Al hilo del acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, ha vuelto a surgir el debate acerca del papel de las diputaciones. Desde el castellanismo de TC-PCAS, tradicionalmente se ha propugnado su desaparición y la asunción de sus competencias por instituciones locales (ayuntamientos, mancomunidades de municipios y comarcas, que excepto en El Bierzo no tienen competencias en Castilla).
Sin embargo, últimamente desde Izquierda Castellana se propone la reforma de las diputaciones, no su desaparición.
http://izca.net/index.php?option=com_content&view=article&id=9714:izquierda-castellana&catid=8:editorial¿Cuál de las dos opciones creéis que es más viable y beneficiosa para Castilla?
A día de hoy las diputaciones son necesarias. Son la principal entidad prestadora de servicios para los ayuntamientos pequeños y sin ellas la limpieza, la recogida de basuras y una parte muy importante de la actividad cultural se viene abajo. Si se suprimen las diputaciones será preciso crear un ente que las sustituya y seguiremos igual o peor.
La comarcalización puede ser la mejor alternativa pero a día de hoy está muy verde. Repasando los viejos debates y propuestas en el foro, cuando este tenía más actividad veo algunos problemas:
- No tenemos un criterio claro. Mezclamos condicionantes de geografía física, humana y económica con tradiciones culturales o históricas. Nos queda un pastiche poco coherente y creo que nuestras propuestas abocarían a no pocas comarcas a la ruina pues así, de primeras, algunas me parecen insostenibles e inviables.
- Nos falta por tanto una "teoría de la comarcalización" que defina nuestro modelo. No hemos pasado nunca de las buenas intenciones.
- El modelo provincial tiene virtudes entre su defectos. La base del sistema es que una ciudad, con suerte con el apoyo de cabeceras comarcales, tiende a sostener al conjunto, incluidos los pequeños municipios que por no tener capacidad, delegan determinadas funciones en la diputación.
- Las comarcas deben tener un ratio adecuado de población/territorio/servicios para ser viables. Aquí topamos siempre con un problema: hay provincias en los que la capital representa un porcentaje tan grande sobre el total de la población o la densidad de población por comarcas es tan irregular o desequilibrada que fraccionar la provincia en comarcas genera grandes desigualdades.
- La comarcalización actual no vale, pues no esta pensada para ser dotada de competencias reales.
Todos estos problemas tienen solución, pero nunca la hemos formulado, ni desarrollado. Que las mancomunidades comarcales asuman competencias no significa necesariamente que puedan prescindir de los servicios centralizados en una diputación que actua como mecanismo para la distribución de los recursos provinciales. Ya hay de hecho municipios que mancomunan servicios.
Desde el punto de vista de una ciudad una diputación es inútil e incluso nociva pues detrae recursos al que más aporta (la ciudad) para prestar servicios al medio rural. Desde el punto de vista del campo es necesaria pues aligera las cargas que recaen sobre pequeños municipios. Desde una perspectiva castellanista hay ideas, pero no se ha pasado de ahí y por tanto, a día de hoy, no hay alternativa.
Comarcalización, sí, pero con un modelo sobre la mesa.