A finales del verano, desde hace 10 años, se viene celebrando una fiesta en homenaje los gancheros en el Alto Tajo (Guadalajara), las personas encargadas de transportar los troncos de pino cortados a través del rio hasta su lugar de destino.

Las maderadas:
Una vez talado el árbol, los propios leñadores o hacheros eran los encargados de limpiar el tronco y transportarlo hasta el río. Una vez allí el tronco se mantenía encambrado un determinado tiempo, suficiente para que se purgase y así flotar con más facilidad. Pasado este tiempo era cuando empezaba el trabajo de los gancheros, los encargados de conducir la madera a lo largo del río.
La maderada, que podía estar constituida por miles de troncos, con dimensiones que podían superar los doce metros de longitud por pieza, llegaban a ocupar más de 30 kilómetros del río. Era conducida por cuadrillas de gancheros dirigidos por el maestro de río a cuyas ordenes se encontraban los mayorales.
El conjunto de gancheros para conducir una maderada no bajaba de 100, pudiendo llegar a ser necesarios más de 1.000 gancheros para las grandes maderadas constituidas por unos 100.000 troncos. Maderada y gancheros se dividían en tres grupos: delantera, centro y zaga.
Pueblos como Peralejos de las Truchas, Peñalén o Poveda de la Sierra han visto como poco a poco estos usos han ido desapareciendo progresivamente. Ya es uno de tantos oficios tradicionales y conectados con la naturaleza, casi totalmente olvidados. Esta celebración nos ayuda a recordar que hace no muchos años, la relación entre hombre y naturaleza era mucho mas cercana de lo que nunca podriamos haber imaginado, nos puedo ayudar a recordar, que los montes y sierras del oriente castellano, son ejemplo de gestión forestal y de respeto a la naturaleza.


