Como a la gente de este foro le suele gustar mucho indagar sobre los orígenes del castellanismo, he pensado que puede interesaros leer esta entrevista a Millán Bravo, dirigente del PANCAL en los años 70, ya fallecido.
La entrevista se publicó en el periódico El Imparcial, el 12 de diciembre de 1978. La transcribo a continuación.
Castilla-León: Nacionalidad natural
por A. Aradillas
"León y Castilla fueron el primer pueblo con personalidad propia dentro de España y constituyen la primera nación, por su lengua, cultura y su importancia, en la historia de España. Pero, aparte de esto, si la Constitución habla de nacionalidades y regiones, clasificando ofensivamente a los españoles en ciudadanos de primera (nacionalidades) y de segunda (regiones), los castellano-leoneses por supuesto que constituímos una nacionalidad...".
Así me habla Millán Bravo, catedrático de la Universidad de Valladolid y secretario general del Partido Nacionalista Castellano-Leonés (PANCAL), que, según me manifiesta con prisas, "no se alza para desunir a España, sino para unirla más estrechamente, porque nuestra patria común, para seguir existiendo, necesita de una Castilla y de un León fuertes y prósperos como cualquier pueblo. Y sin una Castilla y León fuertes, otros territorios españoles pueden sentir la tentación de desunirse y separarse".
Centralismo
Y, lógicamente, la conversación, hace girar su interés sobre el tema del centralismo, teniendo en cuenta, sobre todo, que en esta ocasión la geografía se hubiera podido aliar con facilidad con la política y la economía, y esta región se hubiese llevado la mejor parte de España por eso de estar en el centro.
- Castilla y León -me dice-, han sido durante siglos las auténticas víctimas del centralismo. Han sido discriminadas fiscalmente, teniendo que pagar la mayor parte de los impuestos de España hasta empobrecerse, mientras otros territorios gozaban y gozan de privilegios fiscales. Mientras que por ejemplo, y después de la derrota de Villalar, aquí se pagaban al Estado ciento veinticinco maravedís, los de la Corona de Aragón pagaban veinticinco. Los conciertos económicos con las provincias vascas y Navarra y la presión fiscal castellano-leonesa han supuesto un desplazamiento del centro de gravedad industrial hacia zonas no castellanas.
Y Castilla y León -me sigue diciendo- han visto sus recursos naturales (eléctricos, mineros y agrícolas) extraídos a bajo precio y hasta gratuitamente de sus tierras, para ser explotados en otras regiones que se benefician de estas riquezas, sin recibir nada a cambio, ni contrapartida alguna. Castilla y León, obligadas por el centralismo, han tenido que enviar la mayor parte de sus ahorros a otras regiones para enriquecerlas y crear allí industrias y puestos de trabajo, mientras casi millón y medio de trabajadores castellano-leoneses se veían empujados a la emigración forzosa, dejando atrás sus pueblos solitarios, sus casas derruídas y sus campos prácticamente sin labrar.
- Y precisamente en unos momentos históricos de supranacionalidades se pretende potenciar la nacionalidad castellano-leonesa...
- Precisamente en estos momentos -arguye el catedrático-. El concepto filosófico de nacionalidad, hoy en boga en Europa, se identifica con el de las nacionalidades naturales intermedias, coincidente con áreas geoeconómicas que darán lugar a comunidades autónomas. En un momento de integración de supranacionalidades, y de cara a la Europa de las regiones, que no de las patrias, la idea nacionalista que define al PANCAL no puede ser ni más efectiva ni más actual, dado que uno de sus primordiales objetivos es el de recuperar la identidad y la personalidad perdidas en Castilla y León, debido sobre todo al subdesarrollo regional y a su sangría demográfica, a consecuencia de los planes de desarrollo del régimen anterior.
Alianzas
- ¿Alianzas del PANCAL con otros partidos?
- La ideología del PANCAL equidista del marxismo y de la derecha autoritaria, y a la vez se presenta como una necesidad para Castilla y León, porque los partidos centralistas de Madrid son gobernados desde Madrid, y sus diputados, de izquierdas o de derechas, todos obedecen y votan en el Parlamento lo que les ordenan sus jefes de filas de Madrid, que poco tienen que ver en muchísimas ocasiones con los verdaderos intereses de Castilla y León, porque el centralismo sólo piensa en satisfacer a los que más protestan, a los que más gritan y a los que más problemas crean al Gobierno. Cualquier partido que excluya al marxismo y a la derecha varada en la historia puede sintonizar con el nuestro. Nuestra alianza con el Partido del Trabajo (PT) arrancó históricamente de los primeros momentos, en los que se formó el bloque regionalista con su objetivo de recuperar nítidamente la conciencia regionalista, y que junto con Alianza Regional hicieron posible Villalar-77 y Villalar-78.
- ¿Las municipales?
- Es ahora objetivo primordial en el PANCAL, que presentará sus candidaturas en villas y ciudades. Nuestra base real adquiere un alto índice en las provincias de Valladolid, Zamora, Burgos, Palencia, Segovia, Salamanca, y en un segundo plano, por ahora, en Ávila.
- ¿León?
- La situación es simple y compleja a la vez. Yo soy nacido precisamente en las tierras que pertenecieron a la zona de transición entre el primitivo reino de León y el de Castilla, y me precio de conocer los entresijos del problema. León tiene un cierto sentido de frustración. No en vano alumbró prematuramente a Castilla, que consigue llevarse bien pronto su centro de gravedad... León añora todavía aquellos tiempos primeros y no ha sabido encajar las realidades nuevas, entre otras la de que Valladolid les da de comer hoy a unos treinta mil leoneses. El PANCAL no ha votado a Valladolid como capital, pero sería ridículo olvidarse de que, hoy por hoy, es la gran concentración urbana en toda la región.
- ¿Por qué no ha venido todabía el Rey a Valladolid?
- Pienso seriamente que la explicación está en que en Valladolid se aprecia a flor de piel un sentimiento de exigencia a la corona en función del convencimiento castellano-leonés de lo mucho que se nos debe, y de que queda un largo camino que recorrer para llegar a desmentir aquello de que "nadie espere privilegios...". Valladolid, al igual que Burgos, le han de exigir mucho a la Corona. Ésta está en auténtica deuda para con las provincias castellano-leonesas.
En Castilla y León surge vigoroso, fuerte y profundo el grito de su nacionalidad, que el PANCAL pretende encauzar con fórmulas abiertamente democráticas e integradoras. Las próximas elecciones municipales constituirán una prueba segura del índice de conciencia castellano-leonesa que ya se ha creado y de cuáles sean sus perspectivas de cara al futuro.