Doscientos exiliados polÃticos de la era Pinochet aún no pueden volver a Chile
Mientras en la Corte Marcial no existe prescripción para los procesos contra la oposición en el exilio, muchos oficiales de la dictadura siguen activos en el ejército.El 27 de enero, Jorge MartÃn, de 53 años y ex militante del Frente Patriótico Manuel RodrÃguez (FPMR) –grupo armado contra la dictadura pinochetista– fue detenido nada más bajar del avión en Santiago de Chile, cuando volvÃa a su paÃs después de 20 años de exilio en Madrid. Fue liberado tras varios dÃas con la obligación de no salir de Chile mientras no termine su proceso. Su caso es paradigmático. A punto de cumplir 20 años, la democracia chilena aún está enredada en el legado polÃtico del dictador. En todo el mundo hay cerca de 200 personas exiliadas o proscritas por la dictadura. La mayorÃa son ex guerrilleros y opositores a quienes la dictadura impuso por decreto el exilio forzado. Un decreto que se mantuvo con la llegada de la democracia. Después de la transición, los tribunales internacionales intentaron juzgar a los altos mandos del ejército de Pinochet por crÃmenes de guerra, pero sólo en pocos casos se llegó con éxito al final de juicio. En el ejército chileno todavÃa están activos muchos oficiales que dieron órdenes en esa época. Otros tantos se han retirado y viven de sus ricas pensiones, mientras que la Corte Marcial no prevé la prescripción de los procesos a los exiliados. Matilde MartÃn, hermana de Jorge y también represaliada, explica que el único delito de su hermano es “el de haber luchado contra la dictaduraâ€.“ Cuando los asesinos de nuestra familia campean libremente por las calles del paÃsâ€, añade, “a los luchadores de la democracia se les encarcela y se les prohÃbe volver a su paÃsâ€. En una entrevista a DIAGONAL, Jorge definió, el dÃa de su detención hace 25 años por la Central Nacional de Informaciones (CNI), la policÃa secreta de Pinochet, como “el más trágico de la historia de mi familia. Cuando irrumpieron en mi casa, los agentes mataron a tiros a dos de mis hermanas menores y a un sobrino pequeñoâ€. Jorge y Matilde fueron encarcelados, interrogados y torturados durante dÃas. La CNI habÃa aprendido las técnicas de tortura de la CIA. “La parrilla consistÃaâ€, relata Jorge, “en que te aplicaban eléctrodos en los genitales y en el recto y te ponÃan descargas de corriente eléctrica. Otra tortura era el submarino: te forzaban la cabeza en una bañera llena de orina y excrementos hasta casi sofocarteâ€. Jorge y Matilde fueron torturados regularmente en sesiones de interrogatorios que se repetÃan cada cuatro horas durante los primeros 20 dÃas de detención. Junto con otros 48 presos polÃticos, Jorge MartÃn se fugó de la cárcel de máxima seguridad de Santiago el 29 de enero de 1990 (ver recuadro). Sólo un mes y medio después, el 11 de marzo de 1990, Pinochet dejarÃa oficialmente el poder, manteniendo en sus manos la jefatura de ejército. Durante la transición, el Partido Comunista Chileno (PCCh) suscribió los acuerdos de exilio de los guerrilleros que siguen en vigor.
Dos generaciones de exiliadosComo muchos de sus compañeros, Jorge se afilió aún adolescente a las Juventudes Comunistas. Participó en las manifestaciones y protestas pacÃficas donde vio matar a tiros a sus amigos. Según él, “fueron esas experiencias†las que le llevaron a concebir la lucha armada como única solución a la dictadura. Entró entonces en el FPMR, brazo armado del PCCh. Los padres de Jorge, republicanos españoles, también vivieron la experiencia del exilio en Chile después de la Guerra Civil, gracias al poeta Pablo Neruda, que consiguió salvar a 2.400 personas en el barco Winnipeg. Paradójicamente su hijo volvió como exiliado a España tras luchar contra la dictadura.
EL F.P.M.R.El Frente Patriótico Manuel RodrÃguez se dio a conocer el 14 de diciembre de 1983 con una acción de sabotaje a las lÃneas eléctricas de todo el Estado chileno. Le debe el nombre a Manuel Xavier RodrÃguez ErdoÃza “el hijo de la rebeldÃaâ€, héroe en la independencia de Chile de la corona española. Practicaban la lucha armada en defensa del pueblo ante las vejaciones de la dictadura. En principio no eran más de cien personas, pero con el favor y muchas veces la complicidad de la población se fueron sumando a sus filas muchos jóvenes más hasta superar los mil militantes. Sus acciones de guerrilla y su jerarquÃa interna se fueron estructurando hasta llegar a planear y realizar el atentado a Pinochet de 1986, al que el dictador sobrevivió casi milagrosamente.
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