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El tesoro que el «Odyssey» cargó en Gibraltar es de monedas españolas MADRID. JESÚS GARCÍA CALERO
Todo se complica: una imagen tomada en el aeropuerto de Gibraltar por un operario durante la carga del tesoro del Odyssey en un avión con destino a Tampa muestra un real de a 8 de Carlos III. ¿Conclusión? El caudal extraído del pecio por la empresa americana es de origen español. Este detalle explicaría por qué Odyssey Marine Exploration habría manipulado las fotos que entregó a la agencia Associated Press con el fin de borrar el perfil del Monarca español, según ABC denunciaba ayer.
Además, la empresa de «cazatesoros» -cada vez bajo una mayor sospecha por haber realizado un expolio en aguas del Estrecho de Gibraltar- actuó con la implicación del Gobierno británico. Tal conclusión se desprende del diario de movimientos marítimos del puerto de Gibraltar, al que ha tenido acceso ABC.
Los «cazatesoros» de Odyssey tienen dos barcos en la zona: el Odyssey Explorer, que controla el robot submarino «Zeus / Hércules», con el que se ha debido hacer la extracción del caudal de oro y plata español, llegó la pasada Navidad al puerto gibraltareño y allí permanece consignado. El otro barco, que asiste al primero en sus trabajos, se llama Ocean Alert y llegó a Gibraltar un poco antes, el 14 de diciembre, procedente de Falmouth. En el Peñón no fue consignado por los habituales representantes de la naviera, «Smith Imossi & Co Limited», sino a nombre del «Ministry of Defence», es decir, el Ministerio de Defensa, que le otorga el mismo patronazgo que tienen los buques de la Armada de Su Majestad. Estos son los hechos reflejados en la implacable burocracia portuaria.
Siempre en aguas españolas
Sea o no considerado un buque de guerra, el Ocean Alert ha entrado y salido del puerto de Gibraltar en más de ocho ocasiones con destinos diferentes, algunos precisos como Cádiz, y otros imprecisos como «la mar».
Según explica el abogado maritimista Lorenzo Sarmiento, que ha estudiado los movimientos de estos buques, desde la base de Gibraltar ambos barcos han fondeado y operado en diversos puntos, pero nunca han abandonado aguas del Estrecho, por lo que no parece posible ni razonable aceptar la versión -a la que daba crédito ayer mismo el Ministerio español de Exteriores y por la que se inclina Londres- de que el tesoro ha sido extraído de un pecio en aguas internacionales, en el norte del Atlántico.
De los barcos que posee la empresa americana con sede en Tampa, sólo el Odyssey Explorer es capaz de operar, gracias a su enorme grúa, el submarino de 18 toneladas Zeus/ Hércules, el mismo con el que Robert Ballard inspeccionó los restos del Titanic. Por tanto, para que esa hipótesis fuera creíble, subraya Sarmiento, la empresa deberá demostrar que ha fletado otro barco en el Atlántico capacitado para esos trabajos, porque el Odyssey Explorer no ha salido del puerto Gibraltareño: permanece con una única consigna desde el 25 de diciembre y figura en aguas del Estrecho en todas y cada una de las fotos de satélite de «Ais Live» -la empresa que controla el tráfico marítimo en la zona- y que cubren el periodo de sus salidas conocidas, en febrero y marzo.
Según Lorenzo Sarmiento, el hecho de que la Armada británica haya aceptado consignar durante meses el barco Ocean Alert en Gibraltar significa que el Ministerio de Defensa británico corre con los gastos y las responsabilidades de las actuaciones de este buque en la zona, porque eso es lo que dice el Derecho marítimo. Tal vez por ello la Embajada de Londres en Madrid se desmarcaba con un comunicado del hallazgo del tesoro y subrayaba que «no se trata del HMS Sussex», cuya búsqueda motivó del permiso de prospección.
Un buque para limpiar monedas
Una de las características del Ocean Alert es que en la popa tiene lo que se conoce como «playa continuada» que le permite trabajar en la limpieza y la ordenación de los tesoros supuestamente extraídos por el Odyssey Explorer. La electrólisis a que se somete a las monedas rescatadas de las profundidades marinas para limpiarlas tiene una duración de unas dos semanas, así que en caso de que la asistencia del Ocean Alert tuviese algo que ver con el tesoro del Odyssey estaríamos ante el barco que ha ordenado y pulido las monedas y que las ha ido llevando a puerto. La actividad portuaria registrada por el diario de movimientos marítimos y las fotos de satélite de Ais Live son compatibles con este cometido.
Ante estos hechos, Lorenzo Sarmiento comprende las dificultades con las que se ha encontrado el Servicio Marítimo de la Guardia Civil para vigilar los barcos de Odyssey, ya que sabiendo que son barcos de la Armada británica, estrechar el cerco podría dar lugar a un conflicto internacional. Por el momento, ni Estados Unidos ni Gran Bretaña han respondido a las peticiones de información remitidas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
El abogado impele a nuestras autoridades a tomar cartas en el asunto: «
Si España instrumenta bien su defensa, el Gobierno estadounidense, que tiene gran capacidad reguladora podría permitir un fallo a favor de nuestros intereses. Ya lo hizo con los buques «Juno» y «Galga», porque
a Washington le interesa que los buques militares, y un galeón es un barco del Rey, sean considerados siempre propiedad del país bajo cuyo pabellón navegan».
Estados Unidos se toma muy en serio este aspecto, pues para su Armada, los barcos militares son como cementerios.Lo que no parece de recibo es ver a la ministra de Cultura -por cierto consejera de Cultura andaluza cuando Odyssey llegó por primera vez al Estrecho- pidiendo explicaciones y a Exteriores aceptando la versión de Odyssey sin que medien las pruebas necesarias y en contra de todos los indicios.