Hoy, 17 de Enero, es un día de fiesta en muchas partes de nuestra ancha Castilla. Un día de fiesta de carácter religioso, pero lleno también de historia y tradición. Tenemos que retroceder siglos atrás para narrar el comienzo de esta fiesta dedicada a San Antón, santo de origen egipcio. Entre 1619 y 1725 la celebración de este día estuvo prohibida y durante la época de José Bonaparte volvería a ser restringida, para restaurarse en el reinado de Fernando VII. Con Isabel II la festividad de San Antón se volvió en un éxito que reflejaban los periódicos de la época. Este éxito continuo en el siglo XX, aunque la II República volvería a prohibir esta celebración. Tras este parón, la popularidad volvió, y cada año son más los pueblos y gentes que celebran este día, marcado por tradiciones como el cerdo, los panecillos del Santo o las populares hogueras.
Tradiciones que en principio parecen no tener nada que ver con San Antón, pero que guardan su propio significado. De la vida del santo han sido representadas sobre todo tres escenas. En una de ellas podemos observar el encuentro entre este San Antón y San Pablo Ermitaño con un cuervo que sostiene un panecillo en el pico para alimentarlos y en otra al cerdo. Tras 1600 años, estas escenas se recuerdan con el reparto del panecillo y la subasta de un cerdo en muchos de los pueblos castellanos, cerdo que los propios vecinos han alimentado.
El tercer elemento y tradición por excelencia en este día es el fuego. Un elemento que, mientras la tierra duerme, calienta los hogares. Un elemento que siempre ha estado cargado de magia, misterio y simbolismo. Desde épocas remotas el fuego se ha utilizado para espantar espíritus, así como malas cosechas o malas plagas. Con él se busca la purificación y limpieza del alma, por lo que se queman muebles, ropas y trastos viejos, para conseguir nuevas espectativas e ilusiones Pero más allá de esto, con las hogueras se busca reunir al pueblo. Es un día de celebración y fiesta, donde familias y vecinos se juntan al calor del fuego para bailar y disfrutar de productos propios y tan castellanos como el vino, los chorizos o un buen queso. San Antón es una fiesta de recuerdos y tradición, de fe y diversión, de lazos y unión.
Sin más, desear a todos los castellanos que disfruten de este día, acompañados de sus mascotas, familias, amigos y vecinos.
YESCA ALMAGRO
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