Me recomendaron un libro reciente:
La Herencia del Centeno y me lo compré. Versa sobre el negro verano de 1936 en La Ribera y la apertura de fosas en el siglo XXI por parte de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. Lo increíble del libro no es lo que cuenta (pues conocidas son las matanzas aunque en el libro se den todo lujo de detalles haciendo las historias terriblemente desgarradoras) sino cómo muestra que la vida de los ribereños cortocircuita esa oscura etapa que, sin embargo, ha condicionado casi todo durante varias décadas hasta la actualidad.
El libro lo avisa pero lo cuenta: puede hacer sentir vergüenza de las raíces y hacer estallar de rabia; indignación, justicia... muchos sentimientos encontrados y demasiadas preguntas en el aire. Pero también induce a la pasividad, justificándola en la cordura; en aquel tiempo se alimentaron los instintos más primarios de los humanos y no hay razón para vivirlo de nuevo. Una relativa calma se establece al percibir que esos asesinatos fueron generalizados y los 800 fusilados que se estiman en La Ribera no son más que un botón de los 114.000 en todo el Estado.
En lo personal ha sido espeluznante constatar cómo existe pavor por parte de mis familiares ancianos a mencionar lo más mínimo sobre ese tema, tal y como vaticina el libro. Las generaciones posteriores sólo conocen rumores... y entre pitos y flautas he encontrado a dos hermanos de mi bisabuelo en las lamentables listas de fusilados (coinciden sus dos apellidos). Tal vez se hable de ellos en algún pasaje del libro, aunque es difícil porque el autor se ha cuidado bastante con los pseudónimos tanto de personas como de lugares y localidades. De esos dos supuestos familiares, nadie nunca antes me habló de ellos y probablemente acabaron en este mundo totalmente olvidados por parte incluso de su propia familia. Apenas conocí a mi abuelo (el que sería su sobrino), así que no es una pena grande lo que siento, pero ahí queda el derecho a saber. Los malditos porqués que no encuentran respuesta y que puede que todavía escondan aún alguna historia macabra que salpique hasta el día presente.
Por el momento, mis indagaciones y la lectura del libro, están en progreso.
Como lección de Historia sobre la Guerra Civil, vale mucho más que lo que pueda contar cualquier libro de Historia Contemporánea:
porque en el norte de Castilla no hubo guerra, pues aquella se libró lejos y en otros frentes; en el norte de Castilla hubo paz y limpieza ideológica