Liberal de izquierdas, de hecho ese partido es la fusión de los liberales propiamente dicho, y la socialdemocracia.
En el siglo XIX los liberales eran considerados de izquierdas...
Por cierto:
http://www.expansion.com/2010/04/19/economia-politica/1271714310.html"Apoyo a Nick en todo, pero no pienso hipotecar mi vida"
Publicado el 19-04-2010 , por M. Martínez García
Trabaja en uno de los despachos más importantes de la City londinense, DLA Piper, en calidad de socia, pero la popularidad de la española Miriam González Durántez se debe a su marido, Nick Clegg, el cada vez más carismático candidato del Partido Liberal Demócrata a las elecciones que se celebran el próximo 6 de mayo en el Reino Unido. Clegg se convirtió el pasado jueves en unánime vencedor de un debate político -el primero celebrado en el país- donde se impuso al 'premier' laborista Gordon Brown y al conservador David Cameron.
La española, que ni siquiera consideró participar en la campaña electoral de su esposo, es una persona cordial a la que la sonrisa le asoma a los labios con frecuencia. Nació en mayo de 1968 en Valladolid, aunque inmediatamente se trasladó a la cercana localidad de Olmedo, de donde es su familia y a la que regresa a menudo. Licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid, siempre sintió especial inclinación por la política. Su padre, José Antonio González Caviedes, fue alcalde de su pueblo a lo largo de más dos décadas y senador durante dos legislaturas por la UCD y el PP.
Conoció a Nick Clegg en Brujas, mientras realizaba un curso de posgrado en la ciudad belga y con él se trasladó a Londres tras una "apasionante" etapa profesional de cinco años en Bruselas junto al comisario europeo Chris Patten. En la capital británica dirige hoy la práctica comercial y de relaciones gubernamentales en Europa y Oriente Medio de DLA Piper, un departamento que ella misma puso en marcha al llegar a la firma.
Madre de tres hijos, Antonio, Alberto y Miguel -todos con nombre de pila español-, de ocho, seis y un año y educados, a pesar de que su padre se declara ateo, como católicos, asegura que contar con ayuda le permite compaginar esa faceta con la de abogada de éxito. "Intento organizarlo todo al máximo. No me quejo, hay cantidad de mujeres que hacen mucho más con menos medios que yo".
Brillante abogada en la City londinense, la vallisoletana es la esposa del candidato liberal demócrata a las elecciones en el Reino Unido, Nick Clegg
Con la política en la sangre
"La política me ha gustado siempre", expresa, convencida de que "la decisión de acompañar o no a un cónyuge en una campaña electoral es personal. La mía ha sido que, al margen de apoyar, por supuesto, a Nick, no pienso hipotecar en ese empeño toda mi vida como madre trabajadora. Pensaría igual aunque no trabajase, el que tiene que dar la cara es él y como la prioridad, que son sus ideas, son muy convincentes...". Vamos, que Miriam no se considera, ni mucho menos, imprescindible para el éxito de Clegg. "La vida apenas nos ha cambiado desde que en 2007 asumió el liderazgo del partido", subraya.
Y eso que los medios británicos no paran de alabar sus méritos laborales. "En este país he encontrado una acogida fantástica, no se ha cuestionado en ningún momento mi procedencia, mi religión... es de envidiar cómo aplauden la diferencia", manifiesta. Prueba de sus irrenunciables raíces es el hecho de que no votará en los comicios del próximo 6 de mayo en el Reino Unido porque lo hace en España.
¿Y qué opina de los últimos casos de corrupción que están socavando la confianza de la población en la clase política? "Es una situación triste, con lo que ocurrió en los 80 y primeros 90 la mayoría pensamos que se había aprendido la lección. Aquí se desató, no hace mucho, el escándalo de los gastos de los parlamentarios que se lucraban de su cargo. Algunos han dimitido, otros se han tenido que ir... Un poco de todo, como en España. Los hay que reconocen que lo que han hecho mal y otros que en cambio siguen ahí. La corrupción es un mal que va unido al poder, pero hay una responsabilidad personal y, al igual que no se puede decir que todos los de un gremio son de una manera, tampoco que todos los políticos son corruptos. Por ejemplo, ni un solo parlamentario del Partido Liberal se ha visto envuelto en el escándalo que mencionaba. Pero la desilusión que crean estas situaciones en el electorado y el hecho de que mucha gente válida no entre en política por cosas como esas, es gravísimo".
"La corrupción es un mal que va aasociado al poder"
'Dama' de Olmedo
A Olmedo, donde vive su madre, Miriam acude "todas las vacaciones". Tiempo que aprovecha, también, para viajar por la Península. "A Nick le encanta el norte y a mí el mar, así que visitamos muchos sitios". "Me considero una persona seria y
me siento orgullosa del carácter castellano, aunque no lo tengo por mejor que ningún otro. Una ha de estar contenta con lo que es. Además, he disfrutado de bastantes influencias internacionales en mi vida. No hay que tener miedo de cómo hacen las cosas los demás, es algo que he aprendido de mi marido", razona.
Miriam González Durántez en una imagen reciente junto a su marido, Nick Clegg. AP
Miriam González Durántez en una imagen reciente junto a su marido, Nick Clegg. AP
La vallisoletana destaca, entre las virtudes de Clegg, "la honestidad". "En un momento de crisis como el que vivimos, la tendencia por parte de los otros partidos es no contar a la población la verdad sobre las dificultades a las que se van a tener que enfrentar en los próximos dos años. Los liberales demócratas son los únicos que están diciendo las cosas claras, que han puesto sobre la mesa los recortes que va a ser necesario asumir en servicios públicos, entre otros sectores. Han elaborado un programa electoral al detalle en lo económico para lograr que, a pesar de los problemas, no sean los ciudadanos con menor nivel de renta los que acaben pagando más", abunda.
La formación de su esposo, en especial tras el último debate, se consolida como decisiva en los Comunes que saldrán de las urnas. Si, como se vislumbra, ninguno de los dos grandes partidos que han contado con mayorías suficientes desde 1974 alcanza la absoluta, tendría la 'llave' de la gobernabilidad. Pero es que, además, su intención de voto -en los pasados comicios obtuvieron un nada desdeñable 22% de los sufragios que, por el peculiar sistema electoral inglés, les otorgó tan sólo 62 sillones en una Cámara de 646- sube como la espuma.
La posibilidad de decidir
"No tengo ni idea de lo que depararán las urnas. Son unas elecciones completamente abiertas, quedan dos semanas de campaña con momentos muy importantes, como los próximos debates, y quién sabe qué va a pasar", aventura Miriam. "El bipartidismo implica la existencia de tan sólo dos opciones cuando, hoy en día, hay miles de posibilidades para todo. En la variedad está la libertad del que elige y es extraño que en la política del Reino Unido sólo parezcan existir dos partidos. La juventud cada vez quiere disponer de más capacidad de decisión, por eso es de justicia que las minorías se vean adecuadamente representadas", opina, además de lamentar que en España no exista el contacto entre los políticos y su electorado que sí se produce en Gran Bretaña.
El europeísmo es una de las 'banderas' que blande la formación de su marido para ganarse las simpatías de los votantes. ¿Están, por fin, preparados los británicos para aceptar a Europa? "No creo que sean ni más ni menos euroescépticos que el resto. Existe un sentimiento menos antieuropeo por todo el continente, pero sería necesario volver a conectar con el ciudadano. Antes había una clara justificación que era buscar la paz, resolver conflictos... Las nuevas generaciones necesitan encontrar otros argumentos para creer en la Unión", afirma con convicción. Mucho más cauta es su reflexión sobre las posibilidades de que el 10 de Downing Street se convierta en su futuro hogar. "No tengo ni idea, pero me encantaría que Nick fuera Primer Ministro porque lo haría muy bien".