El deporte ha sido considerado tradicionalmente un medio apropiado para conseguir valores de desarrollo personal y social; afán de superación, integración, respeto a la persona, tolerancia, acatación de reglas, perseverancia, trabajo en equipo, superación de los límites, autodisciplina, responsabilidad, cooperación, honestidad, lealtad, etc.
Son cualidades deseables por todos de forma que estos valores se desarrollen y perduren en la persona y le ayuden a un completo desarrollo físico, intelectual y social y por añadidura a una mejor integración en la sociedad en que vivimos.
Tras los Juegos Olímpicos de Berlín en las que aceptó con desagrado que un atleta olímpico de raza negra pudiera ser coronado con laureles y oros, hasta hoy son muchos los triunfos en los que atletas de otras razas, de otras confesiones y de otras culturas han ido copando los medalleros, a estas alturas como mucho hacemos un comentario jocoso sobre las duras condiciones de vida en la sabana africana y ya está no nos importa que el corredor negro se quede con las mieles.
Si yo fuera un organizador de eventos deportivos y convocara uno con diferentes categorías basadas en las razas sería automáticamente calificado como racista e intolerante por todos.
En los programas deportivos del Estado español, se sigue impidiendo que mujeres y hombres compitan juntos en las disciplinas deportivas, en deportes de grupo e individuales, esta diferencia causada por las enseñanzas patriarcales de separación por sexos y de atribución y roles diferentes para chicas y chicos, es inadmisible.
Cuando algún organizador es preguntado el motivo por el cual no se atiende a esta discriminación surge el elemento proteccionista del hombre y alega motivos de fuerza, de resistencia e incluso de sexualidad.
Si algo es todavía inadmisible es que aún en el 2009, cuando hace escasos 8 días celebramos el Día internacional de la Mujer trabajadora, cuando es creado un Ministerio para fomentar la igualdad, la Dirección General de la Mujer, los Consejos de Deportes alenten esta separación por sexos.

