Creo que el hecho que 400.000.000 de castellano parlantes que no españoles parlantes, porque decir esto es una incorrección linguística, y por tanto no es nada justificativo, como bien dice en el artículo, repetir una afirmación y dependiendo de quien la repita, se produce un proceso de conformismo, pues damos por supuesto las palabras dependiendo de su cargo o importancia sin preguntarnos su grado de veracidad y esto poco a poco va teniendo calado social, hasta hacerse o parecerse a una realidad. En mi colegio, durantes mis años de estudio, he cursado en lo que hoy es primaria, antes la EGB asignatura de lengua española, y algún que otro año, ha sido lengua castellana.
De todas formas, siento no haber estado presente en los debates que en este foro se establecieron, soy relativamente nuevo en esto, pero como prometí que respondería al artículo, expondré aquí mi respuesta por si queréis añadir o modificar algo.
Muchas gracias. (es solo un borrador).
Leído su artículo me gustaría hacerle algunas anotaciones con las que no estoy de acuerdo, pues considero que confunde una realidad, que nos está siendo impuesta ocultando e incluso eliminando otras realidades más históricas y mucho más trascendentes que la propia España.
400.000.000 de personas dirían que hablan español, esto es rigurosamente cierto, pero… se ha preguntado ¿por qué afirmarían ese hecho?
Una de las respuestas la podríamos encontrar en el uso de la palabra por reforzar una emergente nación, a través de una forzosa unión que no unificación. Una transmisión cultural de carácter netamente político que con el uso de la palabra ha tenido calado social y terminológico.
¿No se ha estado creando un santuario cultural donde se refugian políticos para dirigir a una masa con el propósito de infundir un acervo nacional – sentimental? Y en el caso que nos atañe con la lengua ¿no se ha provocado la confusión de lo castellano con lo español intentando imponer sobre los pueblos una organización cultural que destruya sus raíces?
Porque esta confusión, mezclada con altísimas dosis de centralismo produjo en España no solo represión cultural y marginación política y administrativa, sino también desarrollo económico y social de unas áreas determinadas del país, Euskadi, Cataluña, Madrid, la costa mediterránea y la despoblación y vacío de todo el interior.
Pero tampoco hace falta irse muy lejos, esa misma pregunta sería igualmente respondida de la misma manera dentro del espacio que delimita nuestro estado.
Por tanto, diría que esa percepción del idioma como español, ha sido intencionadamente trasmitida especialemente desde finales del XIX (recuerdese a la generación del 98) e intensamente en el siglo XX, como un símbolo para dotar de mayor fuerza y peso al nacimiento oficial de una nación España, que debía amanecer con fuertes y seguros cimientos, sobre los cuales no sólo se provocó la confusión castellano - español, sino que también parte de la historia castellana fue modificada bajo el manto de español o de España.
Pongo como muestra, que yo como estudiante, nacido en el 70, he estudiado como asignaturas legua española, y posiblemente al año siguiente se cambiaba por lengua castellana y viceversa. ¿No es esta una forma de confundir y hasta diría manipular a generaciones y generaciones con el nombre de un idioma para impulsar un sentimiento nacional hacia una determinada nación, en este caso España?
Libros de ilustres escritores como usted dice, Cervantes, Quevedo … los más cultos también dirán castellano. De hecho este último manifiesto no es por la lengua española, sino por la lengua castellana. Un hecho más que prueba que el español como usted dice no es la superación integral del castellano..
Citando a Luis Díaz: “El español sólo en muy especiales circunstancias se identifica con el Estado al que teóricamente pertenece. España, conglomerado de pueblos y culturas, únicamente desde el exterior puede ser vista como una unidad homogénea. Los españoles poseen en general un profundo sentimiento hacia un pueblo o ciudad, pero una vaga idea de nación.
Usted dice: “ En España, de donde sale el nombre de la tercera lengua de uso en el mundo por detrás del inglés y el chino, sucederá todo lo contrario, asistiremos a la paradoja política y ya con calado social y terminológico (pues así se ganan algunas batallas, por el uso de la palabra) de que el español no existe, que lo que existe son las lenguas españolas en igualdad de condición pese a que es mentira desde el propio texto constitucional en el que basamos nuestra convivencia”.
Varios comentarios:
¿No ha sido a través de la paradoja política y del uso de la palabra como se ha ido cambiando, yo diría confundiendo a la población con el nombre de una lengua, que del castellano, ha pasado al español?
¿No ha sido con el uso de la palabra cómo se han ido inventando diferentes delimitaciones geográficas que nunca han respondido a una realidad, y la más actual, así como sangrante división autonómica, donde especialmente Castilla, de donde sale el uso del castellano, no lo olvide, (que ahora intencionadamente, mal intencionadamente según mi opinión ha pasado a llamarse español) ha sido divida en cinco comunidades que no responden a ninguna legitimación ni geográfica, ni cultural ni por supuesto histórica?
De modo, que con el uso de la palabra como usted dice, también ha servido para ir confundiendo conciencias, términos e historia, no sólo de las nacionalidades periféricas, sino también la de un nacionalismo español que ha enterrado las particularidades e incluso la lengua de quienes hicieron lo que llamamos España, que fueron especialmente los castellanos y Castilla (que algunos historiadores han afirmado que fue el primer Estado –Nación).
Por favor, no me quite mi lengua, que es de lo poco que me han dejado aquellos que con el uso de la palabra y también de las armas me han ido arrebatando, robando de mi tierra.
Nuestra Constitución dice: El castellano es la lengua española oficial del Estado. No he encontrado el idioma español por ningún lado, lengua oficial DEL ESTADO ESPAÑOL, que no de la nación ESPAÑA, y la cataloga como lengua española, puestos a ser rigurosos seamoslo en todos los términos y aspectos, no hay idioma español reconocido en la constitución.
Por tanto tampoco aquí se reconoce al español como la superación integral del castellano.
Estoy de acuerdo con usted, que este problema no ha nacido con el actual gobierno, lleva mucho tiempo atrás, más no quiero entrar en otras consideraciones históricas que serían para otro debate. Afirma que en estos territorios (las comunidades o nacionalidades periféicas) se está considerando al español como el enemigo a derrotar o como el adversario con el que pactar.
Esto es indudable que sucede, pero una explicación o una de las razones porque esto sucede, que indudablemente no es la única, la está usted argumentando con la defensa de un idioma: el español, unitario de todas las culturas y al mismo tiempo desintegrador incluso para sí mismo, eliminando su verdadero nombre. Castellano viene de Castilla, no de España.
Si fuese así, yo también estaría en contra, puesto que siento, y usted así lo afirma y sé de hecho que se reafirma, que el castellano se puede dar por desaparecido, el español es la superación integral del castellano, según sus palabras.
La lengua que todos mis antepasados han hablado, lengua que mis abuelos a comienzos del XX hablaban y entendían, y que además ellos, habían entendido a sus respectivos abuelos, en unas aldeas, en las que el uso de las palabras por esos dirigentes políticos y no políticos que actúan a uno y otro bando no aparecían. ¿Por tanto, cómo se puede decir semejante afirmación?. Mis abuelos murieron diciendo que eran castellanos, aún muchos abuelos, personas mayores especialmente en el pueblo en el que ahora resido (Navalcarnero) hablan de castellanos, son castellanos, ellos, mis abuelos, percibieron esta realidad mucho antes que ser españoles, de la realidad nacional de España aunque se consideran como tales, libre cada uno de sentirse como quiera. El uso de la palabra por políticos, iglesia, y otros personajes del paisaje castellano, así como del miedo impuesto por las armas les llevó a tomar conciencia de españoles.
Como puede ver, su sentimiento, su realidad también les fue impuesta, más o menos las mismas formas que ahora parecen ser dogma de fe para unos políticos que renegando del franquismo por haber castigado a su lengua, buscan la reafirmación de una lengua en oposición a otra, de una nación en oposición a otra u otras.
Los mismos métodos, los mismos caminos. Esto es lo que debemos criticar, y dar al castellano toda su magnanimidad sin más confusiones terminológicas con calado social.
Le diré que si hay deriva autonomista, es porque el pueblo llano empieza a sentir que deber ser así, que hay cosas que nunca debieron cambiarse por la fuerza o por el mal uso de la palabra, justamente, lo que usted critica, es su modelo de actuar, critica la palabra de aquellos que buscan una identidad perdida o enterrada, cuando debía criticar las formas que se están utilizando, y las contrapone con otra realidad mucho más efímera, por los años que lleva, sí, es centenaria, pero la opone, (como también están haciendo los políticos oportunistas que contraponen una nación a otra, ) a otra realidad milenaria que es Castilla, y el castellano. ¿Es que Castilla no tiene nada que decir en la historia de España?
¿Tal vez no se pueda permitir que una nación tenga como idioma una lengua cuya raíz semántica no coincida con la palabra que denomina al estado?
Para terminar lo haré con unas palabras de Andrés Sorel en su libro Castilla como agonía, Castilla como esperanza. “La defensa de la lengua, de la tradición, de la cultura propia, del progreso económico, se hace más grande en el ejemplo y la práctica de la libertad auténtica, aquella que acepta el pensar y organizar la vida de modo distinto al propio. La autonomía no puede ser ni reproducción de esquemas de funcionamiento político centralista, ni exportación forzosa de conceptos propios.