Encontre este texto dando vueltas por internet, y me parecio apropiado compartirlo con todos.
El nacimiento de una nacion
De la formación del Condado de Castilla y otras historiasBardulia quae nunc appellatur Castella, Bardulia que ahora llamaremos Castilla, Alfonso IIILa unificación de las coronas de Aragón y Castilla, de manos de los Reyes Católicos, trajo el nacimiento de la primera gran potencia europea de la Edad Moderna, España. Hoy en día, cuando se habla de nacionalidades, o naciones, dentro del estado español, nadie piensa en Castilla como una de ellas. Si nombramos las distintas naciones (según sus estatutos de autonomía), todos hablamos de Cataluña, Andalucía, Galicia, País Vasco.... nadie reparara en la antigua Castilla. Dividida en una serie de autonomías
“artificiales”, se ha convertido en una mera sombra histórica de lo que fue. Su asociación con España ha resultado en una completa ocultación de la propia historia del condado-reino, sus costumbres, su lengua, sus gentes, todo se abandonó en pos de España, desapareciendo, de hecho, Castilla como nación.
De Bardulia a CastillaTras la invasión musulmana el reino visigodo deja de existir. Sin embargo en la cordillera
cantábrica surgen dos focos de resistencia; el más famoso, formado por los astures
con su caudillo Pelagio, y los cántabros, en torno al conde visigodo Pedro. Ambos
territorios formaron el Reino Astur, que se mantiene independiente del poder musulmán.
Al este existen núcleos de resistencia formados por vascones, que se mantienen en la parte norte de la actual Navarra y Guipúzcoa. Entre medias esta Bardulia, la tierra de los bardulos, pueblo prerromano que se mantiene semi-independiente tras ser desplazado al oeste por los vascones. La zona que se corresponde con ésta Bardulia es la parte norte de la actual provincia de Palencia y parte de Santander. Durante el gobierno del astur Alfonso I (739-755) los cristianos, aprovechando la fitna o guerra civil entre árabes y bereberes, extienden su poder hasta el Duero, manteniendo, entre otros territorios, Bardulia.
Los primeros intentos repobladores de la zona son ahogados en sangre por la acción de los emires cordobeses, de tal manera que para comienzos del S.IX la zona sigue estando despoblada, con solo algunos pequeños focos cristianos. Los comienzos del nuevo siglo traen un aumento de los intentos de repoblación. Estos intentos no son directamente
promovidos por los reyes astures, sino que son iniciativas de familias o abades que descienden de las montañas para tratar de asentarse en los valles del norte de Palencia o Burgos. Con una mano en el arado y otra en la espada estos repobladores
roturan los campos y edifican iglesias, a la vez que rechazan los ataques agarenos o son muertos por ellos. Los foromontamos, así serán llamados los repobladores, afianzan una zona en las tierras bajas, teniendo como centro el valle de Espinosa de los Monteros. Esta zona se llama, ya desde finales del Siglo VIII, Castella, o Castilla, topónimo que poco tiene que ver con la presencia de castillos en la zona (¿acaso se llama León por la presencia de dicho animal?).
Alejados de la corte astur y sometidos a los rigores de la guerra, los castellanos nombran dos míticos jueces (que a su vez la épica castellana considera antecesores de Fernán González y de Rodrigo Díaz de Vivar), con la misión de impartir justicia sin tener que recurrir al lejano monarca astur. Los dos jueces arbitrarán según las costumbres castellanas, alejados del Fuero Juzgo, en uso en el Reino Astur-leones. Sus decisiones se
denominaran fazañas, vocablo romance.
En el 850 reina Ordoño I, que nombra a su hermano (o cuñado, las crónicas no lo aclaran) Rodrigo conde de Castilla. Rodrigo acelera la repoblación de su pujante condado, contando para ello con numerosos mozárabes escapados del emirato, sometido a su vez a continuas rebeliones. En Zaragoza la familia muladí de los Banu Qasi se hace con el poder de la mano de Musa II, el cual se enfrentará a las huestes de Ordoño. Los
astures (aliados con gascones y posteriormente navarros) lograrán imponerse a las tropas de Musa permitiendo extenderse hacia la Rioja.
A partir del 860 Rodrigo y sus súbditos tendrán que enfrentarse el poder renovado del nuevo emir Muhammand I, siendo sus territorios devastados por numerosas expediciones guerreras. En este marco de continua guerra sobreviene la muerte de Ordoño
I, siendo sucedido por Alfonso III, que cuenta con el apoyo de Rodrigo, la primera muestra del poder alcanzado por el nuevo condado de Castilla en el seno
de la monarquía astur-leonesa.
Tras la muerte del conde Rodrigo Castilla se divide en pequeños condados, temerosos los reyes asturleoneses del poder de un único condado. No será hasta el 932, cuando Fernan Gonzalez reúna en su condado las dignidades de Castilla, Álava, Burgos, Cerezo y Lanzaron, el condado de Castilla.
Fernán GonzálezFernán González, primer conde de Lara y, desde el 932, conde del unificado condado de Castilla, será el verdadero creador de un estado castellano, independiente, excepto en el nombre, en lo político y económico del reino leonés. Ya en el 932, Ramiro II de León, y el conde Fernán González, dirigen la expedición que arrasará una ciudad de la Marca Media, Mayrit o Madride. En el 939 una alianza de castellanos, leoneses y navarros logrará una gran victoria contra las tropas del ya Califa Abd-el-Rhaman III, consiguiendo suficiente poder para llevar la repoblación hasta las estribaciones de la falda norte del Sistema Central (Sepúlveda, Cuellar….). Poco después Fernán González se rebelará contra Ramiro II, siendo el castellano derrotado y capturado, aunque finalmente se reconciliará con su
aún señor y Rey de León.
La crisis dinástica en la que se sume el Reino de León a la muerte de Ramiro II traerá una mayor independencia de Castilla, de tal manera que en el 962 Fernán González firma una tregua con el Califato de Córdoba como un dignatario soberano más. A su muerte lega el condado (que ya incluía las tierras comprendidas entre Cantabria y el río Duero) a
su hijo García Fernández, estableciendo la sucesión hereditaria en el condado de Castilla.
Castilla, al igual que los otros reinos y condados cristianos, sufre los embates de las tropas del gran Al-Mansur (el Almanzor para los cristianos), muriendo el propio García Fernández en batalla contra los musulmanes. Con el fin de la dictadura Amiri, a la
muerte de Almanzor y sus descendientes, el Califato se hunde en una fitna sin fin, de la que saldrán los Reinos de Taifas, logrando los reinos castellanos una supremacía militar que ya no perderán excepto en contadas ocasiones.
Las milicias concejilesEl ordenamiento jurídico castellano, y la tenencia de cargos en la administración, son desde el primer momento, mucho más avanzados que en el vecino Reino de León. Los cargos palatinos no son hereditarios, sino por elección, y cualquier campesino puede
equipararse a un infanzón (según la Ordenanza de Castrojeniz) si puede costearse un caballo y equipo de caballero. Nacen así los caballeros villanos o pardos, que incluidos en la milicia de los concejos (ayuntamientos de la época), serán la base de los ejércitos castellanos. Los condes (y posteriormente monarcas) castellanos otorgan cartas de ordenamiento jurídico (fueros o cartas pueblas) a los municipios (tanto de repoblación
como ya constituidos) en las que no sólo se regulan la vida de los municipios, sino también su relación con el soberano. De esta manera Castilla dispone de auténticos villanos libres de servidumbre, que se autogobiernan en el marco local, unas verdaderas
repúblicas en miniatura. En contraposición los villanos deben acudir al combate a la llamada de su soberano y proveen de defensas en las fronteras. Serán estas milicias concejiles las que soporten el peso de la Reconquista, pues no solo combaten en
las grandes batallas como Zalaca o las Navas, sino que mantienen la frontera de sus enemigos. De esta manera Castilla vivirá un feudalismo propio, alejado del europeo. Los grandes señores no rivalizarán (al menos hasta las grandes guerras civiles del
S. XIV y XV) con el monarca, que siempre se podrá apoyar, llegado el caso, en una masa de hombres libres autónomos.
El Reino de CastillaAl morir sin descendencia el conde García Sánchez, en el 1028, el condado de Castilla pasará a la Corona de Navarra, por entonces el reino más poderoso entre los cristianos. Sin embargo a la muerte del Rey navarro Sancho el Mayor, Castilla recupera su independencia de la mano de Fernando I, el primero que ostentará el título de Rey de Castilla. Logrará unificar Castilla y León, legando sus territorios a sus tres hijos:
a García, el Reino de Galicia; Sancho II Castilla; y a Alfonso VI el Reino de León, lo que provoca una guerra civil entre los tres. Al término de la misma, queda Alfonso VI como soberano de Castilla y León, sufriendo el reino los embates de los almorávides,
norteafricanos que logran unificar Al-Andalus bajo su mandato integrista.
Sin embargo la expansión de Castilla no se verá detenida por mucho tiempo, de tal manera que para finales del S. XII el pequeño condado se ha convertido
en el reino cristiano más importante de la península. De un minúsculo valle burgalés (Burgos, Cabeza de Castilla) a los confines del Reino de Toledo.