Hoy, a las 12:19 de la mañana, las emisiones de C9 han sido suspendidas.
La decisión se adoptó ayer, pero la plantilla, atrincherada en la sede, ha hecho cuanto ha podido por resistir.
La secuencia de hechos ha sido rocambolesca: ayer noche cerraba el canal de radio e internet, la plantilla transfería la emisión a una cadena de radio de segundo orden y seguía emitiendo. Esta mañana un técnico recibía una orden judicial para cancelar la emisión de los canales de televisión. Tras personarse en la sede y comunicar verbalmente la forma en que debía procederse ha abandonado la sede tras negarse a ejecutar el mandato: "a mi me han llamado para que diga como ha de hacerse, no para que lo haga" .
Diversos medios informan de que la sede del canal se ha encontrado desde la noche de ayer, literalmente, sitiada por la policía y que personal ajeno a las emisiones, como el de limpieza, no ha podido abandonarla pues las ¿fuerzas de seguridad? les han impedido el acceso al aparcamiento para recoger sus coches.
Cercados por la policía, como si de criminales o de un golpe de estado se tratase, los trabajadores han mantenido la emisión por el canal principal durante toda la noche y buena parte de la mañana. Entretanto los liquidadores, nombrados a toda prisa por el gobierno valenciano, han presentado una denuncia por estos sucesos que ha sido rechazada por el juzgado de guardia. A las 12:00 aproximadamente, las ¿fuerzas de seguridad? han accedido al edificio sin encontrar resistencia por parte de la plantilla, ante la amenaza de ser desalojados por la fuerza, y previa orden judicial de desalojo. A las 12:19 la emisión ha sido cancelada.
Mientras esto sucede a tiro de piedra de Valencia, el gobierno valenciano, literalmente, ha huido de la capital y ha celebrado pleno en la población de Ibi, provincia de Alicante. La oposición habla de "golpe de estado" y al parecer, ningún medio de comunicación ha comparecido a la rueda de prensa del gobierno autonómico al acabar su esperpéntico pleno "en el exilio".
A pesar de la sorprendente fuga, el presidente autonómico ha sido abucheado también en Ibi. Los nacionalistas de Compromis piden elecciones anticipadas y comparan los sucesos con el 23-F.
Hasta aquí los hechos.
C9 ha sido la herramienta de manipulación y adoctrinamiento del PP levantino que la ha exprimido hasta limites intolerables y ahora, exprimida y tan carente de credibilidad que contaba ya tan solo con un mísero 4% de audiencia, la desecha como un trapo usado o un juguete roto.
Por la parte que nos toca C9 ha sido un ariete contra el Tajo, contra el Júcar, contra los intereses castellanos, a favor del trasvase y contra toda decencia y sentido de convivencia y solidaridad entre pueblos y territorios. Desde este punto de vista quien a mal amo sirvió, de él reciba justo pago y a fe, que quienes contribuyeron al expolio de Castilla han recibido de su amo el pago que se ganaron: irse a la
puta calle.
Pero en un país donde el trabajo es un privilegio, no un derecho, los trabajadores tienen que callar y someterse porque de no hacerlo les espera el despido, la ruina y vivir en un descampado. A buen seguro bastantes trabajadores de C9 han tenido que agachar la cabeza y callar. Esos, que han tenido que elegir entre el sometimiento o la ruina no son culpables de nada, son solo víctimas que han tenido que someterse y callar. A esos trabajadores
y solo a esos, les expreso mi solidaridad y por ellos,
solo por ellos, lo lamento y hubiera deseado que esta mañana no hubiese tenido ese final, que su última resistencia hubiese sido más productiva y que a las 12:19 no se hubiese fundido en negro, no ya su canal, sino su futuro.
No merecieron ser marionetas mudas de un gobierno rastrero nuestas entre la espada del desempleo o la pared del sometimiento ni merecen ser arrojados como trapos, al cubo de la basura.
Por ellos, y
solo por ellos: lo siento.

