los bolsillos de los/as trabajadores y que en el caso de Castilla y León, bien podrían haber sido invertidos en la creación de un tejido económico-industrial no dependiente exclusivamente de la automoción. A pesar de que aquella cantidad le fue entregada a condición de respetar los puestos de trabajo, las reducciones de plantilla han sido constantes, y las condiciones de trabajo han empeorado de forma progresiva (entre otras medidas, los ritmos de producción se han incrementado, se ha creado una bolsa de horas en perjuicio de los trabajadores y se han suspendido los contratos de relevo).
Guiada por sus ansias de beneficio, Renault continúa con sus planes, amenazas y agresiones.
El
E.R.E. (Expediente de Regulación de Empleo), firmado entre la empresa y los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT a espaldas de los trabajadores, supondrá 22 jornadas de regulación vertical para Valladolid y 18 para Palencia durante el periodo comprendido entre el 1 de diciembre de 2006 y el 31 de enero de 2006, y además, la pérdida del turno de la noche de la Factoría de Villamuriel de Cerrato (Palencia) y el de tarde de la Factoría de Carrocerías Montaje de Valladolid.
Si el proceso sigue como hasta ahora, según la Asamblea Permanente de Trabajadores, el final que se vislumbra es el cierre definitivo. La implantación de Fasa en Valladolid supuso la activación económica del municipio y la región. Miles de trabajadores comenzaron su vida laboral en esta industria y sector, al cobijo de Fasa se desarrollaron multitud de talleres y empresas; el comercio y la hostelería vivieron un intenso crecimiento. Por ello, según palabras de la Asamblea en su Comunicado a la Ciudadanía de noviembre de 2006, la crisis podría provocar “un efecto dominó que traería consigo graves consecuencias en todos los sectores de la sociedad vallisoletana y castellana en general”. Las acciones de Renault afectarían directamente a los trabajadores y a sus familias, pero también a miles de trabajadores indirectos que dependen de ese sector.
La
Asamblea Permanente de Trabajadores (formada por empleados de Renault, empresas auxiliares del sector de la automoción y trabajadores de Valladolid en general) no acepta el que la toma de decisiones se esté produciendo en los despachos de los políticos profesionales o en los despachos de sindicalistas liberados, que llevan más de 20 años sin pisar sus puestos de trabajo salvo para pedir votos. Esa es la razón por la que se constituyeron como Asamblea, reivindicando su derecho a decidir democrática y horizontalmente sobre su futuro, sin interferencias de ninguna institución o ejecutiva. La Asamblea Permanente de Trabajadores se ha venido reuniendo durante las últimas semanas, llegando a juntar cerca de 300 personas en asambleas participativas que finalizaban en improvisadas marchas por la ciudad, en las que se cortaban las calles y se informaba sobre la situación.
La Asamblea Permanente de Trabajadores decidió convocar una
manifestación el pasado sábado 16 de diciembre, en defensa de los puestos de trabajo y por una ciudad viva y alegre.
La manifestación partió de la plaza del Carmen, en el barrio obrero de las Delicias, a eso de las 18:30h. En la pancarta de cabecera podía leerse: “En defensa de los puestos de trabajo de Renault y Auxiliares”; una pancarta de Trabajadores Unidos exigía: “Trabajo, Dignidad y Futuro”; en la pancarta del PCPE-CJC se leía: “No sobran obreros, sobran explotadores”. Unos estandartes de la organización juvenil Yesca exigían “Trabajo digno y estable para la juventud”. Daban color a la marcha numerosas banderas verdes del sindicato Trabajadores Unidos, algunas banderas rojinegras, pendones morados castellanos y banderas rojas del PCPE. A medida que la manifestación se acercaba al centro de la ciudad, se fue sumando más gente, llegando a un total de unas 500 personas según periodistas del Mundo, entre 600 y 700 según estimaciones de los participantes.
Durante la manifestación se corearon los siguientes cánticos: “FASA escucha, estamos en la lucha”, “La regulación para el patrón”, “Trabajo sí, expedientes no”, “No sobran obreros, sobran explotadores”, “Comisiones y UGT, sindicatos del poder”, “CGT es cómplice también”, “Cada despido, lo vaís a pagar”, “Obrero despedido, patrón colgado” y “Viva la lucha de la clase obrera”.
Al llegar a la sede de CCOO, varios trabajadores colocaron una pancarta en la puerta, en la que podía leerse: “No más firmas a espaldas de los trabajadores”.
Al finalizar la manifestación se guardó un minuto de silencio en memoria del compañero Carlos Borondo, natural de Valladolid y residente en Segovia, muerto en accidente de trabajo hace unos días, y en memoria de todos los obreros y obreras que se dejan la vida en los tajos. Que descansen en paz.
El acto finalizó con la lectura del comunicado, quedando desconvocada la manifestación.
Nos encontramos dos tipos de valoraciones, aquellos y aquellas que pensaban que quizá después de todo el trabajo vertido, era de esperar una mayor asistencia y participación, y la de quienes sostenían que para ser un primer paso en forma de movilización pública, podíamos estar contentos.
Todo parece indicar que en los próximos meses se jugará el futuro en las vidas de estos compañeros y compañeras, por lo que trateremos de seguir informando.
La labor desmovilizadora de los sindicatos mayoritarios y los medios de comunicación masivos sin duda va a jugar en su contra. A su favor cuentan no sólo con su propio esfuerzo y coraje, sino con el de todos aquellos y aquellas que sintamos su caso como propio.