La justicia y lógica no imperan en el criterio de división territorial que se llevó a cabo hace más de 25 años, como tampoco impera en la división de poderes que se ha ido realizando durante el exiguo periodo de esta jóven democracia. Pero si nos remontamos más allá, creo que todo se hubiera solucionado si en los años de la dictadura Franco hubiese metido las industrias en Castilla y cambiado la importancia del puerto de Bilbao por el de Santander, o las grandes inversiones económicas de Barcelona, las hubiese dejado en Madrid, en Burgos, o en Toledo (por ejemplo). Por lo tanto creo que si bien tenemos un derecho de reclamar lo que nos pertenece, también tenemos el derecho de ser comedidos en nuestras reclamaciones porque parte de nuestra poca actividad se debe precisamente a la mano de obra de Castellanos y de Extremeños.

