Hace años yo creía que una crisis serviría para que el castellano medio revisase su idea de España. Pensaba que en los años de bonanza la gente se refugiaba en la autocomplacencia y carecía de estímulos para plantearse otras vías. En mi razonamiento una crisis serviría para abrir una brecha en el inmovilismo mental castellano y otorgaría al Castellanismo una oportunidad para abandonar la irrelevancia política y social.
Me equivoqué. Suelo acertar en estas cosas pero en esto me caí con todo el equipo. Lo que ha sucedido es justo lo contrario a lo que esperaba: en efecto ha existido un movimiento crítico a nivel socioeconómico, capitalizado por Podemos y similares pero en términos nacionales lo que se ha producido es un fortalecimiento de los nacionalismos con fuerte implantación mientras los nacionalismos débiles han visto incrementada su debilidad.
En lugar de un redescubrimiento de la identidad castellana la población se ha refugiado y enrocado en la idea nacional de España, de la misma forma que en Cataluña la población se ha refugiado en el nacionalismo catalán. Es curioso constatar como en la zona menos desfavorecida por la crisis, como es el País Vasco, el nacionalismo se ha mantenido fuerte pero sin embargo sus demandas respecto a la cuestión nacional y territorial han mantenido una considerable moderación e incluso han pasado a un segundo plano dentro de la política estatal.
En definitiva: en Castilla la crisis, lejos de provocar un redescubrimiento nacional ha provocado un rearme ideológico y social del nacionalismo español. El Castellanismo no ha ganado adhesiones ideológicas y además ha perdido parte de su exigua masa electoral en favor de los nuevos movimientos político-sociales. La gente por una parte ha priorizado economía a identidad (votos a Podemos, Ciudadanos etc...) y por otro ante la crisis lejos de cuestionarse el modelo nacional se ha refugiado en el puro y simple españolismo.
En Cataluña el nacionalismo ha capitalizado las ansias de renovación política y social dando batalla a nivel identitario contra el españolismo y a nivel social contra los nuevos partidos. El Castellanismo ni siquiera ha podido presentar batalla y en consecuencia ha sido arrollado en ambos frentes.
A día de hoy el panorama es tétrico. Creo que es impensable plantear una oposición frontal al españolismo en ninguna provincia castellana. El Castellanismo ni siquiera puede ser cabeza de su propias reivindicaciones históricas y en consecuencia no tiene la menor oportunidad de capitalizarlas. ¿Un ejemplo? el ATC: el PCAS lleva años de lucha y oposición frontal y enérgica... el PSOE-CLM tras sus últimas (y únicas) maniobras será quien recoja el voto y capitalice el éxito en caso de que se produzca la ansiada paralización.
El PCAS es una sombra de sí mismo, IZCA abducida por movimientos sociopolíticos donde ni pincha ni corta ni se hacen patentes su reivindicaciones identitarias, la activa blogofera castellana (acuerdate de Terra Castellae, Planeta Castilla etc...) está desaparecida, este foro esta muerto y casi listo para entierro, en las redes no arrancamos y tampoco sabemos movernos en ellas. Del movimiento juvenil y asociativo creo que mejor ni hablar...
En su momento llegamos a tener incluso un medio de comunicación clásico, el Diario de Castilla, de aficionados sí, pero funcionaba. La red nos otorga mil posibilidades: podemos recuperar el viejo Diario de Castilla, podemos resucitar las viejas redes de blogs, se pueden crear emisorias de radio online y para eso sobra con un ordenador viejo que haga de servidor y una conexión de banda ancha. Yo llevo TRES años con idea de crear una revista digital, un medio escrito... ALGO y no encuentro a nadie que se suba al carro...
Desde un punto de vista castellanista, ¿ creéis que nos interesaría la fiesta parda poni a largo plazo?
No lo sé, pero si hace cinco años hubiese dicho que sí ahora me inclino porque acabaríamos por ser Restoespaña. Si con la que ha caído hasta ahora en Castilla nadie se ha planteado nada no veo por qué ese inmovilismo secular ha de cambiar. Tal vez si se independizase todo lo que no es Castilla cambiase algo... el problema es que ni siquiera tenemos claro "lo que no es Castilla" y cada castellano, incluidos los castellanistas, te va a dar una respuesta diferente...