La cuestión es que, releyendo este tipo de escandalos que saltan cada cierto tiempo hay que preguntarse a veces.
¿Que escándaliza a la sociedad? ¿La xenofobia o que esta se exponga en un cartel?
¿Cuantos propietarios reciben a inquilinos y rechazan a los que no son de su agrado? Esto es el día a día del mercado de alquiler, nada excepcional.
Nadie pone el grito en el cielo.
En cambio cuando algún propietario decide no perder el tiempo ni hacerlo perder a otros y avisa claramente de quienes están vetados se convierte en noticia.
Tan xenófobo como querais, pero al menos ese propietario es claro y directo, no juega con cartas marcadas y no hace perder el tiempo a `posibles inquilinos a los que no piensa alquilar la vivienda.
Como en el caso del cartel de la franquicia balear el problema es menos el hecho que lo que subyace. Me resisto a creer que toda la población sea xenófoba del mismo modo que me resisto a creer que todos los inmigrantes sean malos inquilinos.
Como siempre el análisis de esto es complejo y vieen a ser parte de un estudio global sobre los problemas de integración de los inmigrantes, que a menudo proceden de paises con un menor grado de articulación legal y burocrática o son totalmente desconocedores de la del pais de acogida (y esto por citar uno de los problemas)
Os cuento un caso que me contaban el otro día.
La hija de un conocido trabaja en una agencia inmobiliaria. En los últimos meses se ha hecho habitual (según cuenta) que inquilinos de origen chino al no poder pagar la hipoteca se presenten en la agencia con las llave "yo no quiero piso". Dejan las llaves a la agente, o sobre el mostrador y ¡alehop! desalojan el piso y a otra cosa.
Para la agencia queda el marrón: unas llaves, de un piso al que por ley no pueden acceder, del que no pueden disponer, y con un inquillino ausente que se marcha sin dejar dirección conocida "lavándose las manos".
La actitud del chino es noble a su manera e igual en China del todo lógica: no puedo pagarlo, pues lo dejo. En España en cambio es inaceptable y problemática. Si el propietario afectado, despues de comerse los trámites de un deshaucio (para disponer de su piso vacío desde hace meses) decide no volver a alquilar ese piso a un chino en su vida ¿es xenófobo?
Si alquila el piso a un chico brasileño o argentino muy educados y resulta que le montan un prostíbulo y el resto del vecindario jura decapitar al propietario a golpes de DIU ¿es ilógico que ese propietario se lo piense en el futuro?
Claro que hay inquilinos del pais muy problemáticos, pero a casi ninguno le dá por preparar la comida para su restaurante en las zonas comunes o poner a salar pescado en la fachada de los patios de luces (caso real). A los problemas que puede dar cualquier propietario, sea cual sea su origen o cultura, muchos inmigrantes añaden un plus de problemas derivados de su inadaptación/incomprensión a y de la sociedad que los acoge.
Y los propietarios se lo piensan dos veces, lo que puede ser considerado xenofobia o sentido práctico según los casos. Lo primero me parece mal, lo segundo es simplemente lógico.