El "boom" ugetista durante la Segunda RepúblicaCon la llegada de la Segunda República, tiene lugar en España un ámplio régimen de libertades. Los partidos políticos y sindicatos condenados a la inactividad durante los años dictatoriales empezarán ahora un camino nuevo. Partidos como el PCE y centrales sindicales como la CNT se pondrán a trabajar con fuerza para aumentar su influencia. Sin embargo, el PSOE y la UGT llevan ya una clara ventaja que sabrán aprovechar, y continuarán siendo las representaciones obreras más fuertes del país. Si el PSOE ha sido definido como "la columna vertebral" de la Segunda República, a la UGT hay que definirla como el "sustento básico" sobre el que se apoya esa columna vertebral.
Así pues, la UGT mantendrá durante los años republicanos los siguientes objetivos:
"reunir las asociaciones que se inspiren en la lucha de clases y tiendan al mejoramiento de las condiciones de trabajo por medio de la asociación; mantener relaciones y solidaridad con las organizaciones obreras de otros países; recabar del poder público leyes que mejoren las condiciones del trabajo, intervenir en los problemas nacionales que afecten a la clase trabajadora y unificar la acción del proletariado para crear las fuerzas de emancipación integral de la clase obrera preparándola para asumir la dirección de la producción, transporte y distribución de la riqueza social".Estos eran los objetivos. ..¿Y cómo se lograrían? ¿Utilizando medios violentos o, por el contrario, mediante el diálogo y las reivindicaciones pacíficas? Ya en los años finales de la Dictadura, Largo Caballero presentaría un avance del comportamiento de esta central sindical:
"(...) soy de los que opinan que mientras la clase obrera puede actuar relativamente dentro de una esfera de un círculo legal que le permita desarrollar su organización, sería locura salirse de este círculo; pero también creo que si los que tienen obligación de conocer los anhelos del país anulan las posibilidades por donde nuestro país pueda desarrollarse hacia el progreso, afianzando las libertades ciudadanas, la clase obrera sabrá cumplir su deber". Evidentemente, se dejaba bien claro que no habría un movimiento revolucionario por parte de la UGT, al menos mientras pudiesen llegarse a soluciones satisfactorias mediante el diálogo entre proletarios y patronos.
En la provincia de Valladolid, la UGT experimentará una expansión inusitada, siendo el sindicato mayoritario en los tres sectores laborales (primario, secundario y terciario). Sólo en 1931, esta provincia concentraba un total de 13182 afiliados, siendo el mayor núcleo ugetista de Castilla-León
4. He aquí los datos de afiliación por provincias (
Boletín de la UGT, Nº 36, diciembre de 1931):
Ávila - 6.060
Burgos- 2.347
León - 5.232
Palencia - 2.122
Salamanca- 9.753
Segovia - 1.503
Soria - 935
Valladolid - 13.182Zamora - 3.876
En el XVII Congreso del sindicato (Octubre de 1932), se recogía que la provincia vallisoletana contaba con las siguientes sociedades obreras y afiliados en 1931: Agricultores (65 sociedades; 6729 afiliados), Carnes (1; 37), Cervezas (1; 45), Molineros (1;125), Panaderos (2; 156), Agua-Gas (1, 74), Barberos (1; 100), Camareros (1; 65), Cocineros (1; 19), Dependientes de Comercio (2, 236), Constructores de Carruajes (1; 12), Obreros en Pieles (1; 14), Albañiles (2; 538), Canteros (1; 30), Carpinteros (2; 19), Herreros Cerrajeros (1; 65), Pintores (1; 300), Dependencia Teatros (2; 159), Ferroviarios (1; 2916), Arte de Imprimir (1; 210), Empleados Municipales (1; 48), Hojalateros Cerrajeros (1; 48), Metalúrgicos (2; 195), Ebanistas (1; 40), Carga y Descarga (2; 242), Conductores Mecánicos (1; 70), Tranviarios (1; 60), Oficios Varios (3; 488).
Como podemos ver, destacan sobremanera el número de sociedades y afiliados (que no siempre coinciden con el número de cotizantes
5) pertenecientes al colectivo agrícola ugetista, con predominio de jornaleros, cuya cota mayor se sitúa en 1932 (146 sociedades y 11009 afiliados), para experimentar una drástica reducción el siguiente año (un número desconocido de sociedades y 6493 afiliados). Los agricultores ugetistas se encuadraban en la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, rama agraria del sindicato creada en abril de 1930. Al Congreso Fundacional de la FNTT asistirán 10 sociedades agrícolas provinciales (de las 21 que existían entonces), experimentando al año siguiente un considerable crecimiento y estimulando al campesinado. La FNTT comarcal celebrará su III Congreso en Valladolid (26-27 de Noviembre de 1932), acudiendo 129 sociedades con el objetivo de examinar las crisis laborales y sus repercusiones
6. Se accede a solicitar la aplicación de la Ley del Laboreo Forzoso y de Jurados Mixtos, denunciando las irregularidades de las Juntas municipales. En consecuencia, el Congreso acuerda establecer un turno riguroso en las labores agrícolas y dirigirse al Ministro de Agricultura para que fije el terreno que ha de labrar como máximo un trabajador (que nunca excederá las 17 hectáreas en secano, 3 en regadío y 500 cepas de viñedo), así como dirigirse al Instituto de la Reforma Agraria para que en breve plazo proceda a constituir las Juntas provinciales. Asimismo, las sociedades integradas en la FNTT constituyen, en la Asamblea celebrada en Medina del Campo, el secretariado agrario de la provincia.
7Tras los trabajadores del campo, ocupan los puestos inmediatos en cuanto a afiliación los ferroviarios, el grupo laboral más importante de Valladolid capital. Existían en ella (aproximadamente) 4500 ferroviarios, de los cuales casi 3000 son afines a la UGT. Su líder era el mecánico Víctor Valseca Rodríguez, concejal socialista por el distrito del Museo (857 votos) y propuesto en 1934 por el Comité Nacional ugetista para ocupar la secretaría general del Sindicato Nacional Ferroviario. Otro sector cuantitativamente importante es el de la construcción, que también tiene mayoría ugetista, pese a ser un sector muy propicio para el anarcosindicalismo, debido a las graves dificultades de empleo que soportan durante toda la etapa republicana.
Por lo demás, la UGT de la provincia vallisoletana da muestras de gran vitalidad durante estos años. Entre los días 20 y 24 de marzo de 1933 tiene lugar en la Casa del Pueblo pucelana el VI Congreso de la Federación Local de Sociedades Obreras, que cuenta con la presencia de 33 sociedades y 50 delegados representantes de 7729 trabajadores. Como colofón de aquella asamblea resulta elegido presidente Víctor Valseca, cabecera de una nueva ejecutiva: Jesús Blanco (secretario), Mariano González (vicesecretario), Tomás Martínez (tesorero), Hipólito Almaraz (contador), Antonio Quintana y Gaudencio Calvo (vocales).
Asimismo, renacen sociedades obreras ya conocidas años atrás. Así sucede con la de Obreras de la Aguja, existente en 1911, que en 1933 celebra el tercer aniversario de su segunda época. Otras aparecen ahora por vez primera, como la sociedad de Cerveceros, ingresada en el sindicato en septiembre de 1931, compuesta seguramente por los obreros (entre 40-45) de la Asociación Patronal de Fabricantes de España, fundada en Valladolid el 6 de abril de 1922. Por otra parte, la ugetista FETE (Federación de Trabajadores de la Enseñanza) remite en 1933 una invitación dirigida a los maestros, indicando su reciente origen y los puntos neurálgicos de sus reivindicaciones y pidiendo los datos personales y profesionales de los educadores sin empleo. En 1934, la FETE provincial organizará un Certamen Pedagógico que cuenta con el apoyo de la Universidad.
Estando así las cosas, llegaron las elecciones generales de 1933, y en la provincia vallisoletana triunfaron las derechas de manera aplastante. Una victoria inexplicable, pues en esos momentos el PSOE contaba con una potente cobertura sindical en toda la provincia. Hay que pensar pues, que los votantes que dos años ante habían dado su confianza a los socialistas ahora se la habían quitado. Sin embargo, la UGT seguía creciendo y la FNTT agrupaba a la muy considerable cantidad de más de 11000 trabajadores, siendo Valladolid la tercera provincia española con más secciones y la decimotercera en cuanto a militantes... ¿Quá había pasado para que los militantes y simpatizantes de la UGT-FNTT no votaran al PSOE? A mi modo de entender, son varias las causas que provocaron esta situación. En primer lugar, la falta de una verdadera ideología socialista entre los mismo militantes socialistas. Muchas de las sociedades adeptas al socialismo lo eran en función de una coyuntura favorable (no olvidemos que el PSOE ocupó el Gobierno nacional), y en cuanto se hizo previsible una caída de éstos del poder, muchas de ellas abandonan "sus ideas socialistas". Otra de las causas del descalabro electoral es, sin duda alguna, el progresivo radicalismo que iba asumiendo el PSOE...Y esto, en una sociedad tan tradicionalmente conservadora como la del campesinado vallisoletano, le hizo perder una buena parte del apoyo de este fundamental sector laboral provincial.
8Con la República en manos de la derecha, van desapareciendo algunas de las agrupaciones socialistas de la provincia. Como la de Matapozuelos, fundada en noviembre de 1931 y disuelta en marzo de 1934. Esta disminución de fuerza en la provincia no sólo viene motivada por la falsa ideología socialista de muchos de sus militantes, sino que la inmensa mayoría de la pérdida de respaldo viene motivada por la enorme presión a la que se ven sometidos los trabajadores ugetistas. Ahora que la derecha controla el poder, los trabajadores están desprotegidos, y se ven obligados a someterse a los deseos de los patronos si quieren trabajar. La prensa socialista publica innumerables testimonios de esta presión patronal, que obliga a los trabajadores a dejar su militancia en sindicatos izquierdistas.
En 1934 estalló la Revolución de Octubre, provocada por la entrada de la CEDA en el Gobierno que presidía Lerroux. En la ciudad de Valladolid, se declara el Estado de Guerra y son apresados los principales dirigentes socialistas, con lo que cualquier intento revolucionario fue abortado. Sin embargo, en la provincia no fue así. En Medina de Rioseco fue desvalijada la armería del pueblo, tras lo cual tuvo lugar un tiroteo incesante entre guardias civiles y socialistas, cayendo muerto un sargento y siendos heridos cinco guardias civiles. Tras un día de resistencia, la lucha terminó, y fueron detenidas más de 70 personas.
Sin duda alguna, fue Medina de Rioseco el único pueblo de la provincia donde la Revolución tuvo tintes dramáticos. Pero el foco revolucionario afectó a más localidades. En Medina del Campo, la Benemérita disparó contra una manifestación izquierdista, siendo tomada militarmente la estación de trenes. En Tudela de Duero se produjo un conato de enfrentamiento con la Guardia Civil que se saldó con más de 50 revolucionarios detenidos, siendo incautadas por las fuerzas del orden varias botellas con líquidos incendiarios, 19 pistolas y un revólver. Aunque el día 12 la Jefatura del Estado Mayor informa que en la provincia reina la tranquilidad, lo cierto es que los incidentes y las detenciones se siguen sucediendo. Se cierran las Casas del Pueblo y son apresados militantes, como sucede en Peñafiel o Fombellida; se efectúan registros y detenciones en Cabezón de Pisuerga, Corcos del Valle, Cigales... Y en la ciudad de Valladolid son apresados militantes como Teófilo Salgado, Jesús Blanco y Mariano González, así como destacados integrantes de la sección ugetista de obreros y empleados municipales: Isidoro Valseca, Felipe Rebollo, Juan García, Gaspar Conde, etc.
En Valladolid, como en el resto del país, la represión es durísima. No sólo se desmantelan sociedades obreras y Casas del Pueblo, sino que los socialistas fueron destituidos de todos los puestos de poder que (legítimamente) detentaban. Esto provocará el acceso a los mismos de los personajes más reaccionarios de la política provincial. Se suceden los ceses en Medina de Rioseco, Medina del Campo, Olmedo, Villalón de Campos...Y en la capital, el alcalde Antonio García Quintana es sustituido por el peñafielense Mariano Escribano Álvarez, de tendencia lerrouxista.
Pese a que las fuerzas de izquierdas quedan prácticamente desarticuladas, los obreros de la provincia siguen protestando y recurriendo a la huelga. Es el caso de los 400 obreros que trabajan en la presa de San José (término municipal de Castronuño), que se declaran en huelga por impago de sueldos. Con todo, hay que destacar el escaso número de conflictos que se producen, ya que los obreros están desprotegidos ante un Gobierno hostil.
Las elecciones generales de 1936 trajeron consigo el triunfo de las derechas en la provincia, no así en la capital, donde ganó el Frente Popular con el 50, 7 % de los votos. El socialista García Quintana, de profesión contable, es repuesto en la alcaldía. A partir de estas elecciones, el incremento de personas afiliadas al PSOE y a la UGT de la provincia fue constante, y así, el 19 de mayo de aquel año, El Socialista informaba de la mayoría de los oficios en los que el Partido y el sindicato tienen la mayoría de afiliados: Arte de Imprimir, Acomodadores, Agricultores, Albañiles y Peones, Azucareros y Alcoholeros, Artística, Camareros, Canteros y Marmolistas, Carboneros, Carpinteros, Cerámicos, Cerveceros, Cocineros, Conductores de Carruajes, Consejo Obrero Ferroviario, Contratas Ferroviarias, Chóferes, Dependientes de comercio, Dependientes de vaquerías, Ebanistas y Similares, Empleados de hospitales, Empleados de Oficinas, Espectáculos públicos, Funcionarios Municipales, Gasistas y Electricistas, Industria Textil, Metalúrgicos, Molineros, Obreras de la Aguja, Obreros en Piel, Panaderos, Peluqueros, Barberos, Pintores, Productos Alimenticios, Profesionales y Oficios Varios, Ramo de Carnes, Sastres, Destajistas, Trabajadores de la enseñanza, Trabajadores de la tierra, Tranviarios, Viajantes y representantes.
Como vemos, la UGT vuelva a dominar sindicalmente la provincia de Valladolid...Sólo la rebelión militar del 18 de Julio conseguirá acabar con la trayectoria ascendente de este sindicato.