" A ti corona de España, y luz de todo el Mundo, desde los altos Godos muy libre. A ti que por derramamientos de sangres extrañas ,como de las tuyas , cobraste Libertad para ti y para tus vecinas ciudades. Tu legítimo hijo Juan de Padilla , te hago saber como con la sangre de mi cuerpo se refrescan tus victorias antepasadas. Si mi ventura no me dejó poner tus Hechos entre tus nombradas hazañas la culpa fue en mi mala dicha , y no en mi buena voluntad, la cual como a Madre te requiero me recibas, pues Dios no me dio mas que perder por ti de lo que aventuré. Mas me pesa de tu sentimiento que de mi vida. Solo voy con un consuelo muy alegre, que que yo el menor de los tuyos muero por ti , y que tu has criado a tus pechos a quien podria tomar enmienda de mi Agravio. Muchas lenguas habrá que mi Muerte contaran: yo no la sé aunque la tengo cerca ; mi fin dará testimonio de mi deseo . Mi Alma te encomiendo como patrona de la Cristiandad ; de mi cuerpo no digo nada , pues ya no es mio, ni puedo mas escribir porque al punto que esta carta acabo tengo a la garganta el cuchillo con mas pasión de tu enojo que temor de mi pena " Cuántos castellanos , hoy, han tomado enmienda de su agravio , ésta carta no se enseña en las escuelas de Castilla, no es "historiable" . Al dar sus vidas a la comunidad, recibian en pago un elogio inalterable y una sepultura que es la más digna. No me refiero aquella en que reposan, sino aquella en que su gloria sobrevive y es recordada en todo ocasión que se presenta para imitarlos. Los castellanos ilustres tienen por tumba la Tierra entera, no es simplemente una inscripción sobre una estela que , en su patria, recuerda su existencia, pues incluso en un pais extranjero, sin ninguna inscripción, cada una de esas tumbas lleva grabada esa inscripción , no en la piedra, sino en el corazon de los hombres (Pericles , con su permiso de demócrata)