Bueno, esta noche con Rusia a muerte. Con lo mal que me caen también...
Voy a colgar algunos textos de compañeros que me han parecido muy interesantes relacionados con todo esto de la selección. Hay que entender que están sacadas de otro contexto y que desde luego a muchos no agradarán:
Esto va mucho más allá de un simple sentimiento de pertenencia. Ya nos sintamos castellanos, madrileños, de nuestro barrio o hijos del coño de nuestra madre, las victorias de la Selección Española nos perjudican políticamente a toda la izquierda. ¿Por qué? No había más que asomarse al balcón la otra noche para ver el panorama que había. Por supuesto salvando a honrosas excepciones como lo ocurrido en Ávila, aquí en mi barrio las banderas franquistas abundaban sin ningún problema. Los gritos "Arriba España", comentarios insultantes hacia los italianos, ese total desprecio hacia lo "no español" eran acojonantes. Y todo esto visto con normalidad por la inmensísima mayoría de la gente. El desprecio al contrario llega a tal extremo que los medios de comunicación les denominan "miserables" e incluso ha sido imposible escuchar los himnos de Grecia, Suecia, Rusia e Italia sin soportar los abucheos y silbidos de la españolada de turno presente en los estadios (no precisamente son 10 energúmenos).
No nos engañemos, porque la identidad española que nos intenta transmitir esta campaña feroz se basa en los mismos elementos reaccionarios de toda la vida. Y estos valores se contraponen frontalmente a las posiciones republicanas españolas, a las castellanistas, anarquistas, autónomas, etc, etc.....
Por ello quiero que pierda la selección española. No por ser el más radical antiespañol del barrio sin más, sino porque el auge de los valores ligados a la identidad española que nos venden suponen un obstáculo enorme para la realización de nuestros proyectos políticos.
Bueno mis deseos sobre la selección española son que pierda siempre y que sea eliminada de la Eurocopa cuanto antes.
Yo quiero que pierda la selección española porque representa a España, que viene a ser un Estado que es ni más ni menos que la materialización en un marco determinado de un proyecto político-económico reaccionario llevado a cabo desde las clases dominantes a lo largo de la historia, a costa de la explotación de las clases populares de los diferentes pueblos a los que ha administrado. España es un estado que sirve como herramienta al sistema capitalista para explotar a la clase obrera de las naciones que administra dicho estado. Lo vemos claramente cuando el Estado español defiende los intereses de empresas privadas, lo vemos cuando se criminaliza y reprime a los sectores más concienciados en la lucha anticapitalista de la clase trabajadora y más aún cuando tienden a romper el marco español, o lo vemos cuando en épocas en las que el capitalismo está en alza los beneficios se privatizan pero cuando está en crisis las pérdidas se sociabilizan pagando la clase obrera.
No es casualidad que la Confederación Española de Empresarios defienda la unidad de España, es lógico que defiendan sus intereses.
La realidad es que la idea de España como “nación” es un concepto reaccionario que tiende a legitimar la existencia del Estado español (= estado capitalista) y supone asumir los argumentos del españolismo. La realidad es que España es eso, y no lo que hubiera sido si los republicanos hubieran ganado la Guerra Civil (que no me parece un argumento como para sentirse identificado con España como “nación”). Lo digo porque alguien por aquí justificaba su apoyo a la selección española en que otra España hubiera sido posible si los republicanos hubieran ganado y tal. Hablando claro, si alguien supuestamente español quiere que gane la selección española es porque se siente identificado con España, y me parece ilógico que alguien se identifique actualmente con España basándose en algo que no existe como es la posible España en forma de una república socialista materializada en el caso de haber ganado los republicanos.
La política está en prácticamente todos los ámbitos de la vida, y también en el ocio o deporte, y un ejemplo de ello es el fútbol. Los estados promocionan a sus selecciones deportivas y más cuando fomentan en la población un sentimiento de apego (nacionalista) al Estado-“nación”. Y el mejor ejemplo está en el caso de la selección española. Simplemente en Madrid, llevar la rojigualda por la calle siempre ha sido de fachas, lo reconocía todo el mundo e incluso a mucha gente le daba vergüenza. Pero desde hace unos años cuando juega la selección española se nota que la gente luce más rojigualdas y no porque sean fachas, sino porque se sienten identificados con España y como juega la selección pues hay que apoyarla y la manera es mostrarlo llevando los símbolos de España suponiendo esto un alarde nacionalista. Quiero decir con esto que al españolismo, le interesan dar bombo a la selección española para que la gente se identifique con su proyecto político materializado (el Estado español). ¿O acaso alguien se cree que las facilidades que dan las administraciones en Madrid en la Plaza de Colón para que reúna cientos de madrileños con rojigualdas es casualidad? ¿Para otros eventos se facilitarían dichos medios? Yo lo dudo. ¿Es casualidad el bombo que se le da desde la prensa?
Vamos, que no tengo ni un solo motivo para apoyar a la selección española. Yo soy madrileño pero no soy español, soy castellano porque mi pueblo es el pueblo castellano, y no voy a apoyar a una selección que representa a España, que supone un auténtico lastre y opio para el pueblo del que formo parte.
¿Podemos? Reflexiones sobre crisis e identidad tras el Italia-España
Podemos quedarnos en paro (“la recesión inmobiliaria elevará el paro hasta rozar el 10% en 2009”, “la crisis destruirá 600.000 empleos de la construcción en 2 años”), o tener una jornada de 65h semanales como están proponiendo, o también podemos acabar como una silenciosa cifra de “accidentes laborales”.
Podemos comprar una casa por un precio retequeinflado, podemos tener un sueldo requetedesinflado, podemos ver cómo suben los tipos de interés y las hipotecas son impagables, podemos comprobar cómo aumenta el porcentaje de morosidad y cómo “el FMI asegura una caída del 20 % del coste de la vivienda” y ”los promotores prevén una caída del precio de los pisos sin precedentes”.
Podemos así endeudarnos por algo que estamos pagando a un precio que no es el que debería tener y que, de hecho, ya no cuesta lo que, aun así, tenemos que seguir pagando.
Podemos haber entrado en una era que el telediario nos ha anunciado como “la del fin de la alimentación a precios asequibles”.
Podemos no llegar a ser ni mileuristas, y ser como “los nadies” del poema de Galeano: ningunxs, ninguneadxs, jodidxs, rejodidxs, que no son humanos sino recursos humanos y que cuestan menos que la bala que los mata.
Unos nadies entretenidxs identificándose con “los alguienes”, 11 alguienes vestidos de rojo y amarillo, alguienes dueños de las balas y apretadores de gatillos, alguienes “contratadores” de recursos humanos, alguienes alguieneados, jodedores, rejodedores.
Podemos ver como la apisonadora de la privatización extiende la máxima de “la vida es para especular con ella, obtengamos beneficios de las necesidades humanas”. Y así educación y sanidad están siendo objeto de la ofensiva privatizadora.
Podemos ser parte de una sociedad patriarcal asentada en la desigualdad, en la violencia constante y cotidiana, que va desde el bombardeo incesante que nos hace tener que estar permanentemente pendientes de nuestro cuerpo, de nuestro aspecto y al tiempo estar permanentemente a disgusto, acomplejadas de él, que incluye la desigualdad en el ámbito laboral y en el reparto de tareas domesticas, la ignorancia del papel de las mujeres en la historia, que supone la obligación de tener que ser mujeres modernas “liberadas”, hipersexuales y a la vez con la amenaza de ser tachadas de ”putas”, y a la vez desconociendo nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, y a la vez criminalizadas por abortar, y a la vez obligadas a tener que realizar estos abortos en centros privados -sólo 3 de cada 100 se practican en centros públicos-, y a la vez tenemos que morirnos por chuparle la polla al hombre que se echa Axe, desigualdad y violencia patriarcal que también se muestra en los numerosos casos -hechos públicos y mediatizados- de maltrato y asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o ex-parejas, y que si bien son parte de la violencia de género, no la monopolizan.
Podemos tener, en muchos pueblos de Castilla, la emigración como futuro. Pueblos sin tejido industrial, con un mundo rural empobrecido y desatendido, pueblos con densidad de población inferior a la de Siberia, con provincias como Soria que caben en un estadio de fútbol como el Bernabéu, pueblos cuya cultura es ridiculizada, avergonzada o expropiada por el españolismo.
Pueblos que dependen de Madrid y Madrid que depende de ellos para especular, para obtener mano de obra, población a la que vender casas, población en movimiento con la que justificar la construcción de infraestructuras, en un proceso de madrileñizar Castilla, que significa convertir los pueblos en ruinas y los parajes en chalets y carreteras. Cuestiones que no serán resueltas sin una teoría que parta de Castilla, que la tenga en cuenta y se dirija a ella para ser llevada a cabo por sus protagonistas: lxs castellanxs.
Podemos ser bombardeadxs con que el principal problema es el terrorismo, con la gran amenaza que nos supone que se rompa España, podemos estar identificándonos con el de arriba, sintiendo como responsable de nuestros males al de al lado: lxs inmigrantes, el resto de pueblos del estado….
Podemos estar supliendo las fiestas populares, autoorganizadas, las celebraciones propias y colectivas, así como podemos estar supliendo la carencia de identidad, de pertenencia, con identificaciones que desde el Estado y el capitalismo nos brindan. Podríamos así, lxs súbditos, estar compartiendo una celebración en la que “el rey se alegró como el que más” (Telediario de TVE del 23/06/08).
Podemos ser criminalizadxs, objeto de represión, de juicios, de cárcel, de tortura.
Podemos sí, podemos….hay mil podemos que deberían conducirnos a un debemos.
¿Y qué celebraba entonces la gente tras el partido de España-Italia?
Esperemos que de verdad “no fueran tontxs”, como dice el lema de Media Markt y estuvieran celebrando que esa gran superficie les tenga que devolver un tanto por ciento de sus compras por haber pasado de cuartos, o quizás eran actores cómplices, parte de una estrategia de desviar la atención, de distraer y entretener a las fuerzas de seguridad del estado para que tuvieran éxito lxs 20 inmigrantes africanos que trataron de aprovechar el tiempo de los penaltis para cruzar la frontera.
Se está marcando el recorrido de “población (incluida la gente de izquierdas)- fútbol-España”, porque no debemos olvidar que detrás de estos partidos está una campaña, una “reconquista” españolizante, cargada de política, que podrían calificar sus vendedores como “de unidad de destino en la Eurocopa”. A través del deporte, que aparenta neutralidad, el engranaje del sistema está marchando a toda máquina para bombardearnos con una auténtica campaña interclasista que promueva españolismo e identificación con el proyecto de la burguesía, y más en un contexto de crisis, avivando además el enfrentamiento con los procesos de construcción nacional que diversos proyectos de izquierdas están llevando a cabo en el Estado. Y ejemplos de ello son el intento de poner letra al himno y la gran inversión realizada en esta Eurocopa.
Frente a este recorrido, por sacar aspectos en positivo, planteo uno inverso:
Del fútbol a la gente (especialmente la de izquierdas), ahorrándonos el pasar por España (que por mucho que la vistan de seda, o de jugadora de la selección, mona se queda. “Yo no soy tonta”).
Un primer aspecto es que puede que se celebrase las ganas de celebrar, el pertenecer a algo, el ganar en algo…..pero ¿de qué somos parte así? ¿Qué ganamos, si es que ganamos algo?
La gente tiene ganas de celebrar, y nosotr@s, como gente que somos, también, mas son otras las victorias que anhelamos.
Pero la satisfacción, la alegría, las victorias, son algo que a veces vamos saboreando. ¿Por qué no compartimos, por qué no difundimos el placer de la militancia, de la subversión, de las relaciones humanas mucho más plenas que se dan en ella, la realización como ser humano que se logra en proyectos colectivos de autoorganización, de autogestión, de solidaridad?
Quizás haya alguna lección más que sacar de dicho partido de fútbol.
Por un lado, las palabras del seleccionador, quien dijo que “sólo como una piña podemos vencer…..hay que estar unidos”.
Y teniendo en cuenta que a la selección se le llama “la Roja”, para recochineo de la izquierda -¿o es quizás un guiño para hacer a ésta participe del españolismo?, como ocurrió con la campaña españolista del 2 de mayo, en la que los anuncios entremezclaban subliminalmente el cuadro de los fusilamientos de Goya con el Guernica- y teniendo también en cuenta que la Plaza de Colón ha sido rebautizada como Plaza Roja, plaza desde la que están retransmitiendo no sólo los partidos sino todo un repertorio de valores funcionales al bloque dominante, junto con numerosas banderitas de España. Quizás el seleccionador no estaba sino parafraseando a Lenin, que en lugar de piñas, habló de puños, refiriéndose a que éstos son más fuertes que cada dedo por separado.
Siempre que no se confunda unidad con imposición o unidad con sumar a cualquier precio.
Quizás un día celebremos que la plaza de Colón no sea rebautizada exclusivamente, sino convertida en Plaza Roja, dejando de ser emblema de la masacre del imperio español sobre otros pueblos, sean latinoamericanos, de dentro de las fronteras del Estado o de mas allá, pues dicha Plaza también es lugar de festejo del ejército.
Y sí, todavía saqué otro aporte del partido, junto a las palabras de ánimo de ¡podemos!, se coreaban otras que tampoco hemos de perder de vista: ¡A por ellos!
¡Qué la crisis la paguen los capitalistas!
¡Ni paz entre clases, ni guerra entre pueblos!
www.izca.netElena Martínez López– Militante de Izquierda Castellana (IzCa)