Las Tablas escuchan de nuevo el aleteo de las aves sobre el aguaEn las Tablas de Daimiel se oye de nuevo el aleteo de los patos sobre el agua. Al amanecer comienza el intenso trasiego de aves que se mueven de un lugar a otro. Corretean sobre el agua, nadan, vuelan o bucean en busca de las apreciadas ovas o peces que les sirven de rico alimento.
Polladas de diversas anátidas surcan las aguas. Fochas, porrones, azulones, patos colorados, malvasías cabeciblancas, fumareles, garzas imperiales y reales, martinetes o garcillas cangrejeras, se observan con facilidad cuando se recorre en barco el corazón del parque.
“El agua lo hace todo”, dice con semblante confortado Jesús García Consuegra, guarda del parque nacional que empuja con tino y sosiego la vara con la que se ayuda para gobernar el barco por las plácidas aguas que inundan los tablazos.
“Los bichos empiezan a recuperar su querencia”, dice, mientras recuerda que hace sólo unos meses él recorría con un vehículo todoterreno el mismo lugar por donde ahora se mueven en barco.
“Para el poco tiempo que lleva el agua la recuperación es espectacular, sólo hay que ver cómo han criado algunas especies”, dice mientras participa en la realización de un censo de aves y, concluye, “si el otoño es bueno, la próxima temporada puede ser excepcional”.
La vida ha vuelto al Parque Nacional. Donde hace sólo unos meses ardía la turba y se podía caminar, ahora hay una amplia lámina de agua que cubre la mayor parte del parque. El río Gigüela, que junto al río Guadiana debería habitualmente llevar sus aguas a Las Tablas de Daimiel, este año ha sido generoso y sus aportes hídricos, que han durado hasta hace apenas unos días, han hecho posible que se viva esta situación que no se recordaba desde hace décadas.
El escenario de bonanza hídrica en plena época estival, era inimaginable tan sólo unos meses antes, cuando bajo el subsuelo del espacio protegido, se mantenía activo un incendio latente de turbas.
Un invierno atípico, con precipitaciones intensas y generalizadas en el Alto Guadiana y en el Campo de Montiel, cambiaron por completo el panorama y el parque nacional se colmó de agua.
1650 hectáreas inundadas
Las Tablas de Daimiel mantienen prácticamente inundadas 1650 hectáreas, tal y como explicaba a Efe su director-conservador, Carlos Ruiz de la Hermosa, quien aseguraba que la situación es “muy buena” teniendo en cuenta que nos encontramos a finales del mes de julio.
“A partir de ahora se irá produciendo un progresivo descenso de la superficie inundada, pero, esperamos que si no hay ninguna anomalía, podamos salvar perfectamente el verano”, decía con un ánimo distinto al que tenía hace unos meses cuando el parque vivía sus momentos más críticos.
La situación también es “muy favorable” desde el punto de vista biológico, reconocía Ruiz de la Hermosa, quien aseguraba que la vegetación acuática, vital para la conservación de muchas especies, se está regenerando más rápido de lo que podría pensarse.
Las praderas de ovas y carófitos empiezan a abundar bajo el agua, un hecho que señalaba, está íntimamente ligado a los trabajos previos de extracción de biomasa que se llevaron a cabo antes de que el parque estuviera inundado.
Estos trabajos, que se hicieron con cargo al Plan E, permitieron actuar sobre 650 hectáreas de terreno que entonces se encontraban secas, de este espacio se extrajeron 18.000 toneladas de vegetación que, en caso de no haber sido retiradas, “se estarían descomponiendo con el agua, empeorando su calidad e imposibilitando el desarrollo de las praderas de ovas”, explicaba.
Para el director del Parque es destacable la recuperación de la avifauna, que había desaparecido en estos últimos años.
Los censos demuestran que progresivamente se va incrementando la biodiversidad y el número de especies presenten en el parque y como ejemplo, citaba que desde hace tres semanas se observa de manera intensa una especie emblemática como es la garza imperial, que hasta entonces, no habían estado presente.
A nivel de ictofauna, la recuperación también es notable y, bajo las aguas se empiezan a ver carmines, las pequeñas crías de carpas, que ya se han reproducido en el interior del parque, y que, ahora, permite la alimentación de las ardéidas.
Ruiz de la Hermosa aseguraba que “todo se va desarrollando en el ámbito de la normalidad. Estamos satisfechos del desarrollo de los acontecimientos y de poder comprobar el maravilloso dinamismo que puede llegar a tener Las Tablas de Daimiel, así como su gran capacidad de recuperación”.
http://www.lanzadigital.com/actualidad/las_tablas_escuchan_de_nuevo_el_aleteo_de_las_aves_sobre_el_agua-14860.html Todos sabemos que los medios están al servicio de los políticos, y que los políticos en el tema de las Tablas nos han estado engañando y engatusando, haciéndonos creer que ellos han sido sus salvadores, y que estaban recuperadas recuperadas cuando realmente no lo estaban. Pero lo cierto es que ahora las Tablas están muy bien, me he paseado un par de veces por allí este verano y ya no solo es que el nivel de encharcamiento sigue siendo muy bueno, si no que está recuperando la vida, tanto a nivel vegetal como faunístico, han vueltos las nutrias, las malvasías criando, cientos de parejas de patos colorados criando, ansares...