Buenas. Esa pregunta es la que nos tenemos que hacer entre todos y todas. ¿Es realmente cierto que únicamente exista una vía a la hora de organizar económicamente una sociedad? ¿Hay otras formas de encarar la situación?
Sincera y honestamente creo que sí: hay otros caminos. Pero para recorrerlos debe haber la suficiente voluntad política como para ello, me refiero a la voluntad necesaria por parte de aquellas fuerzas políticas que estén dispuestas a encarar la situación de una forma justa de cara a la mayoría social, y también me refiero a la voluntad de la gente que debería sustentar el proceso con su apoyo.
Y por plantear algunas medidas concretas, parece necesario desandar el camino andado en los últimos meses por el gobierno y por la banca internacional.
El problema de la situación que estamos padeciendo procede de la deuda contraida por las entidades financieras, y de la capacidad de presión que ha tenido el capital financiero para hacer trasladar esa deuda al sector público, que ha tenido que asumirla como propia.
Teniendo esto en cuenta, hay dos soluciones a grandes rasgos antagónicas, hacer que los desmanes de unos pocos que se han forrado durante años recaigan sobre la mayoría social y sobre sus sectores más débiles, o hacer que esos desmanes los paguen quienes lo han creado: a grandes rasgos no hay otro camino, o una cosa o la otra.
La cantidad de dinero público inyectado a entidades finencieras ha sido ingente, porque existía riesgo de quiebra (eso se nos decía) y se ha producido sin ningún tipo de control. Ahí hay varias medidas por las que se podría comenzar a trabajar:
Primero, investigar seriamente y con consecuencias qué han hecho las entidades financieras con los ahorros privados, que durante años los bancos han presentado cuentas millonarias de resultados, actualmente también, pero no se sabe qué ha pasado, porque al parecer existe riesgo de falta de liquidez. ¿A quién han prestado el dinero? ¿Dónde están nuestros ahorros? ¿Por qué existe riesgo de falta de liquidez?
Ahí está la trampa, los bancos no es que no tengan capital, lo que no tienen es líquido, porque tienen ladrillo a tutiplén, tanto aquí como en EEUU, la banca se ha convertido en la principal propietaria de ladrillo y suelo inmobiliario. ¿Por qué? Porque durante años han prestado el dinero de los ahorristas a las constructoras, y con el fin de ciclo de crecimiento de la construcción, y con la subida de los tipos de interés y el aumento de la morosidad, tienen todo ese capital imovilizado, y pretenden que seamos nosotros los que demos circulación a su capital. No es que los bancos no tengan capital, es que lo tienen inmovilizado. De hecho, si miramos los datos de las grandes entidades bancarias españolas siguen en la actualidad dando beneficios.
Obviamente, la situación dentro de la banca es muy diferente se trate de grandes entidades, cajas locales, etc. pero creo que el grueso del análisis resulta válido para por lo menos preguntarse la madre del cordero de todas las preguntas:
¿Por qué entonces tenemos que inyectarles dinero público a las entidades financieras? Porque pretenden salir de su colapso, de su falta de previsión, en definitiva de sus errores provocados por su avaricia, a costa de nuestro trabajo. Y eso es una tomadura de pelo.
Medidas concretas: si en el estado español en lugar de inyectar cerca de 100.000 millones de euros de dinero público a las entidades financieras (en otro comentario dije que eran 150.000 y creo que esta es la cifra que realmente se puso en manos finalmente de la banca) sin ningún tipo de control, hubiera habido un control público real de esos movimientos, otro gallo nos estaría cantando. Para empezar el flujo hacia las PYMES se habría garantizado, no como ha ocurrido, y se habrían evitado cierres y despidos. Pero eso suena a Banca Pública. Y hay gente a la que le puede sonar raro. Pero ojo, que en los propios EEUU está habiendo un serio debate sobre la necesidad de por lo menos hacer coexistir a la Banca privada con la banca pública.
Claro, entonces se podría argumentar que la banca no habría recibido dinero líquido y hubiera sido el colapso para todos nosotrxs, que tenemos nuestros ahorros en sus manos. Eso es relativo, porque si existiera voluntad política para que los errores los pagaran quienes los han cometido, el segundo paso sería examinar los bienes inmuebles de la banca, y no únicamente su capacidad líquida. Y ahí aparecen miles de viviendas, cuya gestión pública podría utilizarse para compensar esa relativa perdida de liquidez por parte de los ahorristas.
Si la banca quiere dinero líquido de procedencia pública, que lo consigan poniendo ellos en circulación todas las viviendas paradas que tienen con las que están especulando. ¿Qué los bancos quieren dinero público líquido? Que pongan en movimiento las viviendas, y que se destinen a uso social. Lo que no es de recibo es endeudar al estado para tener que asumir la deuda privada, y lo que no es de recibo es tener que atacar al estado de bienestar para hacer frente a ese endeudamiento privado que nos ha sido endosado. A cada cual lo suyo.
Cierto que actualmente ya se han tomado esas medidas por parte del estado, y que desandar el camino, es decir reclamar el préstamo de esos 100.000 millones de euros para no tener que liquidar el estado de bienestar, supondría una apuesta decidida. Pero no menos decidida es la apuesta del capital financiero, que lo que pretende es simple y llanamente convertir al estado español en una colonia al estilo de Latinoamérica, y hacer que seamos al común del pueblo el que pague los errores, los desmanes y la codicia de unos pocos.
Actualmente estas cosas pueden sonar radicales, o raras, pero en los próximos meses o años se van a ir socializando como justas y necesarias. Porque si las medidas adoptadas únicamente han conseguido reducir 15.000 millones de euros, y todavía quedan pendientes otros 34.000, si actualmente la deuda del estado es del 400% del PIB, el recorte no ha hecho más que empezar, y lo que está en juego es la propia soberanía del estado, ya que la situación de endeudamiento se puede cronificar, y ya sabemos qué camino siguen los estados que entran en una espiral de endeudamiento con el FMI o con el Banco Europeo: desastre.
Así que compañero, para empezar el debate, Banca Pública y renegociación de la deuda.
Hay otras ocpiones: finiquitar el estado de bienestar, privatizar la educación y la sanidad, bajar los salarios, retrasar la edad de jubilación...