NAVALCARNERO Y SU AEROPUERTO
Probablemente el aeropuerto será compañero nuestro por los tiempos venideros, será nuestro “amigo” inseparable (si no puedes con tu enemigo, alíate con él) en las escapadas a nuestra naturaleza, a nuestro campo, a nuestro cada vez más escaso campo, que muere entre suspiros y lamentos, (cosas del “progreso”), amenizando nuestro caminar con su peculiar y “magnifica” banda sonora. ¿Cuántos ciudadanos pueden tener tal privilegio de disfrutar de la naturaleza con ruido (B.S.O) de fondo?
Muy posiblemente y en contra de lo que nuestros mandatarios en la Comunidad nos cuentan, que NO nos informan y nuestro Sr. Alcalde que se limita a asentir, nuestro no querido y nunca bien amado aeropuerto será compañero de confesiones en nuestras vigilias, amante en nuestras noches de insomnio e infiel e insolidario en nuestros paseos y actividades matinales. ¡Ya no hay que contar ovejitas! – diremos a nuestros hijos,
- ahora contaremos aviones-, y les diremos una vez más que estas son las cosas del “progreso”.
Pero mientras… podremos relajarnos, ¡sí! ¡No se vayan a pensar que no será posible! Alguna persona estará plácidamente sentada en su hogar, contemplando como el cielo, las nubes, siguen su tranquilo y rutinario destino, escuchando la celestial música que la naturaleza nos brinda… ¡ese será nuestro consuelo! ¡alguien todavía puede vivir en su hogar, en un pueblo como había soñado! pero nosotros… nosotros ¡¡¡ NO!!!, y todo esto sin consultarnos.
¡Señores! ¡esto es el “progreso” y en el nombre del progreso todo vale! ¡Esta es la vida del hombre moderno! – dirían nuestras autoridades.
- Tendremos grandes y numerosas industrias, vehículos por nuestras calles, muchos y de muy variadas marcas, algunos gracias a el aeropuerto, estoy seguro que serán de un lujo extraordinario, ¿será que el aeropuerto les ha proporcionado esa riqueza?- me preguntaré.
- Tendremos grandes superficies comerciales ¡¡¡¡ todavía más ¡!!!!, donde realizar grandes y cómodas compras y donde ir a pasar y pasear en un fin de semana con nuestros hijos, ¡no sólo uno! ¡muchos fines de semana! Habrá lugares cerrados, los llamados parques infantiles de recreo y diversión, (siempre creí y así me lo enseñaron, que los parques eran espacios abiertos con zonas infantiles para el recreo y la diversión, ¡cosas del progreso!) donde nuestros hijos puedan estar recluidos horas y horas… como si ya no tuvieran bastante con las horas que pasan en el colegio y en otras actividades extraescolares y familiares.
- Disfrutaremos de vistas extraordinarias, grandes alturas, ladrillos de diferentes colores y cristales como los de nuestro ayuntamiento, de dudosa belleza y gran fealdad (se mire por donde se mire), pero eso sí, evitando el resplandor de los rayos del Sol, (otra vez la dichosa naturaleza) ese astro tan molesto que fastidia la maravillosa y profunda reflexión que nos sugiere la contemplación de tan magno y frío edificio. ¡Habrá que quitar el sol! – reflexionará alguna autoridad.
¡Pero no se preocupen queridos vecinos! – dice la autoridad-, vuestros hijos sabrán lo que es el campo, podrán disfrutar de él en el futuro centro de interpretación donde expondremos una maravillosa fotografía interactiva (esto sí que es “progreso”) donde los niños podrán seleccionar aquello que quieran ver y oír, y mientras… nosotros, sufridores padres, les compraremos unos periquitos (por poner un ejemplo) para que comprueben que las aves no sólo existen, además, también pían, y sabrán, - continua la autoridad, y si aún caben dudas, podrán acudir sin utilizar transporte público ni privado (así de paso no contaminamos) a restaurantes de comida con carteles informativos y fotografías (tal vez también interactivas) sobre la procedencia de los alimentos que allí se consumen.. Lección muy rápida sobre el origen de los alimentos. ¡Todo esto en nombre del progreso! Y todo vale.
¡Pondremos nuevas zonas de ocio, infantil y juvenil! como si todo el ocio también tuviera que estar dirigido, manipulado y organizado por la autoridad sin dejarnos alternativas, pero eso sí, pagando, como es ley en toda sociedad de “progreso”.
Y si con todo esto, aún no saben qué hacer – continua la autoridad, asómense a sus ventanas o salgan a las calles a disfrutar de un rato de intimidad con la observación del vuelo a motor.
Pero como Navalcarnereños, debemos estar orgullosos ¡¡¡Tendremos aeropuerto!!!! ,que hará que todo lo anterior sea posible, ¿trabajo? no creo que nos beneficiemos directamente de ello los residentes aquí, (tal vez sí indirectamente por todo lo expuesto anteriormente) no habrá prioridades, tendrán las mismas opciones que si el aeropuerto estuviera en Sebastopol, pero eso sí… seremos grandes, muy grandes …sufridores.
Comprobaremos como nuestro pueblo se transforma en un engendro impersonal, sin vida, pero debo ser feliz, el aeropuerto me permitirá viajar en avión, podré ir a cualquier parte del Estado Español y del mundo andando desde mi casa al aeropuerto, sin autobús, sin metro, sin taxi, (¡esto sí que es progreso también!), cogeré el avión, regresaré y llegaré andando a mi casa, disfrutando del maravilloso paseo … o ¿tendré que seguir yendo a Barajas???? ¡¡¡Oh!!!! ¡se me olvidaba! ¡si el aeródromo es PRIVADO!!!!
Iré a mi centro comercial en tren o en autobús, consecuencia de la creación de un aeropuerto ¡claro! y no del sentido común, o mejor, en mi supercoche de lujo que me habré comprado gracias a la riqueza que ha generado el aeropuerto y más concretamente a la riqueza que nos ha generado a nosotros, a los vecinos de Navalcarnero ¡que gran futuro nos espera! y mientras el pueblo, lo que debe ser y seguir siendo pueblo, irá poco a poco muriéndose, quedándose sin vida y dejándolo en manos del turista, que será el único que disfrutará de la belleza que nosotros, vecinos de Navalcarnero no hemos sabido aumentar, cuidar, ni tan siquiera en muchos casos apreciar y defender, y que con mirar a otro lado, seguimos permitiendo que se ultraje lo que siempre es característico de un pueblo, Su Identidad.
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